Estaba caliente Alexander Medina y no era para menos. Su Talleres había pasado del mejor partido de la Copa de la Liga Profesional al “peor”, según su óptica. Ese 2-1 en la Bombonera ante Boca probaba para qué se había recuperado la identidad de juego que tanto se le reconoció en la Copa Maradona.

Pero el 1-1 contra un equipo futbolística, física, numérica y anímicamente (venía de un 6-1 con River) en baja como Godoy Cruz ofreció una expresión futbolística inesperada. Apenas si pudo empatar, pero en el vestuario se asumió como una derrota.

“El Cacique” había advertido que esto podía pasar desde lo anímico y lo charló con el plantel toda la semana, así como en lo futbolístico, volvió a trabajar sobre errores propios y para tratar de potenciar virtudes.

Se cumplió poco porque volvió a ser un Talleres más parecido al que sufrió ese segundo tiempo con Patronato, casi todo el juego con Gimnasia y parte de los encuentros con Sarmiento y Newell’s. Hubo poca relación con “el Bombonerazo” y con el partido contra Vélez, donde Talleres había sentado superioridad en el juego y en situaciones de gol.

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Por estaba enojado Medina, cuando habló en la conferencia de prensa, del muy flojo partido que había hecho el equipo, por más que hubiera podido ganar. Es más, se demoró en el vestuario algunos minutos más antes de ir al encuentro con los medios.

Medina sabe que le está costando maximizar el recurso humano disponible por varias razones y no es una situación nueva porque ya la ha vivido y salió airoso.

Lo que le preocupa es tener que seguir trabajando sobre los errores propios. Esos que tienen que ver con desatenciones colectivas e individuales o de “actitud” (“Tallerazo” ante Boca versus un Talleres a medias ante Sarmiento o Patronato, por caso), que van más allá de todo y que cuestan… goles y puntos.

Ocurren en el acto ofensivo cuando en lugar de asistir al compañero mejor perfilado y ubicado, se prefiere la acción individual. También pasan en el acto defensivo que muestra que Talleres sufrió goles antes de los 15 minutos de cada tiempo en cinco de los siete partidos jugados.

Ese dualidad motivacional: podio en partidos importantes y contra los prejuicios, frente a merma ante rivales que están debajo de la tabla y los nervios que han costado expulsiones, hasta del propio DT.

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“Hay una multiplicidad de factores”, dijo Alexander Medina, el entrenador albiazul, a la hora de resumir por qué a su Talleres le cuesta alcanzar la identidad, en este arranque de la Copa Liga Profesional.

Veamos el detalle en los movimientos del equipo.

Acto ofensivo

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Déficits de definición. El equipo no concreta lo que genera ya que convierte un gol cada cinco oportunidades. En siete partidos, marcó siete veces. Es un problema colectivo y no hay una responsabilidad exclusiva de los delanteros. ¿Quiénes han podido convertir? Carlos Auzqui marcó tres tantos; Diego Valoyes, dos; Mateo Retegui tiene uno al igual que Rafael Pérez.

Sociedades. La más nueva y la que tiene que dar sus frutos es la que forman Auzqui-Valoyes-Fragapane. Tiene que crecer en sus encuentros, pero también es cierto que faltan otras: la que integre al centrodelantero y a los laterales, para sorprender en ataque. Retegui sale mucho a los costados y pocas veces ha pivoteado para esperar la llegada de sus compañeros. Nahuel Tenaglia y Enzo Díaz habían mecanizado movimientos que los mostraban como wines llegando al fondo o para empujar a la red.

Divididas. Varios equipos le han dificultado la salida para que todo termine en un pelotazo que divide la posesión de la pelota. Cuando hay errores de precisión, los problemas son más graves, porque el rival tiene a tiro el mano a mano con los centrales.  

Merma en partidos con rivales de abajo. Más allá del resultado, hubo bajas producciones ofensivas ante Patronato, Sarmiento y Godoy Cruz.  

Bajas. Las lesiones, como las que tuvieron Joel Soñora y Guillerme Parede, privaron al equipo de aportes importantes para paliar los déficits mencionados. La expulsión de Fragapane ante Gimnasia, dejó a “la T” sin uno de sus escasos creadores.

Virtudes, sigue creando. Para Medina y también para Andrés Fassi, Talleres crea más situaciones en esta Copa Liga Profesional que en la Copa Maradona. El equipo mantiene ese rasgo vigente de su identidad.  

Presión. Otro punto importante. Alta o media, el equipo siempre la mantuvo. Con Boca y de a ratos, con Vélez, Newell’s y el primer tiempo con Patronato, fue muy bueno.   

