En Madrid, la gente salió a la calle a festejar en la Puerta del Sol.
Celebraciones callejeras improvisadas estallaron este sábado a la noche en España cuando el reloj marcó la medianoche, lo que significó el fin del estado de emergencia nacional de seis meses para contener la propagación del coronavirus y el levantamientos de toques de queda nocturnos en varias regiones del país.
Las primeras horas tras el fin del estado de excepción proclamado en octubre se vivieron en muchas ciudades como una gran Nochebuena, con botellas y brindis en las plazas principales y sin ningún respeto por las medidas de seguridad, a pesar que los datos sobre infecciones por coronavirus siguen siendo preocupantes.
En Madrid, la gente salió a la calle a festejar en la Puerta del Sol, y la policía informó que se vio forzada a hacer 450 intervenciones, aunque no hubo detenidos.
En Palma de Mallorca, en las Islas Beleares, 16 personas fueron detenidas y cuatro policías resultaron heridos en refriegas que siguieron a una protesta no autorizada contra el toque de queda que aún rige en esa comunidad autónoma.
En Barcelona, en la norteña región de Cataluña, miles de adolescentes y adultos jóvenes se adentraron en las plazas centrales y las playas para marcar la relajación de las restricciones. La Guardia Urbana, en coordinación con la policía regional, tuvo que desalojar a cerca de 6.500 personas de 31 espacios distintos de la ciudad catalana esta madrugada.
El director de la policía de Cataluña, Pere Ferrer, condenó las imágenes de anoche y lamentó la “irresponsabilidad” por parte de una minoría “insolidaria”, informó el diario El Mundo.
“Fiestas en la calle por el fin de 15 meses de estado de alarma. Cientos de jóvenes han festejado en la madrugada el fin del toque de queda, muchos sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad”, informó por su parte el diario catalán La Vanguardia.
“El silencio que ha acompañado a la ciudad catalana durante tantos meses llegaba a su fin a las doce de la noche, con bocinas de auto sonando sin parar, cantos y gritos de centenares de jóvenes, reunidos en varias plazas de la ciudad”.
En Barcelona, la policía desalojó a cerca de 6.500 personas de 31 espacios distintos.
Si bien en Madrid y otras ciudades, como la sureña Sevilla, no hubo incidentes destacables, imágenes de los festejos mostraron el descontrol y el incumplimiento de las medidas contra el virus.
“La libertad no consiste en romper las reglas”, expresó este domingo el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y dijo: “Lo que hemos visto son escenas despreciables”.
Aunque la incidencia del coronavirus en España empezó a descender esta semana, esa tendencia sigue siendo muy débil tras otras dos semanas de estancamiento.
El viernes, último día con datos oficiales, se registraron en promedio 198 casos por cada 100.000 habitantes en todo el país, lo que según el semáforo del ministerio de Salud, representa un “alto riesgo”. Pero en las primeras horas sin la alarma, estas cifras no fueron recordadas en las calles.
Tras la explosión de casos que experimentó el país después de las fiestas de Navidad, las autoridades mantuvieron los cierres de regiones para la Semana Santa, fiesta familiar fundamental en España.
El país siguió estando abierto a los turistas extranjeros, algo que generó un fuerte malestar en muchos españoles privados de viajar entre regiones. Ahora, a nivel estatal, ya hay movilidad libre en toda España.
Con el fin del estado de alarma, se acaban las restricciones impuestas durante los últimos meses de la pandemia por el Gobierno del presidente Pedro Sánchez.
Cada comunidad autónoma puede imponer distintas restricciones como acotar horarios y aforo de comercios, bares o restaurantes, pero para restablecer un toque de queda o el cierre de su territorio necesitarán el aval de los tribunales. Solo cuatro comunidades autónomas -Canarias, Navarra, el País Valencia y Baleares- mantienen el toque de queda.
España contabiliza desde el inicio de la pandemia cerca de 79.000 fallecidos y 3,5 millones de contagios.