Sin avisos y sin leer nada sobre ella. Así se puede llegar a la serie ‘Autodefensa’, nominada a mejor guion de una serie y a mejor serie de comedia en los Premios Feroz, después de que sus cocreadoras en el guion y la interpretación, Berta Prieto y Belén Barenys, hayan entregado al público dos partes de cinco capítulos cada una disponibles para su visionado en Filmin.
Se trata de una apuesta que causa, concretamente, a los espectadores que se acerquen a ella que la amen o la odien, ya que la serie se mueve en un territorio donde las escalas de grises no existen y todo, en cuanto a tono y narrativa se refiere, se tiñe de blanco o negro.
A lo largo de 10 capítulos, estas dos amigas, en la vida real y en la ficción, comparten piso ante nuestros ojos para que seamos testigos del tipo de vida que llevan: de sus aspiraciones, decadencia, malos ratos, experiencias surrealistas, chutes de drogas, relaciones sexuales, mantras y, sobre todo, esas conversaciones que solo tienes en la más profunda intimidad con alguien de confianza, a quien sí te atreves a contar los pensamientos intrusivos que muchas veces te vienen a la cabeza.
De esta manera, Prieto y Barenys, también conocida por ser la prima corista de Rigoberta Bandini (aunque lo cierto es que en ‘Autodefensa’ se desmarca por completo de esa sombra y se reivindica como artista, actriz y cantante) han escrito e interpretado una serie que no encaja en el corsé de lo actual y tampoco en los márgenes. Es algo más allá.
A pesar de que la ficción se apoya en la pura cotidianidad, ‘Autodefensa’ es ya desde el principio distinta por venderse como relatos individuales, pequeñas historias de contexto que no recorren en el tiempo una trama a largo plazo de las protagonistas más allá de anécdotas de su propia vida.
Esta propuesta se apoya, además, en una estética muy concreta, que no solo se queda en hacer unos créditos distintos para cada episodio de la serie. Los montajes cutres y los memes que comparte, sobre todo, la generación Z (también los “late millennials”) en redes sociales son la base estética de la serie, con una burbuja underground que, si bien es cierto, es más compartida de lo que se puede llegar a pensar en ciertos círculos de internet.
Berta y Belén transmiten en la serie esa estética de lo peculiar y lo alternativo, sin perder eso sí un sentido especial por la belleza que encaje con su contracultura. Y, además, dan una ventana para una generación (sin ejercer por completo su voz) que ha superado ya, por ejemplo, la obligación de tenerse que depilar los sobacos (sí, no axilas) para contentar a la sociedad. Parece mentira que en la industria audiovisual, en contraste con estos colectivos actuales, se muestre tan poco personajes como estos, que además en muchos momentos viven su desnudez de una manera natural y sin que sea algo tabú o que cause vergüenza.
“Ansiedad. Comer. Dormir. Follar. FOMO [“Fear of Missing Out”, miedo a perderse algo, según su traducción al castellano]. Orfidal. Miedo. Zorras. Eme. Keta. Morir. Brilli brilli. Autoficción”, son, tal y como muestra el tráiler de ‘Autodefensa’, algunas temáticas que surgen en la serie, un relato autobiográfico de Berta y Belén que desconcierta en muchos momentos por construir personajes egoístas, pero que se muestra en otras amplias escenas brutalmente inteligente al tratar temas como la cultura de la cancelación, el bucle de la productividad dentro del sistema capitalista, el síndrome del impostor, el feminismo, las relaciones tóxicas o la falta de responsabilidad emocional con amistades.
Se trata al final de trasladar, con todo su esplendor incómodo, los mismos debates que por ejemplo se tienen en Twitter al respecto de temas muy actuales que preocupan a los más jóvenes. Dirigida por Miguel Ángel Blanca, ‘Autodefensa’ expone pequeñas batallas personales sobre temas un tanto invisibilizados que, en definitiva, rezuman un intento de huir de la vida adulta durante 10 ejercicios de autodefensa para enfrentarse al mundo.
El último episodio de la primera parte, titulado ‘Ser un concepto’, es la mejor muestra de esa ansia de escapar a una realidad menos exigente en la que uno no se sienta todo el rato juzgado por sí mismo y por los demás. La serie se presenta, además, con un formato de constante crítica satírica hacia la personalidad de cada una de las protagonistas, expuesta casi como un sketch.
Aunque no tenga nada que ver la dinámica de la pareja, las temáticas y el entorno en el que se mueve ‘Autodefensa’ es inevitable que recuerde un tanto a los vídeos de Pantomima Full, con grandes aciertos cómicos en escenas como la que se ve en el tráiler, en la que Berta Prieto “interroga” a un chico sobre qué le preocupa más: que talen los árboles del Amazonas o el feminismo, mientras la otra persona se estruja los sesos para ver cómo sale bien parado de esa situación.
