Por alguna razón este año la exploración espacial ha vuelto a ponerse de moda y desde plataformas y cadenas hemos podido ver algunas propuestas en torno a ello: desde el drama de ‘Away‘ y el respaso histórico de ‘Elegidos para la gloria’ hasta comedias como ‘Space Force‘ y, yendo por otro lado, ‘Avenue 5‘. Series a las que se une ahora ‘Moonbase 8‘, que estrena Movistar+.
Coescrita y coprotagonizada por Fred Armisen, John C. Reilly y Tim Heidecker (con dirección y también guion de Jonathan Krisel), la idea de ‘Moonbase 8’ es sencilla: ver qué pasa en esas simulaciones que NASA tiene para estudiar el comportamiento y la convivencia de un equipo de astronautas en un entorno aislado. Esto no es la Luna, es el desierto de Arizona.
Durante seis episodios nos encontramos con lo que no es más que una sitcom “de oficina” con la diferencia de que aquí no solo se trabaja sino que se convive. Tenemos pequeñas misiones, algunas de las cuales absurdas (probar barritas de chocolate gracias a un acuerdo con cierta marca), crisis de convivencia y otros momentos de vida o muerte en este trío de candidatos a ir a la Luna.
Los tres chiflados en el desierto
Puede ser que pocas series haya ahora mismo que básicamente sean tan “nos juntamos y hacemos esto” como ‘Moonbase 8’. Los tres cómicos titulares se alían para dar rienda suelta a ese sueño que tuvimos muchos de pequeños de jugar a ser astronautas. Aquí tienen grandes responsabilidades y mucho trabajo… pero la serie no refleja eso. Es lo mejor de ser astronauta pero sin los deberes que ello implica… porque no les interesa tanto hacerlo.
Las complicaciones surgen, en su mayoría, de cierta ineptitud a la hora de atajar los problemas o diseñar protocolos efectivos para ciertas circunstancias. Algo que ya de por sí se ve desde el primer episodio y esa escasez repentina de agua.
Viniendo de quienes vienen, de gente que ha trabajado tanto el sketch y la comedia televisiva de corte independiente (de ‘Portlandia‘ a ‘Baskets‘), no es de extrañar que ‘Moonbase 8’ sea tan pequeña como agradablemente divertida. Armisen y compañía se guisan y se lo comen… prácticamente en exclusiva ya que las cámaras apenas salen de ese habitat lunar y de este grupo de tres chiflados.
Sencilla pero efectiva
Es una serie, por tanto, sencilla en todos los aspectos. Pero funciona. No tanto de búsqueda de la carcajada pero sí que logra ganar la simpatía del espectador con una propuesta que apela a la esperanza. Un mensaje que aun siendo algo redundante con tantas ficciones recordandonoslo en tiempos de pandemia, no sobra.
Con bastante margen de mejora, ‘Moonbase 8’ es un nuevo feel good que tenemos al alcance del mando a distancia. No tan energizante y carga pilas como ‘Ted Lasso‘ pero sí que nos recuerda que, a veces, de ilusión también se puede vivir. Siendo conscientes de su mediocridad, estos astronautas se agarran a esa nimia posibilidad de que la NASA les seleccione para viajar a la Luna. Y ojalá seamos nosotros.