La próxima llegada a los cines de ‘Península‘ (‘Train to Busan 2’) nos ha llevado a reflexionar sobre las continuaciones dentro del cine de terror. No es un género al que le vengan demasiado bien (se tiende a la repetición, dando más de lo mismo pero en dosis más grandes) aunque sí hay unas cuantas que merecen la pena.
A continuación voy a repasar las que considero que son las 21 mejores secuelas del cine de terror. Antes de dejaros con ellas me gustaría aclarar que he optado por introducir solamente una por personaje o franquicia para que haya más variedad y que, obviamente, la selección se ha hecho siguiendo criterios estrictamente personales.
‘Aliens: El regreso’
Un caso de lo más peculiar, ya que la estupenda primera entrega dirigida por Ridley Scott mezclaba la ciencia-ficción con el terror para dejarnos una película inolvidable, pero Fox confió su secuela a James Cameron, quien optó por potenciar el componente de acción para poder llevar más allá a la teniente Ripley y convertirla en una heroína con todas las de la ley.
Personalmente nunca he sido un gran enamorado de uno de esos raros casos en los que no pocos la llegan a situar por encima de su predecesora. Eso no quita para que Cameron logre imprimirle un gran ritmo -aunque el metraje se dispara en exceso-, cuente con una estimulante galería de personajes, vaya un poco más allá en la mitología de esta criatura y tenga varias escenas para el recuerdo.
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‘Destino final 2’
La primera entrega partía de una premisa excelente a la que no terminaba de sacar todo el partido, llegando a rozar el ridículo en alguna secuencia. En su inmediata secuela eso se arreglaba con un trabajo de puesta en escena mucho más depurado, en el cual se prestaba especial atención a las muertes, dotándolas de una fuerza indiscutible que la hacía mucho más entretenida.
Seguir contando con el personaje interpretado por Ali Larter ayudaba a fortalecer la conexión con la primera entrega y dotaba a la amenaza de la muerte de un componente diferente. Como si para evitarla te tuvieras que condenar a una vida sin vida. Luego la franquicia perdió interés hasta una quinta entrega de lo más estimable que daba en la diana en su forma de conectar con la primera, a la que también superaba, aunque por un margen más estrecho.
‘El ataque de los muertos sin ojos’
Amando de Ossorio contó con un presupuesto más holgado para sacar adelante la secuela de ‘La noche del terror ciego’, segunda entrega de su franquicia de los templarios. Eso se traduce en un mayor número de escenas de “acción” que permite ver a estas criaturas en movimiento.
Ossorio opta aquí por un relato más dinámico -a la primera le costaba lo suyo arrancar- centrada en el asedio de los templarios a los protagonistas. Por el camino de pierde el halo de misterio y aunque hay más dinero languidece visualmente respecto a otras producciones internacionales, pero también el guion es más solvente y te hace pasar un muy buen rato.
‘El exorcista 3’
‘El exorcista’ está considerada como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, pero la segunda entrega no estuvo, ni de lejos, a la altura de las expectativas. La tercera también gozó de una acogida un tanto fría pese a que detrás de ella estaba el autor de la novela original. Vista hoy en día parece claro que fue culpa de las expectativas por forma parte de esta franquicia.
Es cierto que saca partido a varios detalles imprescindibles que la vinculan con la cinta dirigida por William Friedkin, pero ‘El exorcista 3’ funciona mejor como entidad individual en la que su aproximación a las posesiones demoníacas va en otra dirección muy diferente. Además, aquí prima el relato detectivesco con los problemas de fe como hilo conductor. Todo ello desarrollado de forma efectiva pese a la algo discreta interpretación de George C. Scott.
‘Expediente Warren: El caso Enfield’
James Wan optó por dar a ‘Expediente Warren: El caso Enfield’ una fuerza visual tremenda desde sus primeros compases a través del manejo de cámara, desmarcándose así del enfoque más clásico de la estupenda ‘Expediente Warren: The Conjuring’. De esta forma, quedaba bien claro que no iba a ser una mera repetición para aprovechar la popularidad de este rentable universo.
