
En
la
primera
versión
del
guion
de
John
Wick,
no
tenían
muy
claro
cuál
era
el
motivo
que
iba
a
llevar
al
personaje
de
Keanu
Reeves
a
volver
a
coger
las
armas
y
marchar
a
luchar
contra
sus
enemigos.
Derek
Kolstad,
el
autor
del
guion,
se
planteó
que
fuera
el
asesinato
de
su
mujer
y
su
familia,
pero
le
parecía
un
cliché
de
película
mala.
Tras
darle
una
vuelta,
prefirió
que
fuera
su
perro,
y
fue
un
acierto
descomunal.
Por
cierto,
si
tienes
curiosidad,
en
la
vida
real
su
cachorro
de
beagle
se
llama
Andy,
sigue
vivo
y
fue
adoptado
por
un
amigo
de
su
cuidador.
Ya
podéis
respirar
tranquilos.
Hora
de
matar,
hora
de
morir
Lo
cierto
es
que
Derek
Kolstad
tuvo
suerte,
porque
a
inicios
de
siglo
tenía
tantas
ganas
de
ser
guionista
que
llegó
a
escribir
ocho
guiones
al
año…
sin
que
ninguno
acabara
en
producción.
Tras
abandonar
su
carrera
para
dedicarse
a
otra
cosa,
teniendo
los
guiones
como
mero
hobby,
es
cuando
consiguió
el
éxito,
tanto
con
John
Wick
como
con
la
saga
Nadie.
Abriéndose
paso
en
Hollywood
a
patada
limpia.
Pero
claro,
¿cómo
no
iba
a
conquistar
a
los
productores
un
guion
que
llevaba
el
detalle
hasta
el
extremo?
Fijaos
bien
en
el
reloj
de
nuestro
héroe,
porque
tiene
mucha
importancia:
antes
de
empezar
su
matanza,
lo
tiene
puesto
como
cualquier
reloj
en
la
muñeca.
Sin
embargo,
cuando
matan
a
su
perro,
lo
primero
que
hace,
de
manera
muy
sutil,
es
cambiarse
el
reloj
de
lado,
de
tal
manera
que
las
manijas
están
en
la
zona
anterior
de
la
muñeca.

lionsgate

lionsgate
Tiene
todo
el
sentido
del
mundo:
es
algo
que
los
militares
hacen
por
dos
motivos.
El
primero,
evitar
que
el
sol
se
refleje
y
les
haga
daño
en
los
ojos.
El
segundo,
poder
mirar
la
hora
mientras
están
en
un
tiroteo.
Desde
luego,
John
Wick
sí
que
sabe
ser
previsor.













