Como este 30 de octubre, o sea mañana, es la fecha en la que Talleres volverá a jugar de manera oficial frente a Newell’s por la Copa Liga Profesional, el fútbol de Córdoba habrá pasado 229 días sin partidos oficiales desde aquel fin de semana de marzo, que significó la despedida de la actividad por el Covid-19.

Es que desde el 0-0 entre Mitre y Estudiantes de Río Cuarto, en Santiago del Estero el sábado 14 de marzo, y el Huracán 0-Talleres 3, el Belgrano 1-Platense 1 y el Tigre 0-Instituto 3, del domingo 15, la pelota “cordobesa” no volvió a rodar por los puntos en los torneos domésticos argentinos. Pero la cuenta regresiva llega a su fin y desde mañana compite la Primera.

Y, para que el regreso a las canchas sea exitoso, en estos más de siete meses el trabajo fue complejo. Jugadores y cuerpos técnicos se apoyaron en otras ciencias aplicadas al deporte para lograr su mejor versión y tomaron nota de lo ocurrido en Europa ante la vuelta del fútbol.

El cordobés Mario Di Santo es una voz calificada para hablar de preparación física. El “profe” tiene un posgrado en Kinesiología de la Actividad Física y el Deporte y, entre su nutrida capacitación, se formó en neurociencia. “Hay básicamente dos propiedades motoras que se debieron mantener estables durante todo el período, que son la masa muscular, a través del entrenamiento de la fuerza, y los procesos protectores, es decir, el entrenamiento preventivo”, explicó.

Para Di Santo, quien en la actualidad trabaja en Talleres y asesora en forma constante a clubes de jerarquía internacional, como el Atlético de Madrid, fue clave también que “los jugadores prosiguieran aprendiendo movimientos”. “En este tiempo hubo tres grandes líneas teórico-prácticas de expertos: unos que dicen que había que mantener y recordar rápido la resistencia aeróbica; otros, la fuerza, y otros, los patrones de movimientos. Yo entiendo que todos son importantes y que el abordaje debe ser equilibrado de todos estos aspectos”, remarcó.

Para poder llevarlo a cabo, el especialista cordobés reconoció que “es fundamental el aporte de otras ciencias aplicadas”. “En este caso hace falta interdisciplinar y no multidisciplinar. El trabajo debe darse a partir de la interacción de los distintos profesionales del campo, fundamentalmente médicos, nutricionistas, psicólogos, y, en el caso de que aparezcan algunas lesiones, los fisioterapeutas. Pero consensuando protocolos entre todos”, sentenció.

Con él coincidió José Luna, el médico del plantel de Belgrano que también fue deportista de elite y jugador del seleccionado argentino de rugby. Para él, “hay que abordar esto de forma interdisciplinaria”.

“Pepe” se apoyó en lo visto hasta ahora para fundamentar su postura: “Aunque nos asustamos cuando hubo siete desgarros en Alemania; en River, Boca o en Los Pumas no tienen desgarros hasta hoy. Creo que influyen todas las estructuras profesionales para que eso se dé”. Para el médico, “la preparación física, técnica y psicológica, por más que se hayan trabajado de forma separada, se terminan juntando a partir de la certeza que implica tener una fecha”. “Y me parece que hay muy buen trabajo en ese cruzamiento interdisciplinario, por lo que estamos viendo”, destacó.

Sobre la actualidad del plantel, Luna analizó: “Lo que más nos puede traicionar es esa ansiedad de competir y volver a estar expectantes por el ascenso. El trabajo de controlar esa ansiedad es lo que se está intentando hacer, porque eso puede influir en el jugador para lastimarse, o pasarse de vuelta, o desequilibrarse en esas ganas de que vaya todo más rápido. La competencia es lo que nos va a estabilizar, porque ya es palpable”.

Publicidad

La puesta a punto

El entrenamiento particular en confinamiento, la posibilidad de salir a correr de forma individual y el regreso al trabajo en equipo se combinaron con el acompañamiento continuo de parte de los clubes en todo el proceso signado por la pandemia. Y en ese acompañamiento jugaron un rol clave médicos, nutricionistas, preparadores físicos, psicólogos y coaches ontológicos, aunque sólo Estudiantes de Río Cuarto trabaja la parte mental con un coach, mientras que en el resto de los clubes es decisión de cada jugador trabajarla de modo particular.

Ricardo Palladino es el preparador físico del León, y sobre el trabajo abordado para volver a competir cuenta: “Tomamos algunas pautas, como que iban a aparecer lesiones, por lo que se había perdido desde lo físico, y que iban a aparecer miedos porque comenzamos a trabajar con el virus aún circulando”. El trabajo se diagramó “en pos de mejorar el rendimiento deportivo, trabajar el miedo y evitar lesiones”. “Con el coach se abordó el miedo al contagio y a las lesiones; desde el área de fútbol pretendimos ir de lo más fácil a lo más difícil desde lo técnico e ir acrecentando las cargas desde lo físico. Y ahí se sumó el kinesiólogo junto con el cuerpo médico para evaluar a los jugadores desde lo clínico y lo postural porque consideramos que eso podía provocar lesiones”, relató Palladino, y admitió la falta de una pata importante: “la nutrición”.

