Durante el invierno nos quedan aún por vivir importantes olas de frío por lo que, salvo que tengamos climatizada la piscina, no será probable que la utilicemos hasta la próxima primavera. En este momento siempre surge la duda de lo que se debe hacer con el agua del vaso. Hay varias razones por las que no se recomienda vaciar la piscina después de la temporada de baño, consultando con Abrisud, empresa experta en cubiertas de piscinas, apunta principalmente a la siguientes: el impacto medioambiental, el gasto que supone y los posibles problemas estructurales.
Además de la cantidad de agua que se desecha con el vaciado de la piscina, y los litros que luego se consumen con el llenado, este agua contiene compuestos químicos que pueden ser dañinos para el medio ambiente. Vaciar la piscina al finalizar la temporada de baño supone desperdiciar muchos litros de agua que habrá que volver a rellenar para la puesta a punto de la piscina con el consiguiente gasto. Finalmente, al vaciar la piscina se elimina la presión que ejerce el agua sobre el fondo y las paredes del vaso, lo que puede provocar problemas estructurales en el vaso de la piscina como la aparición de grietas.
No cabe duda de que proteger la piscina con una cubierta es una de las mejores maneras de mantener su estructura. La cubierta evita que los desechos orgánicos e inorgánicos caigan dentro de la piscina y como no se acumulan ni hojas ni basura, tampoco proliferan microorganismos, como algas, bacterias y hongos, por lo que se minimiza el uso de sustancias químicas para desinfectar el agua. Pero no todo el mundo dispone de una porque su coste es elevado. Entonces, si finalmente decidimos no vaciar el vaso, pero no disponemos de cubierta para nuestra piscina, aún así hay una serie de pasos a seguir para mantener en buen estado la piscina en invierno.
Alberto Cuesta Mamolar, desde ARCOISA (Galapagar) empresa dedicada a la construcción de piscinas y comercialización de productos outdoor desde hace más de veinte años, recomienda que en aquellas zonas donde las temperaturas desciendan por debajo de los 15 ºC que se hiberne la piscina. Para llevar a cabo este proceso, la piscina debe estar totalmente limpia en el fondo y paredes y hay que dejar el agua de piscina al mismo nivel que los meses de baño y realizar un tratamiento de choque con cloro dejando en funcionamiento el filtro durante 8 horas y manteniendo el pH entre 7,2 y 7,6. Para ello, debemos analizar y controlar el pH con los productos específicos para ello y si es necesario añadir un minorador o incrementador hasta conseguir el valor dentro de los parámetros. Posteriormente habrá que tratar el agua con un producto llamado invernador que preserva las propiedades de la misma, consiguiendo de esta manera que los microorganismos no se reproduzcan.
Una vez que el agua esté en óptimas condiciones para invernar hay que seguir haciendo un control periódico durante los meses más fríos, repetir el tratamiento de cloración cuando proceda, realizar tareas de mantenimiento en limpiafondos, skimmers, compuertas, filtros … y cada tres meses agregar un recordatorio de producto invernador.
Además, en el caso de tener una cubierta de piscina, también hay que realizar un mantenimiento de esta. Basta con eliminar la capa de polvo que pueda acumular durante los meses menos cálidos y lavarla con jabón neutro si está construida con policarbonato. Es importante también aplicar productos anti-moho para evitar que la humedad de los meses más fríos estropee la cubierta. Se puede realizar una limpieza periódica más completa con una manguera a presión.
Siguiendo estos sencillos consejos podremos mantener la piscina en óptimas condiciones, durante los meses invernales y sobre todo protegerla de las nevadas y heladas para la nueva temporada de baño.
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