Otro crimen real recoge el testigo de ‘El caso Asunta’ y ya es número 1 en Netflix en plena polémica de los límites del ‘true crime’

Estrenada
el
pasado
26
de
abril
como

una
de
las
producciones
españolas
más
esperadas
de
2024,


El
caso
Asunta,
la
serie
de
ficción
sobre
el
mediático
suceso
que
conmocionó
a
España
en
2013,
ha
sido
durante
varias
semanas
la
indiscutible
protagonista
no
solo
de

Netflix,
sino
también
uno
de
los
temas
más
comentados
en
redes
sociales.

Tanto
en
forma
de
elogios
dirigidos
al
excelente
trabajo
del
elenco
capitaneado
por

Candela
Peña
en
la
piel
de
Rosario
Porto,
como
en
forma
de
debate,
especulaciones
y
teorías
varias
sobre
el
caso,
planteadas
siempre
en
torno
al
principal
interrogante
que
nunca
se
pudo
resolver:

¿Por
qué
lo
hicieron?

Diez
años
después
del
crimen
de
Asunta,
la
serie,
que
ha
sido
vista
por
casi
12
millones
de
hogares
-datos
de
Netflix
a
través
del
sitio
web

Tudum–,
ha
resucitado
el
enorme
interés
que
en
su
día
ya
llenó
cientos
horas
de
televisión,
tal
y
como
reflejan
no
solo
las
redes,
sino
los
propios
programas
de
televisión
en
abierto
a
través
de,
sin
ir
más
lejos,
las
entrevistas
realizadas
a
algunos
de
los
compañeros
de
prisión
de
los
condenados
por
el
crimen,
el
padre
y
la
madre
de
Asunta,

Alfonso
Basterra
y
Rosario
Porto.

El
caso
Asunta
sigue
siendo
número
1
en
el
Top
10
de
series
de
habla
no
inglesa
en
Netflix,
pero
en
España
ya
ha
sido
empujada
al
segundo
puesto
con

la
llegada
de
otro ‘true
crime’:
la
serie
documental



El
rey
del
cachopo.

Aunque
menos
popular
mediáticamente,
el
crimen
que
explora
la
nueva
serie
documental
de
la
plataforma
también
fue
objeto
de
mucha
atención
en
2018,
con
el
hallazgo
de
una
maleta
en
el
que
se
encontraba
parte
del
cuerpo
descuartizado
de
una
mujer
en
una
nave
industrial
del
barrio
madrileño
de
Usera.
Los
investigadores
no
tardaron
en
identificar
el
cadáver
como
el
de
Heidi
Paz,
cuya
desaparición
y
la
de
su
pareja,
César
Román,
se
había
denunciado
hacía
algunos
meses.
Tras
ello,
Román
se
convirtió
en
el
principal
sospechoso
y
posterior
acusado
y
condenado
por
el
crimen,
quien
había
huido
y
vivía
bajo
una
identidad
falsa
en
Zaragoza.

El
documental,
que
incluye
el
testimonio
del
condenado
por
el
crimen,
explora
el
pasado
y
vida
de
Román,
destapando
la
red
de
secretos,
mentiras
e
identidades
falsas
a
la
que
pertenecía
y
de
la
que
proviene
su
apodo,
el “rey
del
cachopo”.

El
nuevo
éxito
de
un ‘true
crime’
en
Netflix
se
produce
justo
en
un
momento
en
el
que

los
límites
de
este
tipo
de
producciones
están
siendo
objeto
de
queja
y
polémica
a
través
de
la
denuncia
y
protesta
que
encabeza
Patricia
Ramírez,
madre
de
Gabriel
Cruz,
un
niño
de
4
años
que
en
2018
fue
asesinado
en
Almería
por
Ana
Julia
Quezada,
pareja
sentimental
de
su
padre.
La
madre
del
niño
ha
revelado
que
lleva
años
rechazando
la
producción
de
cualquier
tipo
de
contenido
relacionado
con
el
crimen.

Ramirez
ha
convocado
una
rueda
de
prensa
y
una
concentración
bajo
el
lema “nuestros
peces
no
se
venden”
en
la
que
ha
querido
aclarar
su
absoluto
rechazo
a
que
su
tragedia
sea
objeto
de
ninguna
producción
tras
haberse
puesto
en
su
conocimiento
que
la
asesina
de
su
hijo
estaría
realizando
presuntamente
grabaciones
de
audio
para
un
documental.

La
familia
del
niño
ha
anunciado
que
emprenderá
acciones
judiciales
para
tratar
de
frenarlo
y
ha
recibido
el
apoyo
del
Ministerio
del
Interior.

“Me
entero
por
un
artículo
de
prensa,
que
esta
señora
se
encuentra
en
un
módulo
de
respeto
en
la
cárcel
de
Ávila,
y
que
ha
solicitado
un
permiso
que
le
han
concedido
para
grabar
dentro
de
la
cárcel.
Estando
condenada
por
un
delito
de
integridad
moral
por
habernos
expuesto
durante
12
días
y
habernos
dañado
soberanamente
como
se
le
puede
permitir
que
grabe
algo
que
nos
va
a
volver
a
lesionar
nuevamente.
Pagarla
para
que
nos
veje”,
lamentaba
Ramírez. “Ayer
nos
enteramos
de
que
la
productoras
que
suelen
comprar
este
tipo
de
producciones
no
tienen
conocimiento
del
proyecto,
esto
es
un
rayo
de
esperanza
entre
tanto
dolor”.