Por alguna razón, llevamos años con un plan de convertir a Chris Pratt en el héroe de acción de la nueva generación. Ojo, no es que me queje, pero siempre se me hace raro verle en papeles de este calibre. El último ejemplo, antes de volverle a ver en ‘Thor: Love and Rockets‘ lo tenemos en ‘La lista final’ (‘The Terminal List’), serie que estrena este viernes Prime Video.
Basada en la novela de Jack Carr, Pratt interpreta a Reece, comandante de los SEAL que después de una fatídica misión en el que muere su pelotón al completo, verá en casa que sus recuerdos y las grabaciones del suceso se contradicen. Sin saber muy bien qué está pasando, el militar empieza a sospechar que hay una gran conspiración en su contra.
Aquí teníamos una combinación bastante interesante (y llamativa a priori) entre que estemos con un thriller militar y tener a Antoine Fuqua (‘The Equalizer 2‘, por ejemplo) como director del primer episodio. Esto ya se antojaba, cuanto menos, atractivo. Otra cosa es que las expectativas se cumplan… y no lo hacen del todo.
Sin personalidad
También os digo que sabíamos a lo que íbamos. Como suele pasar en televisión, sus ritmos y exigencias hacen que lo habitual sea que si hay un director importante detrás, solo esté en el piloto (y si acaso en alguno más). La responsabilidad de Fuqua es improntar su estilo, marcar las pautas visuales y rezar para que los que le sucedan en el puesto hayan tomado notas.
Así, como repitiendo lo que vivimos con ‘Tokyo Vice‘ una vez superado el episodio de Michael Mann, ‘La lista final’ pierde enteros después de su primera entrega. Esa personalidad que Fuqua (generoso en violencia y luchas) consigue dotar se diluye y antes de que nos demos cuenta estamos viendo una serie más genérica de lo que nos gustaría.
Quizás lo más distintivo es ese aire realista o más bien de autenticidad que posee, no en vano Carr escribió la saga de novelas basándose en sus propias experiencias en los SEALs. Sin embargo, la pluma de David DiGilio como guionista no logra aprovechar el material que tiene, priorizando la acción al desarrollo de trama.
En este sentido, ‘La lista final’ se esfuerza demasiado en trabajar a Chris Pratt como el héroe de acción de hoy en día. El resultado sale algo regular… no tanto por la interpretación correcta del actor sino porque no se profundiza en su psique ni en nada de lo que está pasando. No hay sitio para matices o reflexiones en el sendero de venganza.
Dejando de lado la conspiración para ir a la venganza
La serie se presenta como un thriller de conspiración, pero quizá demasiado pronto viramos completamente en la dirección de la venganza (con toques de conspiración), lo cual es una pena porque funciona mucho mejor como lo primero que como lo segundo. De hecho, me resulta mucho más interesante la investigación periodística del personaje de Constance Wu que lo que le pase a Reece en lo que va dando caza a su “lista”.
Sobre todo porque la acción, si bien tiene su violencia y su aquel, tampoco es que sea apasionante. Entonces la serie se encuentra con un serio desequilibrio, con el guion renqueando a la hora de darle fuerza a la trama principal y con ratos algo aburridos.
El tema es que, si bien es entretenida y un estimable pasatiempo, ‘La lista final’ es también blanda y algo prediseñada. Una pena porque creo sinceramente que la serie tiene todos los ingredientes necesarios para hacer algo memorable pero en su lugar tenemos comida rápida.