Estaba empezando a oler raro que nadie hubiese dicho que traía ‘Impeachment: American Crime Story‘, la temporada 3 de la antología criminal de Ryan Murphy, a España. Y ha sido laSexta la que inesperadamente (más por el hecho de que habían dejado de lado las series que por otra cosa), la que estrena esta noche la ficción bajo el título de ‘El caso Lewinsky‘.
Escrito por la dramaturga Sarah Burgess y basada en ‘A Vast Conspiracy: The Real Story of the Sex Scandal That Nearly Brought Down a President’ de Jeffrey Toobin, los diez episodios de esta tanda nos lleva a mediados de los años 90 cuando una facción política intenta hacer lo que sea para desprestigiar a Bill Clinton (interpretado aquí por Clive Owen) y quitarle del poder.
Murphy y Burgess deciden contar el escándalo de Mónica Lewinsky (Beanie Feldstein) desde el punto de vista de las mujeres que estuvieron involucradas en todo el meollo como la funcionaria Linda Tripp (Sarah Paulson), Paula Jones (Annaleigh Ashford) cuyo caso fue el gran precedente y, por supuesto, Hillary Clinton (Edie Falco).
Una conspiración gris
Quizás lo más extraño al entrar en esta temporada 3 de ‘American Crime Story’ sea lo gris que es todo. Acostumbrados a la rimbombancia que Ryan Murphy (que dirige el primer episodio) insufla en las series de su factoría —incluyendo las temporadas anteriores— el trasladarnos a las oficinas de Washington D.C. es casi una terapia de choque.
También es verdad que el mundo de la fama y las celebridades dan mucho más juego en este sentido que el político. Buena muestra de ello es ‘El pueblo contra O.J. Simpson‘ (temporada 1) que aprovechaba el circo mediático mientras que ‘El asesinato de Gianni Versace‘ y su colorismo era usado para profundizar en el concepto de juguete roto.
Aquí como guionista Sarah Burgess no parece encontrar el modo de darle ese jugo necesario para no perder el interés entre pequeños saltos temporales y una docena de personajes que —quitando a la Linda Tripp de una irreconocible a base de prótesis Sarah Paulson y la dulzura que transmite Beanie Feldstein como Monica Lewinsky— parecen algo genéricos.
Sin tener claro el foco
Tampoco ayuda el hecho de que el primer acto de la serie (los dos episodios que vemos hoy) y el que sigue, tengan un carácter tan introductorio que apenas se vislumbra el quid de la cuestión. Vamos saltado entre diferentes años sin un claro propósito y los diálogos afilados pero insulsos confirman esas dudas temáticas.
El qué se quiere contar, más allá de la olla de presión política que propició este proceso de impeachment, se ve algo más difuminado que en temporadas anteriores. Es un poco como le pasaba en los primeros episodios a otra serie, precisamente, con Paulson en FX. Hablo de ‘Mrs. America‘, que arrancaba bastante dubitativa sobre el sentido de la historia que estamos viendo.
Más allá de eso, tenemos actuaciones prodigiosas. Quizás el abuso de prostéticos para caracterizar a los personajes —la primera vez que vemos a Owen como Clinton es espeluznante— cause algo (bastante) de extrañeza. Pero Paulson logra capear todo eso y hacer una actuación soberbia dando vida a un personaje difícil como Tripp. Feldstein, menos cargada en ese sentido, hace un efectivo trabajo… la pena es que el guion la tenga tan “melodramática”.
A mi juicio, y a pesar de lo esmerada que es, ‘El caso Lewinsky’ decepciona porque no logra la entereza de sus dos temporadas predecesoras y da la sensación de que, con todo el potencial que tienen entre manos, no logran dar con las teclas adecuadas.