Manuel Martín Cuenca y Javier Gutiérrez repiten tras su éxito con ‘El autor‘ con otro thriller personal de uno de los directores más cerebrales de nuestro cine actual. ‘La hija‘ también está protagonizada por Patricia López Arnaiz, flamante Premio Goya a la Mejor Actriz, e Irene Virgüez Filippidis.
Amor de madres
Es muy interesante llegar a la nueva película de Manuel Martín Cuenca sabiendo lo justo. Yo lo hice así y de ese modo trataré esta crítica, donde incluso evitaré dar detalles que aparecen el la sinopsis oficial. Digamos que Javier y Adela son un matrimonio que vive en la montaña mientras acogen a una menor que quiere enderezar el rumbo de su vida.
Cuenca, experto en personajes incómodos y en moverse como pez en el agua entre tabúes a los que tratar de la manera más fría, calculada y elegante posible, se mete de lleno en otro charco farragoso del que vuelve a salir inmaculado. Y aunque haya gente que piense que la trayectoria del cineasta arrancó en ‘Caníbal‘, Manuel Martín Cuenca lleva incomodando al espectador desde hace más de veinte años.
Como viene siendo habitual en el cine de Cuenca, todo está en su sitio aquí. La fotografía, la puesta en escena y hasta la música de Vetusta Morla funciona a la perfección. Por supuesto, será el tratamiento del suspense y su recordatorio euro-grandguiñoñesco lo que nos dejará con el corazón asomando por la boca. Cuenca, cineasta de “espacios”, escoge una localización ideal para plasmar otra angustiosa historia llena de claroscuros en las montañas de la locura.
El reparto es otro lujo. Javier Gutiérrez, Patricia López Arnaiz y la rabiosa irrupción de Irene Virgüez Filippidis (tras un largo casting por toda España), se convierten una vez más en los títeres de un director que tiene muy claro que lo mejor para llegar a los extremos es a través de la contención. Puede que ahí esté el gran secreto del director, contener las emociones de sus actores mientras los deja volar libres.
A través de la exploración de los espacios en gris de la mente y los blancos del frío invierno, y de poner a prueba los cimientos de la moral hasta las últimas consecuencias, ‘La hija’ consagra a su director como uno de los maestros del suspense sostenido del último cine europeo.
‘La hija’ no es una historia de buenos y malos, es una historia sobre personas que, en algún momento, han perdido el rumbo y no son capaces de vivir en un mismo espacio con el resto. Es una historia sobre la fragilidad y el precio a pagar por lo que deseas, una película de horror sobre la pesadilla que supone cumplir tus sueños.