“En ocasiones veo muertos” es una de las frases más reconocidas de la historia del cine (la 44 según el AFI). Y no habría sido igual sin un niño, cubierto con la manta hasta el cuello, susurrando. Ese chaval no era otro que Haley Joel Osment, que a sus once años ya había salido en dos películas nominadas al Óscar (una de ellas ganadora) y cuya estela se esfumó tan pronto como vino. Seguro que os lo habéis preguntado más de una vez: ¿Qué fue de Haley Joel Osment?

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Doble actuación con pepperoni

Haley Joel Osment nació en Los Angeles el 10 de abril de 1988 (para ahorraros las cuentas, ahora tiene 34 años) del matrimonio de una profesora y un actor de teatro de segunda. Cuando era un bebé, Michael Eugene, su padre, se negó a hablarle como si lo fuera, utilizando frases largas y coherentes. Y explica muchas cosas de lo que pasó después.

A los cuatro años, Osment fue descubierto en una tienda por un ojeador y firmó por una agencia de talentos con la que hizo anuncios para queso Kraft o una nueva pizza rectangular de Pizza Hut llamada Bigfoot. Salía un segundo y tenía una frase, pero se convirtió en un pequeño fenómeno. En 1994, ya era co-protagonista de una sitcom (‘Thunder Alley’) y consiguió un papel como hijo de Tom Hanks en una pequeña película que quizá os suene: ‘Forrest Gump’.

Forrest Gump

En 1994, ‘Forrest Gump’ lo ganó absolutamente todo, y catapultó a Haley Joel Osment a la fama mundial. Con seis años, se le rifaban en todas las series, desde ‘Ally McBeal’ hasta ‘Murphy Brown’ pasando por ‘Walker Texas Ranger’ o ‘Chicago Hope’. Protagonizó películas con Whoopi Goldberg (el clásico de videoclub ‘Bogus’) y entonces le llegó un casting para el que tenía ciertas opciones: una película de misterio con Bruce Willis de protagonista.

Sin sentido

Haley Joel Osment fue al último casting de ‘El sexto sentido’ con corbata y traje: fue el único niño que lo hizo y destacó de entre todos los demás inmediatamente. Al entrar, M. Night Shyamalan le preguntó si se había leído su parte del guion. “Tres veces ayer por la noche”, contestó el niño. Shyamalan estaba impresionado, pero no se refería a su parte del guion: se refería al guion al completo. Dejó tan impresionado al director que, a pesar de que no estaba convencido por su aspecto angelical, no le quedó otra que rendirse a la evidencia: ya tenía nuevo protagonista.

Unos meses después, se estaba poniendo corbata de nuevo, pero por otra cosa: estaba nominado a los Óscar con solo once años. No era el actor más joven en conseguir la nominación (fue Justin Henry cuando tenía ocho por ‘Kramer contra Kramer’) pero ya era la nueva estrella de moda en Hollywood. No ganó, pero se empezó a acostumbrar a los premios: estuvo nominado a unos veinte.

Algo menos consiguió después de su papel en ‘Inteligencia Artificial’, el proyecto soñado de Kubrick que terminó Steven Spielberg. Puede que la película no fuera perfecta, pero Osment eclipsó los errores de la cinta. Se convirtió en su papel favorito, recibió halagos de todo el mundo y, entonces… la nada. Haley Joel Osment tenía trece años y ya había llegado al tope de su carrera.

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Donald, pero cúrame de una vez

Tras unos papeles como actor de doblaje en secuelas Disney directas a vídeo (‘El jorobado de Notre Dame 2’, ‘El libro de la selva 2’), en 2003, cuando cumplió 15 años, Haley Joel Osment desapareció de la faz de la tierra. No volvería al cine, salvo por una pequeña película, ‘Home of the giants’, hasta siete años después. Durante ese tiempo, el actor se preparó para la Universidad y terminó graduándose con honores en Nueva York, donde decidió dejarse barba para pasar desapercibido. Hollywood se había olvidado de él, su intento como actor teatral no había triunfado (en ‘American Buffalo’, de David Mamet) y volver a triunfar en el cine parecía impensable.

Y, sin embargo, empezó a escoger no los papeles que le fueran a dar fama inmediata, sino los que le apetecían. Trabajó con Kevin Smith en ‘Tusk’ y la (injustamente) odiada ‘Yoga Hosers’, se rió de sí mismo en ‘Entourage (El séquito)’, hizo una temporada del programa de culto ‘Comedy! Bang! Bang!’ y descubrió un papel que le ha ayudado a pagar las facturas desde 2002 hasta ahora: el de Sora, el protagonista de ‘Kingdom hearts’, la saga de videojuegos tan inabarcable como imposible de explicar con el que ha llegado incluso a ‘Super Smash Bros’.

Sora

En 2019 consiguió un papel en ‘Extremadamente cruel, malvado y perverso’ que hizo que la gente le reconociera de nuevo, y poco a poco ha ido abriéndose camino entre un mundo del cine muy diferente al que conocía. Consiguió papeles en ‘Future man’, ‘El método Kominsky’ o ‘Lo que hacemos en las sombras’ y encara un futuro no prometedor, pero sí solvente.

Él dice que lleva treinta años enamorado de la actuación y por eso sigue intentándolo. Sí, ha tenido algún altercado con la policía e incluso fue condenado a ir a Alcohólicos Anónimos después de pegársela con su coche borracho en 2006 (algo que ha aceptado en diversas entrevistas), pero no deja de ser lo normal en la Meca del Cine. Y sí, es posible que su hermana, Emily Osment, sea más famosa que él después de su papel en ‘Hannah Montana’, pero no está preocupado al respecto.

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Al final, pocas cosas le definen mejor que esta frase suya: “No estoy interesado en el negocio de promocionarme a mí mismo. No me importa si la gente sabe quién soy o lo que se dice de mí. Solo estoy aquí para hacer un trabajo”. Por suerte, en ocasiones ya no ve su carrera muerta.