A
pesar
de
que
la
saga
X-Men
estaba
funcionando
como
un
tiro,
en
Fox
tenían
miedo
de
introducir
a
un
mutante
en
particular,
un
mito
de
los
cómics
Marvel
capaz
de
romper
la
cuarta
pared
y
de
hacer
bromas
constantes.
Me
refiero,
claro,
al
Mercenario
Bocazas,
más
conocido
ahora
por
todos
como
Deadpool.
Sin
embargo,
en
su
primera
aparición,
en
X-Men
Orígenes:
Lobezno,
hicieron
que
tuviera
los
labios
sellados,
pudiera
disparar
lásers
por
los
ojos
y
le
quitaron
el
clásico
traje
rojo.
Por
suerte,
quien
estaba
detrás
del
personaje
también
era
fan
del
mismo,
y
Ryan
Reynolds,
como
sabemos,
acabó
haciéndole
justicia.
Menos
mal.
Shake
it
off,
Deadpool
Cuentan
los
que
han
trabajado
con
él
que
Reynolds
es
una
fuerza
creativa
increíble
y
que
es
muy
amigo
de
sus
amigos.
Por
ejemplo,
de
la
cantante
Taylor
Swift,
con
la
que
tanto
él
como
su
mujer,
Blake
Lively,
quedan
a
menudo.
Cosas
de
famosos.
De
hecho,
se
rumoreaba
que
aparecería
en
Deadpool
y
Lobezno
en
un
cameo
especial,
pero
no
lo
hizo
porque,
según
bromeaba
el
actor,
ella
le
denunció
por
utilizar
a
sus
gatos
en
Deadpool
2.
Espera,
¿qué?
Como
lo
escucháis:
en
una
escena,
Wade
Wilson
aparece
vistiendo
una
camiseta
en
la
que
podemos
leer
Olivia
&
Meredith,
best
friends
furrrrever
(Olivia
y
Meredith,
mejores
amigas
purrrrr-a
siempre).
¿Y
quiénes
son
Olivia
y
Meredith?
Pues,
efectivamente,
las
gatas
de
Swift.
A
cambio,
la
cantante
no
dudó
en
poner
a
la
hija
de
la
pareja
en
su
canción
Gorgeus.
Y
yo
conformándome
con
que
mis
amigos
traigan
refresco
si
vienen
a
merendar
a
casa.

Fox
A
día
de
hoy,
los
tres
siguen
siendo
muy
amigos,
se
felicitan
en
los
discursos
de
agradecimiento,
van
juntos
a
pedir
caramelos
en
Halloween
y
Swift
es
incluso
la
madrina
de
sus
hijos.
Si
alguna
vez
te
habías
preguntado
por
qué
esos
gatos,
ahora
lo
sabes:
forman
parte
de
una
de
las
historias
de
amistad
más
bonitas
de
todo
Hollywood.
Miauy
bonita.