Fue
un
jueves
de
emociones
fuertes
en
el
torneo
de
tenis
de
los
Juegos
Olímpicos
de
París
2024.
La
número
uno
del
mundo
Iga
Swiatek
y
el
campeón
defensor
de
la
medalla
dorada
Alexander
Zverev
quedaron
eliminados,
mientras
que
Novak
Djokovic
resucitó
pero
se
retiró
“preocupado”
rumbo
a
semifinales,
donde
también
llegó
con
confianza
el
español
Carlos
Alcaraz,
el
máximo
contrincante
para
el
único
título
que
le
falta
al
palmarés
del
serbio.
Y
para
la
noche
francesa
quedó
la
despedida
definitiva
del
deporte
del
británico
Andy
Murray,
que
en
dupla
con
su
amigo
Daniel
Evans,
se
quedó
a
las
puertas
de
la
lucha
por
medallas
en
el
dobles
masculino.
La
salida
por
última
vez
de
Roland
Garros
de
Murray,
culpable
de
que
durante
un
tiempo
nada
corto
el
legendario
‘big
three’
fuera
un
‘big
four’,
acaparó
la
atención.
Mientras
los
norteamericanos
Taylor
Fritz
y
Tommy
Paul
celebraban
su
pase
a
la
lucha
por
las
medallas,
Murray
se
dirigió
al
centro
de
la
pista
del
recinto
Suzanne
Lenglen,
brazos
en
alto
y
el
gesto
contrariado.
Cabizbajo
y
agradecido
a
la
vez.
Era
un
adiós
definitivo.
Anunciado
pero
definitivo.
El
último.
Habían
resucitado
una
y
otra
vez
en
las
rondas
previas
a
base
de
salvar
puntos
de
partido
en
contra
una
y
otra
vez.
Ocurrió
con
los
belgas
Sander
Gille
y
Jonan
Vliegen
y
también,
antes,
con
los
japoneses
Taro
Daniel
y
Kei
Nishikori.
Fueron
siete
en
total.
Pero
los
estadounidenses
fueron
otra
cosa.
No
hicieron
concesiones
y
firmaron
la
última
historia
sobre
la
pista
de
uno
de
los
jugadores
más
grandes
de
la
historia
reciente.
Andy
Murray,
marcado
por
las
lesiones,
por
su
afán
de
volver,
por
su
lucha
contra
las
limitaciones.
Never
even
liked
tennis
anyway.—
Andy
Murray
(@andy_murray)
August
1,
2024
El
primer
británico
en
ganar
un
torneo
del
Grand
Slam,
el
Abierto
de
Estados
Unidos,
desde
que
Fred
Perry
lo
consiguió
en
1936,
inició
su
decadencia.
No
por
malos
resultados,
ni
superado
en
la
cancha.
Fue
la
salud
la
que
le
dejó
fuera
de
combate.
Un
sinfín
de
lesiones,
especialmente
la
intervención
quirúrgica
que
terminó
con
una
prótesis
en
la
cadera.
Y
la
espalda,
maltrecha.
El
tiempo
no
perdona.
El
presente
no
tuvo
en
cuenta
los
tres
‘major’
logrados
por
el
escocés,
ni
los
dos
oros
olímpicos
que
colgaron
su
cuello;
consecutivos:
en
Londres
2012
y
Río
2016.
Nada
fue
lo
mismo
para
Murray,
el
primer
británico
en
recuperar
el
éxito
en
Wimbledon,
en
setenta
y
siete
años.
El
otrora
número
uno
del
mundo
antes
de
que
la
salud
le
relegara
en
el
circuito,
cierra
su
recorrido
con
46
trofeos
a
sus
espaldas.
El
título
de
Amberes,
en
el
2019,
fue
el
último.
Aunque
después,
en
su
retorno
que
intentó
una
y
otra
vez,
quedó
cerca
del
éxito.
Jugó
tres
finales.
En
Stuttgart
y
Sydney
en
el
2022
y
la
última,
en
Doha.
Las
perdió.
De
nuevo
en
la
acción
olímpica
Andy
Murray
ha
puesto
punto
y
final
en
su
carrera.
En
un
evento
marcado
por
las
despedidas
de
la
competición,
Murray,
aquejado
de
una
nueva
lesión
la
espalda
que
le
ha
tenido
de
baja
y
puso
en
entredicho
su
presencia
en
París,
el
escocés
se
aferró
al
dobles
junto
a
su
amigo
Evans
para
tener
un
adiós
en
el
podio.
