Pablo Chavarría se preparaba para “el” partido. Después de recuperarse de una lesión, venía ganando minutos y estaba ilusionado con la chance de estar ante el Barcelona de Lionel Messi. De hecho, todo Mallorca esperaba esa fecha. El club, regresado a la élite de la máxima división de España a mediados de 2019, disfrutaba un entusiasmo pocas veces visto. Pero… el “pero” es asunto mundial. Y no hubo fútbol. Y no hay fútbol.  

Hoy, Pablo Chavarría está en el confinamiento (como le dicen en España a la cuarentena). “La vamos llevando de la mejor manera posible con los chicos”, se confiesa como cualquiera de los millones de humanos que está en el encierro de su casa para evitar la propagación del virus covid-19. Cada mañana, sus hijos Bautista (cinco años) y Xiana (tres) toman clases por video-llamada. Gisela, su esposa, lo ayuda en la gestión.

De algún modo, todos en la familia van al colegio. “Es una nueva experiencia y la disfrutamos”, se sincera Pablo en el contacto teléfonico con Mundo D. Claro que, a la tarde, se invierten las cargas y… todos van al gimnasio. “Tengo un pequeño espacio y ahí hacemos ejercicios los cuatro, ja. Yo hago la rutina que me marcan del club, con los elementos que me dieron; y también nos movemos con mi mujer, lo hacemos también para mantenernos bien”.

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Está informado de todo, repasa diariamente los portales argentinos y cordobeses. Sigue (muy) de cerca a Belgrano, club en el que hizo las inferiores y llegó a primera en 2008. Luego de dos años en alto nivel, pasó a Anderlecht (donde compartió equipo con Matías Suárez). En Bélgica también se puso la remera de Eupen y Cortrique. En 2013 pasó al fútbol francés, con recordados pasos por Lens y Reims (donde es ídolo). A mediados de 2019, el Mallorca español puso los ojos en él y lo contrató.  

Entusiasmado por estar en la liga española y a la vez preocupado por el contexto social, Pablo lleva la cuenta del aislamiento: “Ya son 17 días de confinamiento y en todos, salvo uno, entrené”. Y le mete fiereza a la situación: “Estoy haciéndolo con todo. No voy a parar, quiero estar pleno para cuando se vuelve a jugar. No voy a parar, no voy a aflojar, estoy en un gran club y quiero que me vaya bien”.

Chavarría, delantero nacido en Las Perdices hace 32 años, tiene dos años de contrato con Mallorca más la opción de una prórroga por una campaña temporada.

–¿Qué pensás de “todo esto”?

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–Que en Argentina aprendieron de lo que pasó en España y están haciendo bien con la cuarentena. Que depende de todos sobrellevar esto y que todos hemos aprendido que los valores de la vida son la salud y la familia. Pienso que uno empieza a valorar el día a día, a no proyectar demasiado. Que hay pequeñas cosas que son importantes. 

–¿Qué se dice en el ámbito español sobre la reducción de sueldos en los planteles?

–Por ahora, nosotros no hemos tenido novedades. Sabemos que el fútbol no es lo prioritario y esperaremos a ver qué pasa. 

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–¿Qué nivel tiene la Liga española? ¿Es todo Barcelona, Real Madrid y Atlético?

–La verdad es que me sorprendió el nivel técnico. Hasta los equipos chicos juegan bien, no renuncian a tratar bien la pelota o salir jugando desde el fondo. Por más que estén peleando por no descender, no renuncian a sus ideas. Técnicamente es muy bueno. Con respecto a la ligas en las que estuve antes, noté más el paso de la liga belga a la francesa que de la francesa a la española. 

–En este fútbol español, ¿tenés mejores chances de explotar tus virtudes?  

–Es un sueño jugar acá. De chico siempre ves la liga española. Y acá en Mallorca hay mucha historia por los argentinos que pasaron por acá.    

–¿La ciudad?

–Es una isla muy grande. Es tan grande que no te das ni cuenta que estás en una isla. Los aficionados tienen mucho entusiasmo por el equipo. Nosotros queremos quedarnos en primera y estamos en la pelea (Mallorca ocupa uno de los tres puestos descensos, pero está a un punto de salir de esa zona). 

