«Es un programa para rojos y maricones» exclamaba un Jorge Javier Vázquez claramente molesto por la actitud de uno de sus colaboradores hablando de la polémica del escándalo de Alfonso Merlos (tres años ya de Merlos Place) en ‘Sálvame‘. No era la primera vez (ni la última) en la que el presentador o el programa hacía comentarios políticos. Pero esto está apunto de cambiar.
Y es que Mediaset está en pleno proceso de replanteamiento editorial desde que se hizo efectiva la salida de Paolo Vasile como consejero delegado del medio de comunicación, sustituido por, entre otros, Alessandro Salem. Entre estos cambios ha habido una ligera reforma del Código Ético en vigor desde 2011 que parece dirigida a evitar que sus programas de entretenimiento se “metan en jardines”.
Un código ético “dirigido”
Concretamente se ha agregado un epígrafe titulado “Principios rectores en los programas de entretenimiento” que, si bien afecta a todos los programas de la cadena viene uno claramente a la cabeza a la hora de ver qué reprenden: ‘Sálvame’.
«Los programas de entretenimiento son eso mismo, de entretenimiento y, por lo tanto, sus presentadores y colaboradores deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa. La única excepción vendrá dada por aquellos programas que tengan una sección específica de actualidad política; pero, salvo en esta sección, la regla es la misma.»
Un modo de diferenciar el programa de la Fábrica de la Tele del de Ana Rosa Quintana, que sí que tiene su tertulia política establecida. Aquí hay que destacar que las opiniones políticas en un programa y el otro suelen ser diametralmente opuestas.
Otro “pan de cada día” de Telecinco es la retroalimentación continúa entre los distintos programas… habiendo piques y críticas de unos hacia otros en antena. Algo que también quiere zanjar Mediaset prohibiendo este comportamiento.
Adiós a seguir a Lydia Lozano al baño
No es el único comportamiento que el grupo quiere cortar de raíz, también quiere poner fin a las pataletas y abandonos del plató:
«Los presentadores de los programas, especialmente, pero también los colaboradores, no abandonan el programa en directo, salvo causa justificada y previamente comunicada. Si toman esta decisión, se tendrá por definitiva a efectos contractuales.»
Vamos, se acabó todo un clásico del programa: seguir hasta el baño a una Lydia Lozano entre llorosa y cabreada que se quiere ir por lo que sea que toque en el drama de la tarde. Unas directivas que, por lo que se puede ver, ya han empezado a ser notadas en ‘Sálvame’.
Otros párrafos hablan de adecuar más los contenidos a la franja horaria —recordemos que parte de ‘Sálvame’ se emite en franja de protección a la infancia— y de buenas prácticas a la hora de manejo y exposición datos personales.
Los vetados
Un giro editorial en la compañía que también incluye un asunto que, en lo personal, me parece más grave. Y es la lista de los vetados que desde la cúpula de Mediaset, capitaneada por el triunvirato formado por Borja Prado, Massimo Mussolino y Salem. Personajes famosos que no podrán aparecer de nuevo en las pantallas de Mediaset (ni de refilón).
Según recoge la periodista de La Razón Marina Esnal, la lista de personajes vetados es Rocío Carrasco, Fidel Albiac, Antonio David, Rocío Flores, Kiko Rivera, Olga Moreno, Marta Riesco, Gloria Camila, José Fernando, Ortega Cano, Rosa Benito, Chayo Mohedano y Bárbara Rey. Curiosamente casi todos han bebido litros y litros de la teta de Telecinco en algún momento.
Estas medidas vienen en un momento clave en la que una prioridad es el recuperar la confianza del público en lo que están atravesando una crisis de audiencia prolongada. De momento, parece que la nueva Mediaset, la nueva Telecinco, quiere ser más amable y amigable… o al menos, menos molesta.