Su
equipo
quiso
seguir
los
pasos
de ‘Jurassic
Park’,
pero
la
crítica
no
está
de
acuerdo
con
sus
decisiones
La
crítica
y
la
audiencia
no
siempre
se
ponen
de
acuerdo
a
la
hora
de
valorar
una
película.
A
menudo,
lo
que
los
espectadores
consideran
una
historia
disfrutable,
los
medios
especializados
califican
con
un
suspenso
las
decisiones
tomadas
por
su
director.
Este
no
es
el
caso
de
Congo,
largometraje
que
es
recordado
como
el
más
absurdo
y
peor
hecho
de
los
noventa
tanto
por
la
crítica
como
por
el
público.
Aún
así,
los
segundos
decidieron
darle
una
oportunidad
en
las
salas
de
cine,
permitiendo
que
recaudase
más
de
152
millones
de
dólares
en
la
taquilla
mundial.
“Una
de
las
películas
más
absurdas
jamás
hechas”,
firma
el
crítico
Rodolfo
Sánchez
en
SensaCine,
definiendo
Congo
como “un
sinfín
de
cosas
más
todas
juntas
y
revueltas
para
conformar
una
narración
casi
alucinógena
que,
mediada
la
misma,
hace
dudar
al
espectador
de
si
está
ante
una
película
presumiblemente
seria
o
ante
una
comedia
enloquecida”.
La
película
no
fue
bien
recibida
por
la
crítica
en
1995:
cuenta
con
una
puntuación
de
0,5
sobre
5
estrellas
en
SensaCine
y
un
20%
de
calificación
por
parte
de
los
medios
especializados
en
Rotten
Tomatoes.
Paramount
Pictures
Dirigida
por
Frank
Marshall
(¡Viven!),
Congo
pretendía
imitar
uno
de
los
grandes ‘blockbuster’
de
la
historia
del
cine,
Jurassic
Park.
La
adaptación
de
la
novela
Expedition
Congo
del
afamado
autor
Michael
Crichton
contó
con
un
presupuesto
de
50
millones
de
dólares
-solo
13
menos
que
Parque
Jurásico-,
y
obtuvo
una
recaudación
de
150
millones.
Estas
cifras
deberían
ser
síntoma
de
éxito
dentro
de
la
industria,
pero
las
críticas
que
recibió
la
convirtieron
en
una
de
las
peores
películas
de
los
noventa.
29
años
después,
la
audiencia
se
ha
olvidado
de
su
existencia
y
los
críticos
siguen
opinando
que,
por
si
no
fuera
poco,
la
cinta
ha
envejecido
realmente
mal.
Las
expectativas
para
el
estreno
de
esta
película
estaban
por
las
nubes,
pues
Marshall
también
había
trabajado
como
productor
de
Indiana
Jones
e
intentaría
replicar
su
apasionante
búsqueda
del
tesoro.
Durante
una
expedición
al
Congo,
un
equipo
de
exploradores
se
adentra
en
la
selva
africana
en
busca
de
la
ciudad
perdida
de
Zing
y
sus
legendarias
minas
de
diamantes.
Entre
los
integrantes
del
equipo
se
encuentran
la
doctora
Karen
Ross
(Laura
Linney),
quien
busca
a
su
prometido
desaparecido,
y
el
primatólogo
Peter
Elliot
(Dylan
Walsh),
quien
lleva
consigo
a
Amy,
una
gorila
capaz
de
comunicarse
mediante
el
lenguaje
de
señas.
Juntos,
enfrentarán
peligros
mortales
y
buscarán
un
diamante
con
el
que
conseguir
que
funcione
un
transmisor
de
comunicación
por
láser
que,
a
su
vez,
puede
utilizarse
como
un
arma.