–De todas las veces que sonó tu nombre en Belgrano, ¿alguna vez hubo conversaciones concretas?

–Sí, puede ser una vez, cuando justo firmé con Reims, fue en… 2016. En ese momento, yo le había dado la palabra a este club francés y lo de Belgrano llegó muy sobre la hora y por eso no se dio. Pero, mirá, con cosas como estas que están pasando con el coronavirus, te das cuenta que tenés que pensar en el día a día y no tanto a futuro. Es una enseñanza. Yo siempre dije que quiero ir a Córdoba y jugar en Belgrano. Pero tampoco quiero generar falsas expectativas al hincha de Belgrano. 

–¿Hay muchos factores que influyen?

–Es que depende de muchas cosas. De uno, del club, de la vida. Mirá lo que está pasando. Y me lo digo a mí, no quiero mirar mucho más allá. A veces uno tiene muchas ganas y después las cosas cambian, la vida cambia. Y hay que estar preparado para eso. Es una lección. 

–El hincha de Belgrano mira hacia afuera y ve algunos cracks en edad de dar mucho. “Juguemos” pensando en cuatro: vos, Franco Vázquez, Matías Suárez y Lucas Zelarayán. ¿Podrían jugar juntos?

–Ja, ja. Siempre hablamos de eso. Nos escribimos. Qué lindo sería volver y todos en el mismo tiempo. Cuando nos vemos o nos escribimos, hablamos de Belgrano. Sería un sueño jugar en un Belgrano todos juntos. Ojalá, pero es como te digo. No hay que pensar mucho en eso por todo lo que pasa y a veces uno no puede controlar. 

–¿Por qué Belgrano sacó, en aquel tiempo, tantos buenos jugadores?

–Porque se hizo un buen trabajo en inferiores. A algunos de nosotros nos llevó Marcelo Bonetto, Fabián López. Y tuvimos la suerte también de trabajar con grandes técnicos como el “Nene” Solazzo y Jorge Guyón. Desde que llegó Armando Pérez (en 2005) el trabajo en inferiores fue increíble. Nos cambió la vida. Yo viví ese cambio. Por ejemplo, nosotros, los que veníamos del interior, vivíamos debajo de una de las tribunas de la canchas. Y después pasamos a vivir en un hotel de barrio Inaudi. Y pasamos a entrenar a canchas como el predio de Belgrano. Todo eso te hace progresar como jugador. Eso nos ayudó a llegar. 

–¿Cuál fue tu mejor momento en Belgrano?

–Los dos que estuve en primera. Hice goles en los clásicos con Instituto y con Talleres. Me sentía muy bien, con cómo jugábamos, con todo. Nos faltó ascender con Rosario Central, lamentablemente.  

–¿Tu mejor gol en Belgrano?

–El gol a Instituto, quizá  Y también el que le hice a Talleres. Fue el primero que había hecho de local, fue muy emotivo. Estaba toda mi familia en la cancha y después del partido la pasamos muy bien. Me acuerdo. Fue muy lindo. 

–¿Y tu mejor momento en Europa?

–Cuando ascendimos con Reims. Hice 14 goles, di 10 pases gol. Hicimos 88 puntos y rompimos todos los récords. Sé que me eligieron entre los 11 mejores de la liga. Fue un gran año. 

Y sí, la nota dio para mirar para atrás porque el futuro es más incierto que nunca. Y la nota también dio para mirar el presente, lleno de rutinas pocos frecuentes en la vida de los Chavarría. Lo admite Pablo, que dice que se redescubre en familia cada día que pasa. Y también que ya encontró un nuevo “representante”.

Lo cuenta. “Jugamos con mi hijo a la en la Playstation al Fifa 20… Soy bueno, creo, ja, bah… Me defiendo, ja, ja. Tengo un equipo en el Fifa 20, en el modo FUT (Fifa Ultimate Team). Y tengo a varios argentinos en el equipo. Di María, Dybala. Me faltaba Pablo Chavarría nomás. Mi hijo me hizo que lo compre nomás. Me tendré que poner de titular, ja, ja”. 

Los goles que mencionó “Chava”

A Instituto en el Chateau

A Talleres, también en el Chateau

Todos los datos de Pablo Chavarría, aquí

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