El Gobierno de Rusia no descarta que los combatientes ucranianos capturados en la acería de Azovstal, en la ciudad sureña de Mariupol, sean en el futuro intercambiados por prisioneros rusos, un pedido que se ha hecho público por parte de funcionarios de Kiev, incluido el presidente Volodomir Zelenski.
Así lo manifestó este lunes el viceministro de Exteriores ruso, Andrei Rudenko, quien rehusó dar detalles, pero admitió que “todo” está sobre la mesa.
“Moscú se abre a cualquier posibilidad que sea de sentido común”, añadió el funcionario ruso, según la agencia de noticias Interfax.
Los presos ucranianos que se habrían entregado en Azovstal permanecen en la región esteña del Donbass, de mayoría rusoparlante en la que se localizan dos provincias que se proclamaron independientes.
Los separatistas prorrusos informaron este fin de semana que son ya unos 2.500 los prisioneros y situaron dentro de esta lista a ciudadanos extranjeros, reportó Europa Press.
El gran volumen de detenidos, sin embargo, complica un canje simétrico entre ambos bandos, por lo que Rusia podría reclamar a algunos presos de especial relevancia como el político Viktor Medvedchuk, un aliado clave para los intereses de Moscú en territorio ucraniano, añadió el reporte de la agencia española.
Por otra parte, autoridades de Rusia reclamaron al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) información sobre los soldados rusos capturados por las fuerzas ucranianas y acceso a poder visitarlos.
La intervención de la comisionada de Derechos Humanos de Rusia
Tatiana Moskalkova solicitó al presidente del CICR, Peter Maurer, “información sobre los presos de guerra rusos” y que ayude a su organismo para que ella o sus representantes puedan visitarlos, según un mensaje publicado en su cuenta en Telegram.
“Espero que mi petición no sea ignorada. Sería amargo entender que una organización tan respetada como el CICR olvida los principios universales de humanidad, como muchas otras estructuras internacionales, y se ve guiada por un doble rasero respecto a nuestros prisioneros”, dijo.
Moskalkova afirmó que “entre el 17 y el 20 de mayo, el CICR visitó con libertad al personal militar de las Fuerzas Armadas ucranianas y del Batallón Azov que abandonó la planta Azovstal de Mariupol tras entregarse al Ejército”.
“Esto permitirá al CICR supervisar el destino de los prisioneros, informar a sus familiares sobre su condición y vigilar el cumplimiento de los estándares internacionales en relación a los mismos”, dijo Moskalkova, quien añadió que ella misma visitó en abril una unidad de la Flota del Mar Negro donde había presos de guerra ucranianos y reclamó que “se les diera todo lo necesario y se garantizaran sus derechos”.
Por ello, Moskalkova lamentó que “hasta la fecha, pese a los repetidos llamamientos, no se ha recibido información sobre los prisioneros rusos”.
“Ni nosotros ni sus familiares saben a quiénes visitó el CICR en Ucrania ni el estado psicológico o físico en el que se encuentra nuestra gente”, concluyó.