La
documentación
que
presentó
ante
el
Estado
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”
para
tratar
de
justificar
los
gastos
de
los
fondos
públicos
multimillonarios
que
recibió
para
destinar
a
beneficiarios
del
plan
“Potenciar
Trabajo”,
una
maniobra
que
hoy
está
bajo
sospecha
judicial,
es
un
compendio
de
papeles
con
irregularidades,
carentes
de
especificaciones,
y,
por
ende,
faltos
de
transparencia.
Clarín
accedió
a
facturas
y
recibos
que
ese
movimiento
social
entregó
en
su
momento
al
ministerio
de
Desarrollo
Social
K
para
demostrar
que
había
invertido
de
modo
correcto
los
millones
de
pesos
que
les
destinaron
funcionarios
nacionales
a
ese
movimiento
con
la
intención
de
luchar
contra
la
pobreza.
El
próximo
25
de
junio,
el
líder
del
Polo
Obrero,
Eduardo
Belliboni,
declarará
en
indagatoria
ante
el
fiscal
Gerardo
Pollicita
y
el
juez
Sebastián
Casanello.
Son
las
autoridades
judiciales
que
lideran
el
avance
del
caso
“Piqueteros”.
El
magistrado
imputó
a
Belliboni,
inhibió
sus
bienes
y
lo
convocó
a
presentarse
a
declarar
como
imputado
en
los
tribunales,
la
misma
decisión
que
tomó
respecto
a
otros
dirigentes
sociales
de
tres
agrupaciones
sociales
distintas.
En
un
escrito
oficial,
Casanello
afirmó
que
el
Polo
Obrero
y
una
de
las
cooperativas
de
ese
movimiento,
llamada
“El
Resplandor”,
habrían
“administrado
de
forma
indebida
al
menos
un
parte
de
los
recursos
estatales
que
le
fueran
confiados”
por
el
Gobierno
de
Fernández
y
Kirchner,
y
agregó:
“Ello
resulta
de
la
comprobación
de
facturación
apócrifa
y
la
simulación
de
gastos
no
concretados
-al
menos
a
través
de
las
firmas
Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL
y
Coxtex
SA”.
El
juez,
utilizando
las
pruebas
recolectadas
por
el
fiscal
Pollicita,
concluyó
que
estas
operaciones
fueron
instrumentadas
“con
la
finalidad
de
obtener
un
beneficio
particularizado.
Así,
lo
público
se
confundió
con
lo
privado
al
financiar
actividad
política”.
Las
facturas
y
recibos
que
el
Polo
Obrero
usó
para
hacer
compras
con
dinero
de
los
contribuyentes,
siempre
en
el
marco
del
plan
“Potenciar
Trabajo”,
fueron
emitidas,
sobre
todo,
por
la
supuesta
editorial
y
productora
de
papelería
llamada
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”.
En
este
artículo
se
reproducirán
varios
ejemplos
de
la
documentación
posiblemente
irregular,
entre
más
de
un
centenar
de
papeles
similares
que
están
en
poder
de
la
Justicia,
y
de
este
diario
también,
para
graficar
por
qué
los
investigadores
consideran
que
el
Polo
Obrero
malversó
el
dinero
público
destinado
al
trabajo
de
beneficiarios
de
los
planes
sociales.
La
facturación
del
Polo
Obrero
fue
entregada
a
la
Justicia
por
el
Ministerio
de
Capital
Humano,
de
Sandra
Pettovello,
que
se
presentó
como
querellante
en
esta
causa
judicial
mediante
la
secretaria
de
Legales
del
organismo,
Leila
Gianni.
El
30
de
septiembre
del
2020,
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
emitió
un
“Recibo
B”
a
nombre
de
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”,
en
el
que
informó
que
mediante
un
“cheque”
de
esa
agrupación
se
realizó
la
“cancelación
FC
pendiente
con
fecha
30/9/2020”
por
un
monto
de
300.000
pesos.
No
se
especifica
a
qué
operación
comercial
corresponde
esa
cifra.
Quien
validó
con
su
firma
ese
“recibo”,
en
calidad
de
“Presidente”
de
la
agrupación
piquetera
fue
Eduardo
Belliboni.
