Además de disfrutar del mejor diseño de muebles y decoración, la nueva tienda de Madrid de Pilma es un espacio en el que disfrutar del buen interiorismo.
Merece la pena disfrutar de sus 1000 m2 repartidos en una gran planta baja y dos entreplantas conectadas por una escultural escalera diseñado por el mismo arquitecto que reformó el edificio en el que se situa la tienda, en el nº 23 de la calle Velázquez (esquina Jorge Juan). El espacio se ha llenado de buen diseño que incluye muebles de firmas reconocidas y otros de diseño propios, sumándose así a la ruta de tiendas “deco” del barrio de Salamanca.
Con una amplia experiencia en el sector, Pilma nació en los años 30 en Barcelona, con la fundación de una pequeña ebanistería familiar en el centro de la ciudad. Primero se especializaron en mobiliario de oficina y en el año 1974, la familia López Barceló decide abrir la primera tienda en la calle Valencia dedicada a la decoración y al interiorismo con una estructura vanguardista. Después llegaron otras en pleno (Av. Diagonal) convirtiéndose en un referente en interiorismo en la ciudad.
Ambas tiendas tienen en común un amplio espacio ( 2.000 m2 de exposición) bien conectados mediante rampas que facilitan el acceso a todas las zonas y que, a su vez, permiten una visión global de todo el espacio.
Un concepto que trasladan a su nueva tienda de Madrid, (su escalera y sus plantas abiertas invitan a ser recorridas enteras) porque como explicaron durante la presentación de la misma, es importante que el cliente pueda conocer y probar el producto, al tiempo que se muestra cómo funcionan los muebles con otros elementos. Por eso su tienda está llena de ambientes completos, de estilo actual pero con carácter atemporal en línea con su estilo que se define por su filosofía; durabilidad, universalidad y versatilidad.
Sus productos huyen de las tendencias en pos de diseños que perduren en el tiempo. La selección de muebles y complementos se adaptan todo tipo de espacios y estilos con colores neutros que dan el contrapunto a piezas más arriesgadas, de tendencia o al color, como el de sus alfombras de patchword, una de las piezas más icónicas realizadas con retales de otras alfombras.
En su ADN se encuentra la búsqueda del equilibrio entre; función y forma, calidad y precio, razón y emoción, personalidad y discreción o modernidad y atemporalidad. Ellos se declaran en el punto medio.
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