Víctor Matellano nos regala con su nuevo documental, ‘Mi adorado Monster‘, un precioso viaje alrededor de la figura de Arturo De Bobadilla, director de ‘El hombre lobo contra los templarios (Los resucitados)‘, un soñador que tardó un cuarto de siglo en terminar su ambiciosa primera película.

¡Vive, monstruo, vive!

Matellano, veterano arqueólogo del horror europeo más fantasioso y responsable de los interesantísimos ‘Regresa el Cepa’ o ‘¡Zarpazos! Un viaje por el spanish horror’, presenta su mejor trabajo con un cariñoso y elaborado juguete en forma de largometraje documental, tan real como la vida misma y tan fantasioso como el cine.

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Arturo De Bobadilla puso en marcha su ópera prima, ‘El hombre lobo contra los templarios (Los resucitados)’, cuando un tal Álex de la Iglesia arrancaba ‘El día de la bestia‘. No sé si te suena. Aquella ópera prima tardaría 25 años en completarse, aunque nadie está del todo seguro de si eso tenía que pasar. Seguramente ni el propio director, un tipo que tal vez prefería tener siempre ese clavo al que agarrarse durante prácticamente la mitad de su vida.

Aunque en lugar de clavos aquí son los monstruos que nos persiguen a todos los que, de alguna manera, nos permiten sujetarnos a nuestra propia cordura. Sin ellos, sin su compañía, puede que nos quedemos demasiado solos. Por eso resulta tan gratificante este conmovedor retrato entre ficción y documental con el que el cineasta da un salto de gigante.

Mi Adorado Monster

Basada en una idea de Matellano y con la ayuda en el guión de Manuel Tallafé, ‘Mi adorado Monster’ cuenta la odisea de Bobadilla a través de anécdotas e ilustres invitados que, o bien estuvieron en el rodaje o han sufrido las consecuencias de ver la película. Pero lejos de lo que podría dar a pensar, todo está tratado con cariño y respeto, lo que hace que el rato sea especialmente agradable. Gamberrismo respetuoso lleno de caras conocidas y anécdotas realmente graciosas para fans del euroterror.

Tenía muy claro dónde empezaba y dónde terminaba, pero para el resto nos dejamos llevar, como decía Fellini. Es una película que se ha construido sobre la marcha, prácticamente se ha escrito en montaje, en continuo diálogo con el proceso. La posproduccion ha sido muy larga“.

Mi Adorado Monster

La parte más importante de la película está en la confianza entre ambos, entre Matellano y Bobadilla. Respeto y confianza en una charla entre ambos, totalmente honesta pero que se antojaba imprevisible. “Él me habla a mí en todo momento y sabía que yo iba a atornillarlo a base de preguntas. Lo que no sabía yo era hasta dónde estaba dispuesto a llegar ´él. No hay guión, se está sincerando en todo momento. Es real como la vida misma“.

Tan real como las reacciones de Zoe Berriatúa, actor y director implicado en la película y que aprovecha el seguir sin querer saber nada de su aventura para crear un sketch 100% verídico, tal y como nos cuenta Matellano. “Se subió al taxi y le dijo al conductor que le pagaba por dejarlo calle arriba, pero yo no sabía qué estaba pasando, no llevaba los cascos en ese momento. ¡Se largó de verdad!

Los Resucitados

Ese realismo se palpa cuando invitados como Carlos Areces o Nacho Guerreros ven ‘Los resucitados’ “en directo”. “Son reales, nunca habían visto la película y les puse unas cuantas secuencias. Lo que iban diciendo era lo que sentían“. Más alucinante y honesto es el caso de Pedro Ruíz, que se molestó en ver la película y entender su idiosincrasia en una de las entrevistas que lleva a cabo el “conductor” del programa, un Antonio Miguel Carmona que recupera una pasión radiofónica desconocida para la gran mayoría.

En ‘Mi adorado Monster’ las capas de ficción y realidad se mezclan y confunden hasta no saber cuál es cada una, ofreciendo como resultado un magnífico trabajo sobre los clavos al rojo vivo que tenemos en la vida y el precio a pagar por mantenerlos ardiendo. Pura pasión.