Mientras los millennials se siguen devanando los sesos para entender ‘Tenet’, dando por hecho que es uno de los taquillazos del año (y ojo, que lo es), la generación Z está acudiendo en masa a las salas de cine a ver ‘After: en mil pedazos‘, la última película de Roger Kumble y segunda parte de la saga literaria superventas escrita por Anna Todd.

Otro fenómeno fan que se ríe de las críticas

Pero, ¿cómo es posible que una cinta llena de clichés adolescentes haya llenado los cines en plena pandemia, superando incluso a la última película de Christopher Nolan en la semana de su estreno? Pues porque, al contrario de lo que mucha gente cree, los adolescentes leen. Puede que no lean lo que nosotros querríamos que leyesen, pero leen. Y se interesan por ir a ver las películas basadas en sus libros favoritos.

‘En mil pedazos’ es el segundo de los cinco volúmenes que componen ‘After’, y su acogida en taquilla ha sido muy similar a la de la primera parte, estrenada en 2019. Esta solamente tiene un modesto 5,4 en IMDb… nota que la segunda supera, de momento, solo por unas décimas. Si pese a las críticas negativas está consiguiendo tan buenos resultados de taquilla, parece claro que tendremos ‘After’ para rato.

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La historia es sencilla: en la primera entrega, chico conoce chica, se enamoran, él la traiciona y así, en resumen, acaba mal. La segunda retoma la historia de Tessa (Josephine Langford) y Hardin (Hero Fiennes Tiffin, sobrino en la vida real del mismísimo Voldemort) un mes después del final de la primera.

Aquí, él sigue atormentado, bebiendo y tatuándose… vamos, lo típico que haces a los 20 años. Y ella ha encontrado un trabajo no remunerado en una editorial, que es también lo típico que haces a los 20.

Hardin lleva semanas esperando una llamada de Tessa que nunca parece llegar… hasta que lo hace y no es como él esperaba. Empieza aquí una serie de encuentros y desencuentros en hoteles de lujo, oficinas, lofts increíbles… y aquí es cuando, si tienes algo más de 20 años (ejem), todo deja de ser lo típico que haces a esa edad.

‘After: en mil pedazos’ trata una historia de amor adolescente como si se tratase de amor adulto y, aunque si su estreno te ha pillado mayor que los protagonistas puede que no te la creas ni de lejos, probablemente ahí resida el secreto de su éxito. O al menos esa sensación tuve en la sala de cine cuando, en las escenas más calientes, se escuchaban risitas adolescentes y se veía alguna pantalla de móvil encendida intentando grabar la peli sin ser pillada.

‘After: en mil pedazos’, tirando de fórmula y fidelidad

After 2

Ver al chico malo diciendo frases como “soy mejor gracias a ti o encajando a calzador palabrotas para ensalzar su discurso de guaperas trasnochado (?), y escuchar a la vez a una chica en la fila de atrás un “ay, tía, es que es súper mono“, me hizo retroceder hasta finales de los 90, cuando yo tenía la edad (y el pavo) que el público de ‘After’ tiene ahora, y acababan de estrenar ‘Titanic‘.

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Pero eso no ha sido lo único de la cinta que me ha hecho sentirme mayor: uno de los protagonistas, que de cara a partes futuras tiene pinta de que va a ser el tercero del triángulo, es Dylan Sprouse, el niño de ‘Un papá genial’ (‘Big Daddy’, 1999) haciendo ya un papel de persona adulta trabajadora y completamente funcional.

Puede que ‘After: en mil pedazos’ no vaya más allá de ser una peliculita romántica llena de topicazos, pero es una fiel adaptación del libro que, sin duda, allana el terreno para comenzar una nueva historia. Esta será ‘After: almas perdidas’, la tercera parte de la obra de Todd que, junto a la cuarta (‘After: amor infinito’), ya está en proceso de producción, tal como han anunciado esta misma semana los propios protagonistas.