El
mismo
día,
la
misma
empresa
gráfica,
emitió
otro
“Recibo
B”
que
recibió
la
“Agrupación
Civil
Polo
Obrero”
por
otros
300.000
pesos
que
le
fueron
abonados
también
mediante
un
“cheque”,
distinto
al
antes
mencionado.
Igual
que
en
el
otro
documento,
tampoco
se
detalla
a
qué
corresponde
ese
pago
abultado,
más
aún
si
se
tiene
en
cuenta
la
valuación
del
peso
argentino
en
septiembre
del
2021.
De
nuevo,
es
Belliboni
quien
aprobó
ese
pago
con
su
firma
como
“Presidente”
de
su
agrupación.
Aquel
30
de
septiembre
del
2021
fue
un
día
de
pagos
importantes
para
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”.
La
editorial
“Ediciones
e
impresiones
Rumbos
SRL”
emitió
un
tercer
“Recibo
B”
a
la
misma
agrupación
piquetera,
en
el
que
especificó
como
“concepto”
la
“cancelación”
de
otra
deuda
“pendiente”
que
tenía
el
Polo
Obrero
con
ese
comercio.
DE
nuevo,
le
abonaron
lo
que
se
le
debía
con
un
cheque.
La
cifra
es
de
nuevo
significativa
y
no
se
menciona
a
cambió
de
qué
se
realizó
ese
cobro,
en
este
caso,
por
400.000
pesos.
El
papel,
como
los
dos
anteriores,
está
firmado
por
Belliboni.
En
los
tres
ejemplos
enumerados
en
los
párrafos
anteriores
la
“Tesorero”
del
Polo
Obrero
que
rubrica
los
recibos
es
el
mismo:
Mariano
Centanni.
Otro
ejemplo
de
otro
recibo
de
pago
de
la
misma
editorial
“Rumbos…”
entregados
a
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”:
el
31
de
octubre
del
2021,
la
empresa
dejó
constancia
que
la
agrupación
piquetera
le
abonó
1.110.000
pesos
por
la
venta
de
“Materiales
e
Insumos
de
Imprenta”.
En
este
caso,
es
llamativo
el
precio
de
costo
por
la
cantidad
de
ese
material
supuestamente
entregado:
“1”,
detalla
el
recibo.
Todos
estos
recibos,
y
más,
muchos
más,
igual
que
otra
enorme
cantidad
de
facturas
por
ventas
de
la
editorial
“Rumbos…”
al
“Polo
Obrero”
fueron
entregadas
en
concepto
de
“rendición
de
gastos”
a
la
Secretaría
de
Economía
Social
del
Ministerio
de
Desarrollo
Social,
al
mando
de
Emilio
Pérsico,
siempre
en
la
Presidencia
de
Alberto
Fernández.
La
empresa
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
también
le
vendió
a
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”
maquinaria
relacionada
con
la
gráfica
y
la
papelería.
El
31
de
marzo
del
2022,
emitió
una
“Factura
B”
a
nombre
de
la
agrupación
social.
“Producto:
DUPLICADORA
DUPLO
DP-J450
X.
Usada
en
estado
en
el
que
se
encuentra”,
especifica
el
documento.
Precio:
700.000
pesos.
Se
supone
que
el
Polo
Obrero
utilizó
esas
herramientas,
más
un
sinfín
de
material
impreso,
nombrado
como
“Impresiones
varias-saneamiento-concientización”
(siempre
con
el
nombre
de
una
provincia
en
las
que
éste
movimiento
tiene
llegada
territorial)
por
precios
muy
diversos,
a
veces
por
6
mil
pesos,
otras
por
69.855
pesos.
La
teoría
indica
que
esos
materiales
eran
usados
por
los
empleados
de
cooperativas
a
los
que
la
agrupación
integraba
a
labores
múltiples,
que
eran
pagadas
con
fondos
públicos,
siempre
en
el
marco
del
programa
“Potenciar
Trabajo”.
Otro
ejemplo
más
de
factura
“sospechosa”
utilizada
en
la
rendición
de
gastos
del
Polo
Obrero:
el
31
de
octubre
del
2021,
la
compañía
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
vendió
a
ese
movimiento
social
“Resmas
A4-Papel
para
Impresión-Productos
entregados
en
octubre
2021”.
Cantidad:
1.
Precio:
1.900.000
pesos.
