Es ligeramente difícil definir ‘Devs’, la serie creada, escrita y dirigida por Alex Garland. Incluso habiendo visto los dos episodios que nos han facilitado, resumirlo más allá de las escuetas sinopsis que nos pasan desde HBO España es una labor ardua. Pero las primeras impresiones que me han dejado, por otro lado, son muy positivas.
Esta es la historia de Lily (Sonoya Mizuno) y Sergei (Karl Glusman), una joven pareja de ingenieros informáticos que trabajan para Amaya, una empresa de tecnología pionera dirigida por Forest (Nick Offerman), un gurú sosegado y firme.
La acción comienza cuando él es ascendido para trabajar en el ultrasecreto departamento Devs. Aparte de que el nombre indica desarrollo, nadie sabe qué es Devs excepto el puñado de personas que tienen acceso, y no en su totalidad. Un misterio que deberá resolver Lily cuando su novio desaparece.
Una propuesta que gustará a unos y será odiada por otros
Como pasa con casi toda la obra de Garland, ‘Devs’ puede ser divisoria. O entusiasma (seduce, más bien) o no. O te parece una joya o bisutería para dar el pego a la hora de hacer una producción de prestigio. Pasa con ‘Aniquilación‘, con ‘Ex Machina‘ e incluso con su guion de ‘Dredd‘.
De hecho, he de reconocer que la promoción de la serie me daba mucha pereza. Ese toque etéreo, ese halo de mantener el misterio sobre de qué va, hacía presumir algo pretencioso que apuesta más por la estética estilística que por el contenido. Pero nada más lejos de la realidad.
Que no es que no tenga una estética cuidada. Si algo destaca en ‘Devs’ es, precisamente, que es hipnótica. Los primeros minutos de la serie, en los que parece que el mundo está detenido en lo que Lily y Sergei llegan a comenzar su jornada laboral en Amaya son hermosos y cautivadores. Y el halo misterioso de después ayuda mucho a no despegar los ojos de la pantalla.
Enigmática y familiar al mismo tiempo
Porque si hay algo, además, que defina a los personajes es que son enigmáticos. No es que sean grandes puzzles por resolver, sino que todos tienen ese halo de tener una puerta del pasado tapiada o se mueven, al menos, en un mar críptico… o de impasibilidad cara a la galería.
Incluso da la sensación de que no nos están contando todo de la heroína. De hecho el único que parece un libro abierto es un vagabundo que duerme en un portal.
Como ciencia ficción, ‘Devs’ nos habla de un momento en el que ese “gran salto” de la humanidad a nivel científico tecnológico está siendo preparado. Esa nueva revolución que nunca llega y que promete cambiar para siempre las grandes preguntas y misterios espirituales.
Y eso, al parecer, requiere de gurúes sin ataduras morales. Ahí entra la visión de Forest del universo: “determinista, sin dioses, neutral, definida solo por las leyes de la física” dirá en un momento del primer episodio para concluir hablando de lo falaz del libre albedrío.
Alex Garland no evita caer en terrenos comunes del género, incluyendo la “corporación sin moral”, su toque de espionaje y thriller (a mí me ponéis a Zach Grenier en cualquier papel y ya entro) y sí, sus propios intereses a la hora de hablar de tecnología.
Unas líneas más arriba decía que ‘Devs’ puede llegar a ser bastante divisoria. Personalmente creo que tenemos entre manos una serie bastante fascinante, hipnótica, con un par de momentos bastante alucinantes y, por lo general, bastante recomendable. Sin embargo, habiéndome gustado y viéndole sus virtudes, sus costuras son visibles y esas cualidades etéreas se convierten en vapor y se esfuman.