La esencia de un club se encuentra en todos sus rincones, en la historia, en sus glorias y en cada una de las palabras que se expresan cuando se habla del significado del mismo en el corazón de quien lo siente como propio.

Leonardo Torres, el “Leo” como lo conocen los hinchas de Belgrano, es el actual técnico de la séptima división de AFA, pero fue en su momento un jugador emblema en una escuadra plagada de “tipos que sentían en su piel” el Celeste. Porque llegó al club a los 11 años y pasó por todas las categorías, para arrancar en novena y terminar en primera. Fue autor de uno de los goles ante Aldosivi en el ascenso de 1998 y “las pasó a todas” en el Pirata.

Mientras cumple la cuarentena en su casa junto a su familia y agradece “por estar cómodo y que no me falta nada”, el ex volante del Pirata cuenta su preocupación por el presente económico del país porque “estamos frenados en todos los ámbitos”.

“Nosotros con los chicos trabajamos pasándole planes adaptados a espacios reducidos, porque no todos viven en casas o con espacio para hacer algunos entrenamientos especiales. La idea es que hagan algunas cosas, pero cuando se regrese a la actividad, casi que te diría que vamos a arrancar de cero. Más allá que los chicos son responsables y hacen los trabajos”, sostiene.

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Pero para quien fue un volante talentoso y que además de ascender con Belgrano, fue campeón con Racing Club en 2001: “Los chicos en un par de entrenamientos se ponen nuevamente a tono. No es el mismo nivel de competencia que en primera. Pero hay que pensar en que esto no será en el corto plazo, porque lo que pinta es que el fútbol va ser de lo último que vuelva”.

Una de las cuestiones a tener muy en cuenta es la motivación sobre los juveniles: “Es todo un tema. Algunos chicos la tienen de forma natural. Pero estar en Belgrano ya debe motivarte, porque estas en un nivel de competencia muy alto y tienes que sentirla. Pero a todos nos pasa que cuando llega el fin de semana y no jugás, se hace algo complicado”.

Enseñar lo que es la “B”

“Leo” Torres se formó en el Pirata y hoy es un “maestro” para los más chicos, porque cuenta que “los que vivimos lo que era Belgrano en otros tiempos, le hablamos siempre a los jugadores de todo. Porque nosotros vivimos otra cosa. Cuando una práctica termina y alguno deja una pechera tirada, lo llamo y le digo: ‘no lo haga, este es un elemento de trabajo. No crea que en todos los clubes se tienen todos los elementos’. Y allí no más llamo algún otro chico, uno que viene de otro club y le hago que le cuente las carencias que tienen. Y al toque les digo: ‘Esto ocurre acá. Esto de tener todo para trabajar, pero entienda que no siempre fue así. Así que cuide todo’”.

“Siempre uno les dice que le tocó vivir la época en que eran dos equipos en una práctica y nada de pechera: uno con remera y el otro en cuero. Entonces deben entender que fuera del predio es otra realidad, porque aquí tienen de todo y no es así en otros lados”, prosigue.

Pero Torres entiende bien a los juveniles y sabe que se “acostumbran a tener de todo. Ellos en Belgrano tienen canchas con césped y todos los elementos. Pero deben valorarlo porque en otros lados no hay. Uno siempre se lo está remarcando y espero que les sirva más adelante y que cuando lleguen arriba lo hayan entendido”.

Al referirse a los nombres de grandes jugadores que vistieron la camiseta del Pirata, Leo cuenta: “A mí me pasa que los chicos que hoy tengo son 2004 y fue el último año que jugué. Es decir que no me vieron. Pero cuando te van conociendo, la curiosidad los lleva a ver en las redes o en You Tube algunas imágenes. Porque lo que hay que lograr es dejarlos con la intriga y que te escuchen. Contarle anécdotas para que comprendan lo que hay en el club y que no había antes. ‘Profe con cuantas pelotas entrenaban ustedes’ me dicen y no sabés la cara cuando les digo con una. Porque ellos trabajan con 14 (se ríe)”.

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Finalmente, Torres cuenta que “siempre inculcamos la idiosincrasia de los grandes jugadores del club. Queremos que los chicos conozcan, pero no es fácil. Tenemos que lograr que se interesen, que les llame la atención y busquen. Una vez fue la “Milonguita” Heredia al predio y estaba sentado en un rincón. Junté los chicos y les dije: ‘Saben quién es ese hombre’, me miraron y les conté: ‘Fue un jugar extraordinario, que brillo en Belgrano y que es ídolo en el Barcelona’. Uno les trasmite, después son chicos y hay que dejarlos que procesen, busquen y entiendan”.

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