Como ya he comentado con anterioridad, bajo mi humilde opinión, el gran acierto de la adaptación a la pequeña pantalla de ‘The Last of Us’ radica en su capacidad para equilibrar su asombrosa fidelidad respecto al videojuego original con una serie de pequeños añadidos y modificaciones que aportan algo más de sustancia y contexto al conjunto, y la primera muestra de ello se encuentra en su fantástica escena introductoria.

Las dos caras de la divulgación

En ella, dos científicos discuten acaloradamente en un plató de televisión de finales de los años 60 sobre el gran peligro biológico que podría acabar con la humanidad tal y como la conocemos, llegando a la conclusión de que más allá de virus y bacterias, los hongos son los potenciales enemigos más temibles a los que enfrentarse. Una pieza breve, pero clara y concisa que da el pistoletazo de salida con gran acierto.

No obstante, esta toma de contacto con ‘The Last of Us’ no tiene nada que ver con la primera opción que barajaron sus creadores Craig Mazin y Neil Druckmann. Según ha contado Mazin en el podcast oficial del show de HBO, la idea original tenía un estilo mucho más documental.

“Hice el pitch dos veces. La primera vez fue ‘meeeh’,  o podríamos hacer el vídeo. Hay un video genial, puedes verlo en

YouTube, es de Planet Earth. Puedes ver una demostración buenísima de cómo trabaja el cordyceps, cómo se apodera de una hormiga. Es terrorífico y te cuenta todo lo que necesitas saber. Así que decidimos hacer nuestro pequeño video de ese estilo”.

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Por suerte o por desgracia, el concepto no terminó de cuajar. A Druckmann se le antojó “algo aburrido”, así que Mazin se sacó de la manga una propuesta más fresca y dinámica.

“Encontré esto que había escrito, como una transcripción de un viejo programa de Dick Cavett de 1960 y se lo enseñé a Neil, y el dijo, ‘Bueno, es un poco raro’. Así que vamos y hacemos todo el programa y estamos a unas tres o cuatro semanas de terminar el rodaje y yo no estoy entusiasmado con esta introducción. Así que se lo envié de nuevo y esta vez reaccionó en plan, ‘¡Oh!'”.

A pesar del poco optimismo inicial de Druckmann, ver el montaje final de la escena terminó de convencerle.

“Al ver la versión final editada, me encantó. Como fan, te pilla desprevenido y te señala que todo lo que crees que sabes sobre esto, no lo sabes. Logró lo que estábamos intentando conseguir con la otra introducción de una forma mucho más efectiva y dramatizada empezando a darte pistas o teorías sobre ‘tal vez así es como empezó’. No lo decimos de forma definitiva, pero es una teoría bastante buena”.