Además, es cierto que se tiende más al efectismo a través de los temidos jumpscares, pero se hace desde la honestidad absoluta. Aquí si Wan te prepara para un momento importante es que eso va a suceder y no va a ser un animal que pasaba por allí, un soplo de viento o un gracioso queriendo asustar a alguien.
‘Halloween 3: El día de la bruja’
La idea inicial de John Carpenter no consistía en que Michael Myers se convirtiese en el gran referente de esta franquicia -de hecho tiene una pequeña aparición en televisión, donde es presentado como un personaje de ficción dentro de la película-, sino más bien que cada película abordase un miedo diferente vinculado a tan señalada fecha.
La única prueba que nos queda de ello es esta tercera entrega en la que se deja el slasher de lado para abordar una amenaza más relacionada con la brujería y las leyendas. Se mantiene la intensidad de la saga -tanto en la creación de una atmósfera de tensión como en la contundencia de las muertes- pero dándole un bienvenido soplo de aire fresco. Lástima que al frente de la misma no estuviese el propio Carpenter, eso sí.
‘Hannibal’
Es una lástima no poder incluir en la lista a ‘El silencio de los corderos’ por no ser realmente una secuela. El libro sí lo es, pero en el cine se optó por hacer borrón y cuenta nueva respecto a ‘Hunter’ y el resultado fue una de las mejores películas de todos los tiempos. Estaba claro que volveríamos a ver a Anthony Hopkins dando vida al inolvidable Hannibal Lecter y así fue.
Mucho menos sutil, Ridley Scott apostó en ‘Hannibal’ por un enfoque algo más grotesco en el que prima más el gore y la violencia que encontrar ese delicado equilibrio que convirtió a la cinta de Jonathan Demme en merecida ganadora del Óscar. Pese a ello -y a la ausencia de Jodie Foster-, es un entretenimiento de lujo con un acabado técnico y visual de primera.
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‘Hellbound: Hellraiser 2’
El gran éxito de la mítica película de Clive Barker sirvió como base para una longeva franquicia aún hoy en marcha. Ninguna de ellas -al menos de las que he podido ver- estuvo a la altura de la primera, pero en su inmediata continuación se introducían multitud de jugosas ideas sobre el mundo de los cenobitas, terminando de asentar a Pinhead como gran protagonista de la saga.
Es cierto que a cambio de eso se opta por un enfoque algo más obvio, reduciendo su componente más macabro en aras de un relato más accesible para el gran público. No obstante, la fuerza de este universo sigue ahí y visualmente resulta de lo más seductora.
‘La novia de Frankenstein’
Una obra maestra. Pocas películas merecen ese calificativo y la verdad es que no me viene a la mente ninguna otra secuela además de la que ahora nos ocupa dirigida por James Whale. La cinta da la sensación de ser una continuación casi directa de la estupenda primera entrega en la que su director gozó de una libertad creativa poca veces vista que le permitió imprimir su sello y perfeccionar todo lo visto en su predecesora.
Con la adición de dos nuevos y fascinantes personajes -un doctor obsesionado con llevar más allá lo logrado por Frankenstein y la criatura que da título a la cinta-, ‘La novia de Frankenstein’ es un maravilloso ejercicio de precisión en el que todo está en el lugar que debe. No faltan los momentos icónicos como la creación de la novia del título y tampoco un subtexto de índole sexual muy vinculado a la homosexualidad de su creador. Imprescindible.
‘La nueva pesadilla de Wes Craven’
La saga de Freddy Krueger pasaba por sus horas más bajas cuando Wes Craven decidió regresar a la misma -anteriormente se había ocupado de ‘Pesadilla en Elm Street’ y participado en el guion de la notable tercera entrega-. Lo hizo desmarcándose de la continuidad de la franquicia para apostar por un relato meta adelantado a su tiempo que juega con los límites entre realidad y ficción de lo más jugoso.