Orden. Salvo en el partido con Gimnasia (quedó con dos menos por expulsión de Fragapane y Enzo Díaz), jamás lo perdió. Para un equipo de ataque, es vital conservarlo cuando pierde el balón y cuando se juega en ataque. 

Desequilibrio por banda. Lo ofrecen Diego Valoyes y Carlos Auzqui y es un problema para los rivales. Ambos han llegado al gol. Valoyes le ha pegado al arco y ha llegado para acompañar. “El Perro” llegó para empujar y en algunos ataques participó del inicio de la jugada. Son rápidos.

Valoyes. Está en el mejor momento y Talleres tiene que aprovecharlo. Siempre se las arregló para desequilibrar más allá del abastecimiento que tuvo.

Motivación partidos top. Lo dicho. Contra Boca y Vélez generó más que su rival, aunque no lo pudo concretar en la red. Ganó en la Bombonera, pero recién lo hizo al final y en el Kempes, directamente no pudo anotar.

Novedades importantes. La prestación de Auzqui cambió notablemente. Trascendió a su función de extremo irresoluto y de proyecto de “9” para ser una variante importante en el juego, como asistidor y goleador. Ángelo Martino también se sumó como una grata aparición desde el lateral y sumando en ataque.

Pelotas detenidas. Es incipiente. Se vio dos veces ante Godoy Cruz. Un tiro libre que ejecutaron Fragapane y Martino, que de milagro no fue gol de Tenaglia y antes, un córner al que Retegui dejó pasar al primer palo para que llegara un volante a pegarle.

Esperanzas. La recuperación de Joel Soñora, que explote Michael Santos, y que Parede, más Fragapane, vuelvan a sus niveles.

Acto defensivo

Déficits en zonas problemáticas. Las espaldas del “doble 5”. Cartagena marcó un golazo, pero con Navarro llegando tarde a la marca y Méndez, fuera de acción. Talleres sufre como cualquiera en esa zona. 

Licencias en marcas. La férrea marca es un tema pendiente. Hincapié fue contra la banda y tiró un taco, la jugada siguió y hubo una mano casual de Pérez en el área, que Pitana podría haber cobrado. Luego, en el 1-0, la marca de Martino contra Colman le permitió girar y dar el pase hacia el volante que llegaba vacío.

LA carga de amarillas y jugar contra el juez. Talleres es un equipo al que tarjetean mucho y que ha soportado un par de arbitrajes con dualidad de criterio, pero debe aprender a convivir con eso. Hubo otras amarillas y expulsiones que podrían haberse evitado como las de Fragapane, Díaz (ante Gimnasia) y Pérez (ante Vélez). Contra San Lorenzo, lo hizo muy bien en la Copa Maradona; en esta Copa de la Liga Profesional, se olvidó. 

Salida poco clara. La salida por abajo es una marca de este Talleres y del anterior. Le está costando bastante. Y los envíos de Herrera o de Marcos díaz no son tan precisos.

Pierde en divididas. Al no tener hombres con características para ganar tanto en la segunda pelota, el circuito de juego tarda en armarse para Talleres.

Pelotas detenidas. Ha sufrido por esta cuestión. Contra Boca, directamente se hizo un gol en contra. Santos cabeceó contra su valla con Valoyes al lado y ahí no más, Herrera. Tampoco evita mucho las faltas cerca del área o los córners. 

Lesiones. Enzo Díaz ante Boca, Soñora en la previa a Godoy Cruz. Eso obliga a cambios permanentes y a tenerles paciencia a sus relevos. Sobre todo cuanto hay que improvisar. 

Sociedades. Méndez y Navarro son poco cuando hay que recuperar. Se necesita del aporte férreo de los laterales y de la zaga.

Virtudes

Contención. No está entre las defensas más goleadas. El descontrol del juego con Gimnasia lo llevó a posiciones intermedias. 

Confianza para salir jugando. Mantiene la convicción. La incorporación de Hincapié por Komar al fondo sumó técnica en ese aspecto. Seguirá arriesgando para poder jugar. Dividiendo la pelota, pierde más de lo que gana.

Buena respuesta para tantos cambios. La salida de Komar y la rotación de Díaz-Herrera, fue bien asimilada. Incluso cuando tuvo que jugar Tenaglia, la respuesta también fue buena. 

Laterales y variantes. Augusto Schott y Ángelo Martino se han sumado como alternativas interesantes a los titulares Nahuel Tenaglia y Enzo Díaz.

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