Este mismo 10 de junio debutan dos de las grandes apuestas españolas de Amazon Prime Video y Netflix. De la primera nos llega ‘Sin límites’, una serie que apuesta por la épica y una narrativa ágil para contarnos la historia de la primera vuelta al mundo, mientras que la segunda propone ‘Intimidad’, la cual explora todas las repercusiones asociadas a un escándalo provocado por la filtración de un vídeo sexual.
Creada por Laura Sarmiento (‘Matadero’) y Verónica Fernández (‘Hache’), ‘Intimidad’ es una serie con un enfoque eminentemente femenino. Claro que hay hombres en ella, pero los principales focos de interés son ellas, con el personaje de Itziar Ituño como principal referente, aunque sin que eso suponga acaparar el protagonismo. Aquí todo está bastante repartido, lo cual ayuda a ofrecer una visión más completa de una experiencia así de traumática.
Una cuestión de enfoque
Al igual que sucedía en el caso de ‘Sin límites’, el primer episodio de ‘Intimidad’ es el menos satisfactorio de los que he visto. En este caso entiendo que era necesaria cierta frialdad emocional y que la tendencia a aislar a las protagonistas tiene sentido para que luego vayan abriéndose de forma paulatina según asimilar mejor y reaccionan a lo que ha sucedido, pero a cambio echan mano de ciertos recursos narrativos que dificultad que conectemos con lo que nos está contando.
Desde el uso de la voz en off, que va mitigándose en episodios posteriores, hasta unos diálogos que sacrifican cualquier tipo de sutileza para funcionar como martillo pilón en la idea que quieren transmitir. Eso quita cierta naturalidad a la historia, quedando claro de que lo que puede parecer una gran idea sobre el papel, no tiene que serlo también puesto en imágenes. El golpe de efecto por encima de la narrativa clara y lógica.
Eso es algo que sigue aplicando a la serie después, pero al menos no resulta tan molesto al ir abriéndose varias líneas argumentales con elementos más propios de una investigación pero sin llegar a serlo nunca completamente. Eso equilibra la vertiente dramática al no incidir tanto en el papel de víctimas y darles un rol más activo sin por ello olvidarse nunca de su condición. A cambio, utiliza a veces elementos demasiado obvios para subrayar esto último.
Ahí la serie nunca llega a brillar, pero al menos ese juego entre el drama puro y el thriller añade un interés añadido al relato. Eso sí, se me hace muy raro tener que recurrir a ello como punto de apoyo cuando las propias historias de estos abusos deberían tener fuerza más que de sobra para sostener a ‘Intimidad’.
Debilidades y fortalezas
Y es que en su propia forma de plantear cada una de sus historias centrales es donde está la principal debilidad de ‘Intimidad’. Habrá quien vea aquí una mirada crítica y reflexiva sobre la preocupante realidad de la culpabilización de las víctimas en casos así, pero hace falta algo más que un potentísimo punto de partida.
Aquí sí que se transmite muy bien ese agobio vital que se debe sentir cuando te sucede algo así -no es mi caso, así que tampoco puedo tener esa certeza-, pero luego surgen dos problemas importantes. El primero es que muchos diálogos caen en lo obvio hasta el punto de que resulta muy difícil creérselos. Es como si estuvieran ahí para resaltar ideas -o hasta moralejas- sin preocuparse lo más mínimo en que sea verosímil que se digan en un momento así.
Por otro lado, ‘Intimidad’ sufre de cierta dispersión, en parte por desarrollar varias tramas al mismo tiempo sin terminar de hilar bien el vínculo entre algunas, pero también porque hay momentos en los que se siente un tanto artificial, y eso es muy difícil de pasar por algo en una propuesta como la que nos ocupa. Entiendo que se busque el compromiso con una causa, pero a cambio te puedes cargar la verosimilitud como te excedas.
A cambio, ‘Intimidad’ cuenta con un gran trabajo de sus actrices principales, sorprendiendo quizá más Yune Nogueiras (‘Akelarre‘) por ser la menos conocida de las seis protagonistas. No obstante, la que mejor logra ir más allá de esos vicios que mencionaba del guion es Itziar Ituño, quien no tarda en hacerse con el control de la situación y demostrar que una actitud activa es la mejor forma de que no te coman viva en un escenario así.
Además, en lo técnico y visual, ‘Intimidad resulta atractiva, tanto por su buena capacidad para sacar partido a los exteriores -siempre es agradable que las series dejen de lado el centralismo madrileño para situar la historia en otros lugares de nuestro país- como por el esmerado trabajo en lo referente a los interiores. Se nota que hay dinero, sí, pero también que se ha sabido utilizar más allá de su reparto.
En resumidas cuentas
Ojalá pudiera decir que me ha encantado ‘Intimidad’, pues parte de una idea muy potente y que no está lo suficientemente explorada en cine o televisión, y además lo hace con un reparto de grandes actrices. Por desgracia, no puedo hacerlo, ya que a menudo va demasiado a lo fácil, sacrifica la sutileza en beneficio del golpe directo y algunos de sus diálogos parecen resultado de la primera versión que tuvieron de lo que querían transmitir y no la pulieron. Con todo, también tiene sus virtudes, pero con este material debería haber sido mucho mejor.