Además, el personaje interpretado por Robert Englund -quien recientemente la nombró como la mejor de la franquicia- recupera el lado más terrorífico de un personaje que había ido volviéndose más cómico según avanzaban las secuelas, añadiéndose también algunos retoques de diseño al personaje para potenciar su lado más siniestro. No faltan los homenajes a la primera entrega, pero sin que ello se coma una entrega que, por desgracia, no despertó el interés del público.
‘Las novias de Drácula’
Christopher Lee protagonizó varias inolvidables aventuras del vampiro creado por Bram Stoker, pero Terence Fisher optó por algo diferente tras el éxito de la primera de ellas, ya que el actor no aparece en ‘Las novias de Drácula’. Su lugar fue ocupado por un nuevo chupasangres, íntimamente ligado a Drácula, eso sí.
Fisher refuerza aquí las connotaciones sexuales del relato, pero sabe jugar con el suspense por las expectativas del espectador hacia la imprescindible aparición de un vampiro que no es Drácula. El que sí recupera su personaje es Peter Cushing como Van Helsing, quien se presta a un relato sórdido que complemente de maravilla a la anterior entrega.
‘Los renegados del diablo’
Rob Zombie ya había demostrado su talento visual tras las cámaras con ‘La casa de los 1.000 cadáveres’, recuperando aquí a la homicida familia Firefly, una retorcida road movie nartada con fluidez y trufada de multitud de salvajadas que no la hacen recomendable para todo tipo de público.
La película también ofrece un retrato muy elocuente de los criminales, sin otorgarles glamour alguno y llevando hasta las últimas consecuencias sus sádicas personalidades. Argumentalmente tiene sus problemas, pero es de lo mejor que ha parido y seguramente nunca haga Zombie. Está por ver que la tercera entrega le vaya a hacer justicia.
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‘Masacre en Texas 2’
‘La matanza de Texas’ es una de las películas de terror más icónicas de todos los tiempos. Su capacidad para transmitir mal rollo a través de una atmósfera asfixiante es admirable, ya que incluso deja al espectador con la sensación de haber visto una cinta mucho más violenta y gráfica de lo que realmente es.
Para su secuela, Tobe Hooper optó por la broca gorda con una cinta mucho más sangrienta en la que el humor negro tiene una presencia más que notable. Lo que se sacrifica en sutileza se consigue en diversión para aquellos que sepan valorar el espectáculo gore por el que se apuesta aquí. No tenía una papeleta fácil Hooper y creo que acertó al desmarcarse de forma tan clara de la primera entrega.
‘Muñeco diabólico 2’
Otro caso parecido al de ‘Destino final’, ya que la primera entrega de ‘Muñeco diabólico’ no es la mejor de la saga, ni siquiera la segunda más estimulante. En este caso es el relanzamiento de la franquicia apostando por el humor negro con ‘La novia de Chucky’ la que ocupa el segundo, pero una continuación más tradicional la que se lleva el oro.
Chucky se acerca aún más a Freddy Krueger en una segunda entrega que aumenta el número de apariciones del muñeco -ya no tiene sentido jugar con la duda sobre si él está realmente detrás de todo-. Eso la hace más evidente, pero a cambio el trabajo de puesta en escena está mucho más inspirado y nos deja varias escenas mucho más memorables que cualquiera de la primera. Por mi parte, gozo como nunca en esta franquicia con el clímax en la fábrica de juguetes.
‘Psicosis 2: El regreso de Norman’
La grandiosa cinta dirigida por Alfred Hitchcock es una de las varias influencias que tuvo el género slasher. Su eclosión a finales de los 70 sin duda fue una de las causas de esta tardía secuela que estaba condenada a ser recibida con escepticismo, ¿qué falta hacía continuar la historia de Norman Bates?
El director Richard Franklin demostró que merecía la pena con una cinta que indaga más en la psique de su protagonista, nos permite conocer mejor su hogar y alterna los efectivos paralelismos con la primera entrega con un relato retorcido. Está claro que no llega al nivel de su predecesora, pero es bastante mejor que la mayoría de películas de terror que nos llegaron de Hollywood durante los años 80.
