Más países de Europa anunciaron este martes expulsiones de diplomáticos rusos acusados de espionaje y de trabajar contra los intereses nacionales, luego de que Ucrania denunciara masacres deliberadas de civiles de las que se acusa a fuerzas militares de Rusia, cuyo gobierno las niega de plano.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, anunció que fueron declarados “persona non grata” varios miembros de la representación de Rusia ante la UE por “actividades contrarias” a su estatuto de diplomáticos, sin precisar ni el número ni la fecha de su expulsión.
Un día después de que Alemania y Francia expulsaran a más de 70 diplomáticos rusos y Lituania al embajador de Rusia, la medida fue continuada por Italia, que temprano anunció el desplazamiento de otros 30 por razones de “seguridad nacional”.
El canciller italiano, Luigi Di Maio, dijo que eso “ha sido necesario por razones vinculadas a nuestra seguridad nacional y en el contexto de la situación actual de crisis relacionada con la agresión injustificada de Ucrania por parte de la Federación de Rusia”.
Más tarde, España dio siete días de plazo a los 25 diplomáticos y personal de la Embajada de Rusia en Madrid para abandonar el país, después de que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmara su expulsión alegando “amenazas para los intereses de seguridad”.
En paralelo, Portugal declaró persona no grata a 10 empleados de la Embajada rusa en la capital Lisboa, consignó la agencia de noticias Europa Press.
Ante esta situación, el Kremlin denunció “la falta de visión” de Europa y anticipó que responderá con medidas similares.
Las expulsiones reducen “las posibilidades de comunicar en el ámbito diplomático en estas circunstancias difíciles” y “va a complicar más” las relaciones entre Europa y Rusia, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“Y esto conllevará inevitablemente medidas de represalia”, añadió.
Varios países occidentales manifestaron esta semana su repulsa tras denuncias del Gobierno ucraniano de matanzas de civiles por parte de tropas rusas en Bucha, una ciudad cercana a Kiev que Rusia ocupó durante semanas.
Ucrania lanzó sus acusaciones luego de que la agencia de noticias francesa AFP publicara fotos de muertos, al parecer civiles, tirados en calles de Bucha, que fueron tomadas hace dos días durante una recorrida con el Ejército ucraniano.
Rusia rechazó las acusaciones y dijo que se trató de un “montaje” y una “puesta en escena” organizada por el Gobierno ucraniano “para los medios occidentales” y para denigrar la imagen de los soldados rusos.
Dinamarca también decidió expulsar a diplomáticos rusos, 15 en este caso, acusándolos de ser “agentes de inteligencia” que llevaron a cabo “actividades de espionaje en suelo danés”, declaró el jefe de la diplomacia danesa, Jeppe Kofod.
Otro país escandinavo, Suecia, se sumó a la medida y anunció la expulsión de tres diplomáticos rusos.
La canciller sueca, Ann Linde, dijo que “no es fácil expulsar diplomáticos, porque también implica consecuencias para nuestro personal diplomático en Rusia”, pero aun así no descartó que el Gobierno decida más despidos.
Letonia y Estonia anunciaron que cerrarán misiones consulares de Rusia en dos ciudades, una de cada país, y que expulsarán a un total de 27 diplomáticos rusos que cumplen funciones en ambas naciones bálticas.
El 29 de marzo, Bélgica anunció la expulsión en 15 días de 21 personas que trabajaban para la embajada y el consulado de Rusia, sospechosas de estar implicadas en “operaciones de espionaje e influencia que amenazan la seguridad nacional”.
Países Bajos y Polonia siguieron sus pasos y también expulsaron a decenas de diplomáticos.
La invasión rusa de Ucrania, iniciada el 24 de febrero, representa el peor conflicto en décadas en Europa, y dejó miles de muertos y más de 10 millones de refugiados o desplazados.