La
Justicia
considera
que
hubo
facturación
“apócrifa”
y
“simulación
de
gastos”
de
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”
y
la
imprenta
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
porque
se
allanaron
todos
los
domicilios
registrados
por
esa
empresa
y
no
solo
no
se
encontró
ni
la
imprenta,
ni
ningún
comercio
relacionado
con
la
venta
del
papel,
si
no
que
las
direcciones
inscriptas
por
esa
firma
están
totalmente
vinculadas
a
Polo
Obrero.
La
empresa
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
fue
creada
el
28
de
diciembre
del
2016.
Su
inscripción
figura
en
documentos
públicos,
como
el
Boletín
Oficial,
fechada
el
4
de
enero
del
2017.
Jens
Christian
Rath
y
Roberto
Adrián
Albornoz
fueron
quienes
están
designados
como
“gerentes”
por
tiempo
indeterminado,
en
la
firma.
El
domicilio
consignado
ante
las
autoridades
estatales
fue
“Bartolomé
Mitre
2162”.
Luego
modificado
a
la
categoría
de
“Domicilio
alternativo”.
Las
fuerzas
de
seguridad
que
por
orden
de
la
Justicia
allanaron
esa
dirección
empresarial
se
encontraron
con
que
en
ese
sitio
no
había
imprenta
alguna.
En
Bartolomé
Mitre
2162
está
ubicada
la
sede
central
del
Partido
Obrero
(PO),
el
partido
político
de
la
organización
social
“Polo
Obrero”,
o
viceversa.
¿El
propietario
de
la
empresa
que
le
vendió
insumos
y
servicios
por
millones
y
millones
de
pesos
a
esa
agrupación
social
es
el
PO?
En
las
facturas
y
los
recibos
a
los
que
accedió
Clarín
y
la
Justicia,
se
puede
leer
que
la
compañía
de
la
polémica
tiene
un
“Domicilio
Comercial”
en
la
calle
Palestina
542.
Otra
vez:
cuando
se
allanó
esa
casa,
no
se
encontró
maquinaria
alguna
ni
papeles
a
granel.
Es
una
casa
en
la
que
vivía,
por
lo
menos
cuando
llegó
la
policía,
el
hijo
de
un
dirigente
del
Partido
Obrero,
Marcelo
Ramal.
¿Entonces?
Otra
vinculación
más
entre
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
con
el
Polo
Obrero
tiene
que
ver
con
una
de
las
pocas
empleadas
que
registró
la
empresa.
Se
llama
Claudia
Ferrero
y
es
abogada
del
movimiento
de
izquierda.
Los
documentos
públicos
consultados
por
este
diario
muestran
que
la
imprenta,
a
pesar
de
estar
vinculada
a
un
partido
que
lucha
contra
las
injusticias
del
capitalismo,
no
pagó
los
aportes
patronales
de
sus
trabajadores.
Además
de
venderle
material
y
maquinaria
a
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”,
la
imprenta
misteriosa
y
sin
sede
también
emitió
facturas
para
la
“Cooperativa
El
Resplandor”,
también
bajo
administración
del
Polo
Obrero.
En
ése
caso,
consta
en
el
expediente
judicial
una
escucha
telefónica,
entre
varias
otras
del
con
diálogos
parecidos,
en
la
que
uno
de
los
miembros
de
la
mesa
nacional
del
Polo
Obrero,
Jeremías
Cantero,
habla
con
una
interlocutora
del
temor
que
les
genera
que
se
los
investigue
por
“lavado”
si
se
indaga
sobre
las
cuentas
de
“El
Resplandor”.
En
el
relevamiento
de
la
documentación
que
hizo
Clarín,
hay,
entre
muchísimas
más,
al
menos
dos
facturas
que
“El
Resplandor”
presentó
como
rendición
de
sus
cuentas
a
la
Secretaría
de
Economía
Social
de
Pérsico,
el
mismo
organismo
en
el
que
trabajó
Cantero
hasta
marzo
pasado.
La
“Factura
A”
del
10
de
febrero
del
2022
de
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”
emitida
a
nombre
de
“Cooperativa
de
Trabajo
El
Resplandor
Limitada”,
se
consigna
que
esa
organización
le
pagó
a
la
empresa
de
papeles
250.000
pesos
por
la
adquisición
de
“KIT
de
Seguridad
de
Ropa
de
Trabajo-Compuesto
por
Carcasa
Libus
sin
ventilación
ORMA…”.