‘Rec 3: Génesis’
La apuesta por un enfoque más cómico provocó que parte del público no recibiese con los brazos abiertos la primera entrega de la saga dirigida en solitario por Paco Plaza. La muy olvidable cuarta parte dejó claro que lo hecho aquí era el camino correcto, trufando la cinta de instantes inolvidables, aunque quizá algunos se busquen con demasiado descaro.
Además, Plaza se acuerda de la importancia de los personajes secundarios como ese inspector de la SGAE, pero sin descuidar en ningún momento a la pareja protagonista -muy acertados Diego Martín y Leticia Dolera-. Gore de dosis generosas y un relato quizá más luminoso por la fuerte presencia del humor pero que no tiene problemas en llevar la historia por los cauces adecuados y apostar por el final idóneo.
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‘Saw 3’
Hay quien se limita a ver esta exitosa saga como una sucesión de trampas macabras que basan su encanto en lo rebuscado y escabrosa que sean las nuevas amenazas a las que hagan frente los protagonistas de turno. Lo cierto es que en todo momento se intentó ampliar la mitología, unas veces con más acierto que otras, siendo la que nos ocupa la continuación más inspirada.
Es cierto que quizá carezca de un instante tan icónico como la piscina de jeringuillas de la segunda parte -por otro lado quizá lo único destacable de ‘Saw II’-, pero funciona muy bien como entretenimiento y además puede verse como un cierre más que digno a la historia de Jigsaw. Luego habría que retorcerlo todo más para seguir contando con Tobin Bell, pero por mí podían haberse quedado aquí.
‘Scream 2’
El merecido éxito de ‘Scream, vigila quién llama’ provocó un breve auge del slasher, pero ningún otro título estuvo a la altura de lo urdido por Kevin Williamson y Wes Craven. De hecho, para la segunda entrega optaron por inspirarse quizá más en el giallo, subgénero italiano a su vez precursor del slasher.
Perdido el efecto sorpresa, ‘Scream 2’ optó por seguir retorciendo los tópicos del cine de terror -inolvidable el personaje de Randy Meeks una vez más-, optando por asesinatos algo más contundentes y sacando partido al cambio de escenario, ya que aquí se cambia un pueblo por la universidad.
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‘Terrorificamente muertos’
He dudado hasta el último momento sobre si era más adecuado incluir el salto al vacío de ‘El ejército de las tinieblas’ o esta secuela de ‘Posesión infernal’ que a su manera es un poco remake encubierto pero con muchos más medios de la cinta de culto dirigida por Sam Raimi.
Para evitar la temida sensación de repetición, Raimi optó por un enfoque más cómico, coqueteando en multitud de ocasiones con la autoparodia pero apostando sobre todo por un tono mucho más gamberro, que permitía a Bruce Campbell mostrarse mucho más desatado como el carismático Ash.
‘Viernes 13, 4ª parte: Último capítulo’
Parecía pensaba para poner punto y final a la historia de Jason Voorhees y eso le permitía ir más allá de la repetición más o menos alocada en la que acabó convirtiéndose la franquicia. Contar además con un joven talento como Corey Feldman permitía explorar una serie de jugosas ideas sin que cayese en saco roto.
Además, también está ahí todo lo que uno podría esperar de una película de la saga: adolescentes con pocas luces, un matarífe sembrando el terror y asesinatos bien sangrientos para los que busquen un entretenimiento de ese tiempo. Por suerte es algo más que una mera repetición.
‘Zombi’
George A. Romero revitalizó el cine de zombis con ‘La noche de los muertos vivientes’ y a lo largo de los años fue expandiendo ese universo con nuevas entregas. Por mi parte, creo que ninguna de ellas estuvo a la altura de ‘Zombi’, donde aprovecha a estos seres para ofrecer una lectura despiadada de la sociedad actual de la época… que no ha dejado de ir a peor.
Contando para la ocasión con un increíble trabajo de Tom Savini, quien se inspiró en su paso por la guerra de Vietnam para los estupendos efectos prácticos de la película. Ojo que existen varios montajes de ‘Zombi’, así que informaos bien antes de cuál es el que os vais a disfrutar.