“Lo nutricional fue un rol fundamental en todas las etapas de este proceso, tanto durante la cuarentena estricta como cuando pudieron volver a los entrenamientos”, subrayó Sonia Polidori, licenciada en Nutrición de Instituto, y aseguró que, en el club de Alta Córdoba, “la parte de entrenamiento y nutrición se mantuvo permanentemente en el plantel”.

“Los aportes nutricionales cambian a medida que cambian los entrenamientos, la competencia, los horarios, la presencia o no de días de descanso. Siempre la alimentación acompaña el proceso”, dijo la nutricionista, y explicó: “Uno pone a punto al jugador y luego lo conserva en ese estado ideal. A medida que avanza el tiempo de entrenamiento, se modifica su plan individual con base en cómo duerme, en cómo se recupera, en si acumula cansancio o fatiga… para que cuando llegue la competencia la indicación sea más general”. Para la licenciada, “todo lo que es el entrenamiento invisible depende de la responsabilidad de cada jugador”, y dice que en la formación integral “es muy importante la participación de un psicólogo deportivo”.

El rol de la mente

Estefanía Caicedo es psicóloga especializada en deporte y por su consultorio pasan jugadores y equipos de fútbol. Destacó: “Lo primero es situar al Covid-19 como un evento vital estresante, caracterizado por emociones como incertidumbre, angustia, ansiedad y preocupación”, y, como tal, torna “necesario el trabajo con toda la población deportiva”.

“Los cambios en las rutinas y en las condiciones de entrenamiento pueden afectar la motivación, la autoconfianza y las emociones. Lo principal por trabajar de forma interdisciplinaria es en la recuperación de hábitos y rutinas de entrenamiento y preparación, para cuidar la salud y favorecer el retorno a la competencia”, remarcó la licenciada, quien reforzó la necesidad de “volver a encontrar el sentido (para qué) y el disfrute por la actividad deportiva”.

“A veces lo negativo es una oportunidad de aprendizaje. Habría que abrir espacios para que deportistas puedan expresarse y compartir su experiencia, y que con ella se puedan otorgar nuevos sentidos. Es fundamental que se puedan validar las emociones y situaciones por las que se ha atravesado, priorizar la escucha, la empatía, la contención y el acompañamiento respetando los tiempos de readaptación de cada jugador”, planteó.

También Natalia Pedernera trabajó durante todo el proceso con los deportistas desde su rol de coach ontológica, y destacó: “Lo más importante fue trabajar durante la pandemia y contener al deportista porque en esa instancia es donde aparecieron las emociones y la ansiedad”. Pedernera sostuvo: “Para los deportistas lo primero fue aceptar que esta era una realidad que afectaba a todos y que debían buscar la manera de aprovechar el espacio y el tiempo que les daba la pandemia para trabajar y mejorar. Ahora ellos están parados desde otro lugar esperando el momento para disfrutar. Confían en el entrenamiento que hicieron en lo técnico, en lo físico, en lo táctico y en lo emocional”.

En equipo

Talleres será el primero en volver a competir. Alexis Olariaga, su PF, contó que hubo intercambios “con otros PF de la Superliga para ver con qué escenarios” se toparían. Y la actividad también fue corporativa a la hora de “pedir que el período de preparación antes de volver a la competencia no fuera inferior a las seis o siete semanas”. “Nos apoyamos mucho en la vuelta a la competencia de los equipos de Europa. Los primeros que volvieron fueron los alemanes y vimos que su tasa de lesión fue elevada. Por lo que concluimos que su puesta a punto de cinco semanas era insuficiente”, dijo Olariaga, y destacó que la “T” cerró su “semana 12”.

Copa Liga Profesional: un torneo “raro”

Equipos. Son los que desde este finde semana competirán en el torneo. Entre ellos está Talleres, el único representante cordobés en Primera.

Zonas. Son las que conforman el certamen. La “T” está en el llamado “grupo de la muerte”, con Boca, Lanús y Newell’s, su rival mañana en el debut.

Clasificados. Los dos primeros se clasifican a la Fase Campeonato e irán por el título y los dos últimos jugarán la Fase Complementaria.

NEWSLETTER DE TALLERES

La mejor información sobre la “T” en tu correo.

¡Gracias por suscribirte!

Ha ocurrido un error, por favor intente nuevamente más tarde.

Edición Impresa

El texto original de este artículo fue publicado el 29/10/2020 en nuestra edición impresa.

Publicidad