Sofia Coppola es una de esas directoras que ha cosechado una corta pero estimulante carrera, al margen de la alargada sombra de su padre. Su cine está lleno de silencios que dicen más que las palabras, personajes aislados en su propio mundo, encerrados en jaulas de oro, marcados por la soledad y la incomunicación.
Si bien su estilo tan personal cuenta con muchos detractores (principalmente por su ritmo pausado), también es su principal virtud para sus seguidores. Vamos a echarle un vistazo a su filmografía destacando que, incluso las que son “menos buenas”, son películas más que correctas (aunque, como siempre, influye mucho el gusto personal de cada uno).
‘On the Rocks’
Personalmente, no es la película que menos disfruto de la directora pero sí que me parece la “menos Coppola” de todas. Aquí la historia trata de las diferencias generacionales y la falta de comunicación entre un padre (Bill Murray) y su hija (Rashida Jones) con un tono bastante más desenfadado y amable, dando pie a su cinta más accesible, aunque se eche en falta algo más de profundidad en la resolución del conflicto, de forma más visual y menos literal.
‘Somewhere’
Otra historia paternofilial, en este caso sobre un famoso actor (Stephen Dorff) que vive rodeado de lujo y se ve obligado a cuidar de su hija pequeña (Elle Fanning). Explora temas parecidos a ‘On the rocks’ pero de manera más sutil. Si bien es cierto que es el mejor ejemplo de la mala fama que tiene Coppola de “hacer películas sobre gente que se aburre” y el ritmo no es trepidante, precisamente, sí que sabe transmitir muy bien la magia de esos pequeños momentos entre padre e hija, plasmando el oasis que suponen para el protagonista.
‘The Bling Ring’
Conocida por algunos como “la peli mamarracha” de Sofia Coppola, sin duda se trata de la cinta con mejor ritmo de la cineasta y también la más juguetona. Va sobre un grupo de jóvenes de Los Ángeles que deciden asaltar las casas varios famosos y robarles su ropa, joyas, etc. Bajo su aparente ligereza, tenemos una auténtica sátira sobre el materialismo y los excesos, con un tono irónico y una banda sonora popera que enmarcan esta increíble historia real.
‘María Antonieta’
Una de las películas más icónicas, en la que encontramos las principales características del cine de la directora: un personaje que lo tiene todo (María Antonieta), sin embargo, sufre su soledad en silencio. Coppola no se corta en retratar la sobreabundancia de la vida de la soberana, sin por ello negarle cierta empatía al personaje que al final solo era una adolescente con una vida que no había elegido. La música anacrónica, el diseño de arte, ese final… todo son detalles para recordar.
‘La Seducción’
Pese a las críticas que le llovieron por ser un remake de ‘El seductor’, esta joya a reivindicar me parece el perfecto ejemplo de cómo versionear una historia que ya existe. En vez de limitarse a copiar a su predecesora, la cinta de Coppola ofrece nuevos e interesantes matices que complementan la original de 1971.
La cineasta coge la misma historia, un grupo de mujeres atrincheradas en una escuela femenina que ve agitada su rutina con la llegada de un soldado herido del bando contrario, y le añade mayor complejidad a los personajes femeninos, creando un amplio abanico de grises en sus personalidades. También recrea muy bien ese ambiente enrarecido y opresor que sume al espectador en la sensación de que algo terrible va a suceder en cualquier momento.
2. ‘Las vírgenes suicidas’
Su ópera prima es otra muestra perfecta del talento y las obsesiones de la directora, considerada como una obra generacional. Esta adaptación de la novela de Jeffrey Eugenides sabe capturar esa sensación etérea de la obra original y nos habla de esas jóvenes hermanas a quienes todo el mundo idealizaba en la distancia pero, en realidad, nadie conocía.
1. ‘Lost in Translation’
La obra cumbre de Coppola y una de las mejores películas sobre la incomunicación. Un exitoso actor (Bill Murray) y la mujer de un famoso director de fotografía (Scarlett Johansson), ambos con situaciones personales en crisis, se terminan encontrando en medio de la gran ciudad de Tokio. De forma sutil y a través de los silencios, la cineasta nos retrata a la perfección el estado anímico de los personajes con todos sus matices.