No
atravesó
los
cuartos
de
final.
Superados
por
Tommy
Paul
y
Taylor
Fritz
en
la
Suzanne
Lenglen.
Les
llevaron
al
límite.
Como
siempre,
como
hizo
Murray
a
lo
largo
de
su
historia
en
la
pista
una
y
otra
vez.
Djokovic,
con
molestias
en
la
rodilla,
y
Alcaraz,
en
semifinales
Djokovic
lo
hizo
una
vez
más
y
cuando
ante
el
griego
Stefanos
Tsitsipas
todo
parecía
perdido
en
el
segundo
set,
renació
para
llevárselo
en
tie-break
y
concretar
su
pasaje
a
semifinales.
El
serbio
se
llevó
con
contundencia
el
primer
parcial
y
pese
a
evidenciar
molestias
físicas
en
el
segundo,
pudo
cerrar
el
partido
con
parciales
de
6-3
y
7-6
(7/3).
“Estoy
muy
preocupado,
sinceramente,
no
sé
qué
decir.
Terminé
el
partido
y
el
intenso
dolor
desapareció.
Si
golpeé
o
resbalé,
ni
siquiera
lo
sé
con
seguridad”,
relató
el
jugador
serbio,
de
37
años,
que
aspira
a
ganar
el
oro
olímpico
que
le
falta
en
su
laureada
vitrina.
“Todo
parecía
como
en
los
octavos
de
final
de
Roland
Garros
donde
logré
terminar
el
partido
y
luego
descubrí
que
estaba
lesionado
y
ya
no
pude
jugar.
Estoy
contento
con
la
victoria,
pero
estoy
preocupado”,
afirmó
Djokovic,
que
anunció
que
la
rodilla
será
examinada
por
sus
médicos.
“Incluso
si
me
dicen
los
médicos
que
no
está
bien
la
rodilla,
probablemente
saldré
a
la
cancha
y
lo
intentaré.
Son
oportunidades
únicas
de
luchar
por
una
medalla
para
mi
país,
por
lo
que
haré
todo
lo
posible
en
las
próximas
veinticuatro
horas
para
estar
en
condiciones
de
luchar
por
una
medalla
para
Serbia”,
explicó.
Lo
que
no
cambiará
es
su
rival,
Lorenzo
Musetti.
El
italiano
venció
al
número
cuatro
del
mundo
Alex
Zverev
por
un
doble
7-5,
dejando
al
torneo
sin
posibilidad
de
coronar
a
un
bicampeón
olímpico.
“Probablemente
he
jugado
a
mi
mejor
nivel,
fue
uno
de
los
mejores
partidos
de
mi
carrera
hasta
ahora”,
dijo
Musetti.
Swiatek,
a
conformarse
con
el
bronce
Previo
al
amargo
adiós
de
Zverev,
la
polaca
y
número
1
del
ranking
WTA
se
quedó
fuera
de
la
final
por
el
oro
del
cuadro
femenino
al
caer
ante
la
china
Quinwen
Zheng.
Todo
parecía
estar
preparado
para
el
oro
de
Swiatek,
sin
embargo
la
china
tenía
otros
planes
y
se
impuso
por
6-2
y
7-5.
El
primer
parcial
duró
51
minutos
y
el
inicio
del
segundo
pareció
despertar
a
la
polaca,
ganadora
de
los
últimos
tres
Roland
Garros
de
cuatro
títulos
que
suma
en
el
Grand
Slam
de
polvo
de
ladrillo
en
su
carrera.
A
sus
23
años,
dos
más
que
su
rival,
Swiatek
se
puso
4-0
en
la
central
Philippe
Chatrier.
Pero
la
china
reaccionó
a
tiempo
y
dejó
al
torneo
huérfano
de
su
gran
favorita.
“Me
siento
más
que
feliz,
feliz
no
es
suficiente
para
describir
cómo
me
siento”,
declaró
Zheng,
primera
jugadora
de
China
en
llegar
a
la
definición
del
tenis
olímpico
y
responsable
de
cortar
una
racha
de
25
partidos
ganados
consecutivamente
por
Swiatek
en
el
polvo
de
ladrillo
parisino.