Durante esas conversaciones que nunca se grabarían cuando uno las dice en alto en conversación con otra persona y que comparten Berta Prieto y Belén Barenys, los capítulos son igual de inconexos que la vida, con algunas entregas que pueden conseguir calar más en los espectadores y otras que se sienten más alejadas por el bucle de autodestrucción de los personajes o por la situación surrealista que se vende. Conectadas como están las protagonistas a cierta escena cultural y audiovisual de Barcelona, el episodio de ‘Actos colectivos’, el tercero de la segunda parte y el octavo de la serie, se impone con el mensaje feminista más poderoso y acertado de la ficción.
De todas formas, ‘Autodefensa’ gira en torno a muchas más cosas que lanzar posturas feministas al público, aunque sí muestra unos personajes totalmente liberados de lo impuesto por la sociedad en lo que se refiere, sobre todo, a las apariencias. De hecho, en la serie también se visibiliza en un capítulo, de manera completamente irónica, algunas conversaciones con el pasado en las que queda claro que Berta Prieto y Belén Barenys, en cierta medida, se ven obligadas a afrontar muchos momentos de crisis vital por su personalidad y filosofía.
Es por ello que da cierto gusto, al igual que pasaba cuando ‘Fleabag‘ mostraba de forma velada por qué se odiaba a sí misma, contar con una serie en la que no se maquilla a los personajes y no se crean situaciones de confrontación personales impostadas, de aquellas que sabes que tendrán gran facilidad de resolverse al filo de que acabe ese capítulo que ves o en el siguiente.
A lo largo de los episodios, que discurren impasibles como la vida misma con muchos ratos en los que no importa nada lo que se esté haciendo, se tocan ciertos puntos en común relacionados con lo más salvaje e íntimo de cada uno, lo más políticamente incorrecto. Parte de esa magia que tiene ‘Autodefensa’ también reside en cómo está rodada y montada la ficción, con muchas elipsis y ausencia de continuidad en parte de los capítulos que evidencian realmente la autoconsciencia que tienen las protagonistas y la propia producción de estar haciendo una serie basada en lo propio.
Es pertinente en ese sentido, por ejemplo, ser alertados de manera visual con cambios de luz en la fotografía, distintos encuadres, voces en off inesperadas o relatos a cámara para romper la cuarta pared.
Las polémicas de ‘Autodefensa’
No todo es perfecto en ‘Autodefensa’. Cuesta mucho entrar en la serie porque al final se representa a unos personajes que, aunque reales por existir en la vida tangible, resultan bastante ajenos e incómodos por sus privilegios, su palabrería fácil y su manera de comportarse con el resto, como sucede por ejemplo en el episodio de ‘Volver a casa’. Aun así, ese es parte de su atractivo y si se piensa en la lógica de que uno siempre intenta mostrar en público la mejor cara de su personalidad y ocultar lo desdeñable la serie no pierde veracidad.
El retrato que se hace además en torno a Berta y Belén en la serie de las drogas y el sexo, por mucho que sea certera su lectura sobre el efecto anestésico al que muchos recurren con el alcohol y otras sustancias y sobre unas relaciones sexuales que surgen en una generación muchas veces del vacío existencial y las carencias afectivas, ha sido también ampliamente criticado por el hecho de que pueda llegar a pretender darse, de forma intencional, una imagen genérica de círculos de amistades que colapsan por ser autodestructivas las personas que lo conforman. No todos los mensajes que da la serie funcionan y algunos rechinan, aunque este punto de la ficción no es para nada lo más problemático.
Asimismo, a pesar de ser una serie que ofrece un contenido alternativo y con tramas que se salen de la norma, por la red social Twitter también se han podido leer estos días tras el estreno de ‘Autodefensa’ el 29 de noviembre pegas al hecho de que, a fin de cuentas, esos dos personajes privilegiados y con cierto poder otorgado en la sociedad tengan además cuerpos delgados y, por ende, normativos con los cánones de belleza actuales. Esto sumado a la incomodidad de la gran revelación del capítulo ‘Odiar a los hombres’ de la serie ha dado también pie a las críticas por gordofobia.
En resumen, como todo en la vida, no hay nada mejor que ver algo con los propios ojos y evitar que te lo cuenten, especialmente si se trata de una apuesta imperfecta y con un discurso tan marcado como ‘Autodefensa’. Pero al mismo tiempo, no obstante, no olvidaría que ‘Autodefensa’ cuela letras troceadas y melodías sueltas de esas canciones que sirven de iglú, como se explica asimismo en la serie. Sería genial que una gran mayoría estuviese alejada del egoísmo y lo hipócrita de estas dos chicas, no parece ser el caso de la sociedad.