La comedia es un arte muy complejo, ya que no todo el mundo responde a los mismos tipos de la misma. Hay quien considera indigno ver algo que tiende al absurdo y a la tontuna, o hay a quién no le gustan las comedias más blancas y aptas como en las sitcoms antiguas. Por supuesto, hay público que no puede pasar por un tipo de comedia más negra e incómoda.

Quizá, por características, es más fácil tener éxito con una más blanca que con una que sea más ácida y satírica. Podríamos lanzar hipótesis al respecto, pero tenemos un ejemplo contrastado relacionado con una de las sitcoms más exitosas de todos los tiempos. Mientras que la versión americana, más emotiva y limada, se volvió sensación, a la ‘The Office‘ inglesa le toca ser el fenómeno de culto.

El buen patrón

Es decir, la menos vista pero igual la más reivindicada. Al menos, cualquiera que haya visto la versión con Ricky Gervais la trata de poner por encima de su sucesora (a pesar de que cada una tiene virtudes muy encomiables además de diferentes). Se hace, sobre todo, para intentar que la gente le de una oportunidad. Y estos están de suerte, al volverse una de las recientes incorporaciones al catálogo de Prime Video así como estar disponible en Filmin.

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La serie parte con la misma premisa de su heredera al otro lado del charco, haciendo un falso documental que sigue los entresijos de una empresa de venta mayorista de papel a través de un jefe de sección con mucho ego y ansia de protagonismo. También encontramos un variado elenco en el que aparecen rostros reconocibles como Martin Freeman, Lucy Davis o Mackenzie Crook, con personajes de aristas más complejas y afiladas que las de sus homólogos.

Gervais creó y escribió la serie junto a Stephen Merchant, tratando de satirizar la telerealidad que se estaba volviendo fenómeno en las televisiones británicas y además dar un vistazo rabioso a los ambientes laborales más estériles y tóxicos. Si algo hace especialmente brillante además de más complicada de vender es su habilidad para no contener los navajazos que trata de lanzar.

‘The Office’: Hasta las últimas consecuencias

No es un secreto que el motivo de que el personaje de Steve Carell en la otra versión sea tan distinto en la primera temporada que con respecto a las anteriores era porque intentaba replicar (fallidamente) el personaje de Gervais en esta. No sale, ya que son actores de carácter diferente, y el público no estaba realmente preparado para una versión tan corrosiva y despreciable de ese personaje.

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Pero Gervais si es capaz de llevar bien ese personaje, y además hasta las últimas consecuencias. En las dos temporadas que componen la serie (sin contar especiales) vemos cómo tensa la cuerda hasta extremos realmente incómodos y cargadísimos de vergüenza ajena. Si no estás preparado para una versión más amarga y divertida de un modo retorcido de la otra serie, igual esta original no va a ser plato de tu gusto. Pero lo bueno es que ambas pueden coexistir, como versiones complementarias de una misma idea, ambas bien llevadas a su manera.