Tras dos días de conteo de votos, el partido republicano Sinn Féin obtuvo este sábado un histórico triunfo en las elecciones al Parlamento regional autónomo de Irlanda del Norte, donde prometió iniciar una “nueva era” pese a que para gobernar deberá superar primero la amenaza de un bloqueo político por parte de la oposición monárquica.
El antiguo brazo político del IRA y defensor de la reunificación de Irlanda ya obtuvo 27 de los 88 escaños declarados hasta el momento, frente a 24 para su rival, el Partido Democrático Unionista (DUP), favorable a mantener los vínculos con la corona británica, mientras que el Partido de la Alianza, una formación liberal surgida en los años 70 como alternativa a los grandes bloques, quedó tercero con 17.
Si bien aún quedan dos escaños a asignar, estos resultados ya confirman al Sinn Féin como el primer partido del Parlamento regional, algo inédito en los 100 años desde la partición de la isla, en 1921.
En consecuencia, esta fuerza política podrá reclamar el puesto de primer ministro local.
“Este es un momento decisivo para nuestra política y nuestro pueblo”, dijo la líder del Sinn Féin, Michelle O’Neill, quien aspira a ser la futura jefa del gobierno local.
“Aportaré un liderazgo de inclusión, que celebre la diversidad y garantice los derechos y la igualdad para quienes fueron excluidos, discriminados o ignorados en el pasado”, agregó, citada por la cadena BBC.
De todas formas, tras el Acuerdo de Viernes Santo firmado en 1998 para poner fin al conflicto de Irlanda del Norte, unionistas y republicanos están obligados a compartir Gobierno y el DUP ya advirtió de un posible bloqueo del futuro Ejecutivo.
Esto es porque los unionistas se oponen al llamado Protocolo de Irlanda del Norte, pautado entre Londres y la Unión Europea (UE) tras el Brexit, la salida británica del bloque, que fue uno de los temas centrales en las elecciones norirlandesas realizadas el pasado jueves.
Ese acuerdo busca evitar el regreso de una frontera dura que rememore las décadas de conflicto entre Irlanda del Norte, que forma parte del Reino Unido, y la República de Irlanda, país que integra el bloque europeo.
Para ello se estableció que el territorio del norte siga perteneciendo al mercado común europeo y que los controles aduaneros se establezcan entre las mercancías que se dirigen desde y hacia Gran Bretaña, la isla en la que se ubican Inglaterra, Escocia y Gales.
Para los monárquicos esta situación pone en peligro su unión con la corona británica, pero además esta nueva frontera marítima generó una crisis de legitimidad al gobierno que comandaban, ya que elevó el costo de vida, con una inflación en aumento, y provocó una crisis del gas y la electricidad que se suman a los problemas de la falta de viviendas.
Las negociaciones para conformar el futuro gobierno en la región podrían durar “semanas, con suerte, e incluso meses”, según advirtió uno de los dirigentes del DUP, Edwin Poots.
O’Neill, que centró su campaña en asuntos económicos y sociales, llamó a los unionistas a entablar un “debate sano” y estimó que la prioridad del nuevo Ejecutivo debe ser la lucha contra el fuerte alza del costo de la vida.
“El éxito del Sinn Féin se debe a la debilidad del unionismo en un periodo de grandes cambios en el Reino Unido a causa del Brexit, pero no representa un cambio radical de opiniones en Irlanda del Norte a favor de la reunificación” con la República de Irlanda, estimó Katy Hayward, politóloga de la Queen’s University de Belfast, citada por la agencia de noticias AFP.
En las elecciones locales del resto del país el Partido Conservador del primer ministro Boris Johnson perdió cientos de escaños y una docena de concejos frente al Partido Laborista, primera fuerza de la oposición, que logró el control del altamente simbólico distrito de Westminster, sede del poder político británico, por primera vez desde su creación en 1964.
También se alzó con otros bastiones conservadores londinenses como Wandsworth.
El centrista Partido Liberal-Demócrata y el ecologista Partido Verde también se llevaron varios de los puestos perdidos por los conservadores.
Escocia
En Escocia, el independentista Partido Nacional Escocés (SNP) se fortaleció, y los laboristas arrebataron el segundo puesto a los conservadores. Los laboristas se mantuvieron en primer lugar en Gales.
Johnson, de 57 años, obtuvo una amplia victoria en diciembre de 2019 con la promesa de romper años de estancamiento político y poner en marcha el Brexit.
Pero su poder se debilitó por las fiestas ilegales organizadas en Downing Street durante los confinamientos de 2020 y 2021 y por un brote inflacionario que golpea a los bolsillos de los votantes.
El primer ministro reconoció que su partido tuvo una “noche dura” en algunas circunscripciones, pero reivindicó avances en otras.
Johnson podría ver reavivada la rebelión interna en su Partido Conservador, donde algunos diputados contemplaban hace meses la posibilidad de una moción de censura.
Para convencer, Johnson tendrá que presentar “un verdadero plan de acción” el martes, durante el tradicional discurso del trono en el que el gobierno desvela sus prioridades ante el Parlamento, estimó Simon Usherwood, politólogo de Open University.