La explosión se produjo poco después de que acabara una misa en la catedral Sagrado Corazón de Jesús, sede de la arquidiócesis de Makassar
Al menos 14 personas resultaron heridas este domingo en un atentado suicida contra la catedral de Makassar, en el este de Indonesia, tras la misa de Ramos, celebración que marca para los cristianos el inicio de la Semana Santa.
En principio se han contabilizado a dos agresores, ambos muertos.
En el exterior del edificio, ubicado en la parte meridional de las islas Célebes, había restos de cuerpos mutilados por la poderosa deflagración que se produjo las 10.30 (0.30 en la Argentina).
Al menos 14 personas resultaron heridas, indicó la policía, sin dar precisiones sobre su estado de salud
“Dos personas circulaban a bordo de una motocicleta cuando se produjo la explosión en el portal de la iglesia, los asaltantes intentaban ingresar en ella” dijo el portavoz policial Argo Yuwono.
“La moto quedó destruida y hay restos humanos. Seguimos recogiendo los restos y estamos intentando identificar el sexo de los asaltantes”, agregó, citado por la agencia de noticias AFP.
Imágenes de televisión mostraban vehículos dañados en las cercanías del edificio, que fue acordonado por la policía.
La explosión se produjo poco después de que acabara una misa en la catedral Sagrado Corazón de Jesús, sede de la arquidiócesis de Makassar, ciudad portuaria de 1,5 millones de habitantes y capital de la provincia de Sulawesi del Sur, en la isla de Célebes.
Las iglesias cristianas han sido objetivo de ataques de los extremistas en Indonesia, el país de mayoría musulmana más poblado del mundo.
En mayo de 2018, una familia de seis personas -entre ellas dos niñas de 9 y 12 años y dos adolescentes de 16 y 18- hicieron estallar bombas contra tres iglesias de Surabaya, la segunda ciudad del archipiélago.
El mismo día una segunda familia detonó, aparentemente por accidente, una bomba en un apartamento, y al día siguiente una tercera familia cometió un ataque suicida contra una comisaría.
Estos atentados, que dejaron en total 15 víctimas mortales y 13 muertos entre los asaltantes -entre ellos cinco niños- fueron los más sangrientos cometidos en el archipiélago en una década.
Las tres familias radicalizadas estaban vinculadas al movimiento radical Jamaah Ansharut Daulah (JAD), que apoya al grupo Estado islámico (EI). Los ataques fueron reivindicados por el EI.
Más de 200 personas murieron en 2002 en atentados en la isla de Balí atribuidos a la organización islamista indonesia Jemaah Islamiyah (JI).