El
mismo
documento
indica
que
se
compró
solo
una
unidad
de
ese
kit.
En
la
misma
fecha,
10
de
febrero
del
2022,
la
misma
compañía
también
le
emitió
una
factura
A
a
la
misma
Cooperativa
por
la
venta
de
“Impresiones
4
Colores
Papel
Ilustración
72
%
2
por
resmas
de
500
hojas”.
Precio:
250.000
pesos.
En
éstas
dos
últimas
facturas,
quien
valida
la
operación
como
“Presidente”
de
“El
Resplandor”
es
María
Isolda
Dotti,
otra
de
las
imputadas
por
la
Justicia
en
este
caso.
EL
25
de
junio,
día
en
que
Belliboni
debería
presentarse
a
declarar
en
indagatoria,
también
está
citado
en
los
tribunales,
en
horario
distinto,
Ramón
Albornoz,
el
gerente
desde
el
2017
de
“Ediciones
e
Impresiones
Rumbos
SRL”.
Otra
empresa
que
le
facturó
una
cifra
millonaria
a
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”,
también
mencionada
por
Casanello
como
posible
usina
de
facturación
apócrifa,
es
Coxtex
SA.
Según
publicó
La
Nación,
esa
firma
cerró
una
operación
con
la
agrupación
social
por
3.664.418
pesos
debido
a
correspondiente
a
la
venta
de
12
notebooks
marca
Lenovo,
un
software
llamado
PRO
TOOLS
Perpetual,
y
Parlamentes
Inalámbricos
marca
Sony.
Eso
habría
pasado
el
4
de
octubre
del
2021.
Sin
embargo,
Clarín
accedió
a
otro
documento
de
COXTEX
SA
que
advierte
en
letra
impresa
que
“no
es
válido
como
factura”,
en
el
que
se
registró
que
la
firma
recibió
de
parte
de
la
“Asociación
Civil
Polo
Obrero”
la
misma
cifra
exacta
de
la
venta
de
la
tecnología
antes
mencionada.
Ocurre
que
este
“recibo”,
presentado
por
la
agrupación
social
en
el
Ministerio
de
Desarrollo
Social
K,
tiene
otra
fecha
distinta
a
la
factura
de
la
venta
de
notebooks,
parlamentes
y
el
software.
En
letra
manuscrita,
se
enumeran
que
se
cobraron
por
“maquinaria,
computadoras
portátiles
y
equipamientos”
cheques
del
banco
Credicoop
por
un
total
de…
3.644.418
pesos.
Este
papel
indica
que
esta
operación
ocurrió
siete
meses
después
de
la
facturación
en
la
que
coincide
la
cifra
exacta
hasta
el
último
peso:
el
documento
se
emitió
el
9
de
mayo
del
2022.
El
líder
social
del
Polo
Obrero,
Eduardo
Belliboni,
explicó
en
una
entrevista
en
el
canal
IP
que
la
empresa
“Rumbos…”
proveía
de
“materiales
y
papel”
al
Polo
Obrero,
y
que
los
dueños
de
la
firma
son
“simpatizantes
del
Polo
Obrero,
ni
siquiera
son
militantes,
no
es
ningún
delito,
y
hasta
hacen
aportes
en
las
campañas
financieras”.
También
afirmó
que
es
“una
imprenta
que
le
hace
las
boletas
al
Partido
Obrero
y
al
Frente
de
Izquierda”.
Belliboni
se
quejó
porque
el
“juez
Casanello
deberá
probar
que
la
plata
del
Estado
fue
a
parar
a
´Rumbos´.
Nosotros
les
pagábamos
las
cosas
que
necesitábamos
para
los
proyectos…”.
La
Justicia
considera
que
el
dinero
posiblemente
irregular
que
se
desvió
de
los
fondos
destinados
al
“Potenciar
Trabajo”
alrededor
de
25
millones
de
pesos
para
las
prácticas
partidarias
del
PO.
Clarín
publicó
en
este
nota
solo
algunos
de
los
documentos
contables,
con
sello
oficial
y
firmas,
bajo
la
sospecha
de
la
Justicia.
En
total,
se
analizaron
167
facturas
y
recibos
d
el
“Polo
Obrero”.
Es
imposible
consignar
su
contenido
en
un
espacio
limitado
como
lo
es
una
página
de
papel
del
diario.