Si
os
pido
que
digáis
cuál
es,
para
vosotros,
el
peor
episodio
de
la
historia
de
‘Los
Simpson’,
seguro
que
tenéis
muchísimos
donde
elegir
a
lo
largo
de
35
temporadas.
En
mi
caso
me
quedo
con ‘Homer
contra
la
dignidad’
y ‘Lisa
está
Gaga’,
pero
seguro
que
todos
tenéis
vuestro
momento
de
llevarlos
las
manos
a
la
cabeza
y
decir
“¿Pero
esto
qué
es?”.
En
el
caso
de
Matt
Groening
fue
relativamente
pronto:
en
1997,
en
el
inicio
de
la
novena
temporada,
se
estrenó
el
único
capítulo
que,
hasta
ahora,
ha
reconocido
aborrecer: ‘El
director
y
el
pillo’.
Tamzarian
de
los
monos
Quizá
por
el
título
no
os
suene,
pero
si
os
digo
que
es
el
episodio
en
el
que
se
descubre
que
Seymour
Skinner
es
realmente
un
impostor
que
se
llama
Armin
Tamzarian
y
suplantó
a
su
superior
del
ejército
cuando
este
murió
en
la
guerra,
quizá
os
suene
más.
El
28
de
septiembre
de
1997
se
emitió
como
el
segundo
episodio
de
la
novena
temporada
y
no
son
pocos
los
que
han
marcado
justo
ahí
el
final
de
la
etapa
dorada
de
la
serie.
Un
poco
exagerado
si
me
preguntan,
la
verdad.
Ken
Keeler,
el
guionista,
era
un
habitual
de ‘Los
Simpson’
que
hizo
magníficos
episodios
como ‘Dos
malos
vecinos’, ‘Ha
nacido
una
estrella’
o ‘El
hermano
de
otra
serie’.
Sin
embargo,
era
perfectamente
consciente
de
que
iba
a
dejar
el
equipo
de
guionistas
al
final
de
la
temporada
para
irse
a ‘Futurama’
y
decidió
irse
proponiendo
un
argumento
que,
como
poco,
era
arriesgado.
Como
dicen
en
los
comentarios
del
episodio
en
el
DVD
(en
tono
de
broma,
claro),
“queríamos
dejar
a
los
que
quedaban
sin
material
para
trabajar
en
el
futuro
y
causar
el
mayor
daño
posible“.
A
lo
largo
de
estos
imprescindibles
audiocomentarios,
los
responsables
del
episodio
desgranan
todos
los
motivos
por
los
que
el
capítulo
es
odiado
(“Es
mucho
más
polémico
que
el
que
hicimos
con
John
Waters,
el
de
la
homosexualidad
o
el
que
insultaba
a
la
gente
de
Internet.
Este
provocó
una
tormenta
ígnea”),
a
pesar
de
que
ellos
lo
defienden.
De
hecho
Keeler
está
“muy
orgulloso
del
trabajo
en
este
episodio,
es
el
mejor
episodio
que
haya
escrito
jamás.
Quiero
dejarlo
claro.
Nunca
me
he
arrepentido“.
Matt
Groening,
sin
embargo,
no
piensa
lo
mismo.
La
canción
ruda
del
dulce
Matt
Groening
Puede
que
ahora
estemos
más
acostumbrados
a
los
argumentos
extravagantes
de ‘Los
Simpson’,
pero
en
aquella
época
los
personajes
no
debían
cambiar
ni
siquiera
un
ápice
de
episodio
a
episodio
a
no
ser
que
se
anunciara,
ya
de
por
sí,
como
una
locura
al
estilo ‘Las
series
secuela
de
Los
Simpson’.
Sin
embargo,
tras
ocho
años
haciendo
la
serie,
sus
responsables
dijeron,
literalmente,
“Vamos
a
hacer
algo
diferente,
por
dios”.
El
resultado
causó
una
oleada
de
cartas
de
protesta
y
enfados
en
un
Internet
en
pañales,
especialmente
en
el
foro
No
Homers,
donde
se
comentaban
los
episodios
semanalmente.

Ellos
bromean
con
que
querían
“dejar
a
los
fans
los
despojos
en
llamas
del
Hinderburg”,
pero
lo
que
se
encontraron
fue
al
creador
de
la
propia
serie
malencarado
y
pidiendo
que
le
sacaran
de
los
títulos
de
crédito
del
episodio
(sigue
saliendo,
por
cierto).
De
hecho,
se
convirtió
en
el
único
que
no
consideró
como
digno:
Groening
ni
siquiera
aparece
en
los
comentarios
del
DVD,
de
los
que
es
habitual.
En
una
entrevista
con
Rolling
Stone
(que
no
está
disponible
online),
Groening
afirmaba
que
“cuando
acabamos
el
episodio
nos
dimos
cuenta
de
que
fue
un
error
y
sacamos
a
un
juez
que
decía ‘No
hablaremos
de
esto
nunca
más’.
Y
nunca
lo
hemos
hecho”.
No
es
del
todo
cierto:
a
lo
largo
de
la
historia
de
la
serie
ha
habido
dos
referencias
a ‘El
director
y
el
pillo’.
La
primera,
para
ridiculizarlo
en ‘Detrás
de
las
risas’,
el
final
de
la
temporada
11
(y,
tristemente,
el
último
doblado
por
Carlos
Revilla),
donde
un
clip
aparece
para
ilustrar
la
frase
“Los
episodios
recurrían
cada
vez
más
a
temas
insustanciales
y
absurdos
argumentos“.
Y
la
segunda,
ya
entrados
en
la
15,
durante
el
capítulo ‘Yo,
Jo-Bot’,
donde
Lisa
llama
a
Skinner
“Director
Tamzarian”.
Sin
embargo,
a
pesar
del
tiempo
que
ha
transcurrido,
los
fans
no
olvidan.

Multiplícate
por
cero
La
mayoría
se
sentían
(y
se
sienten
aún)
dolidos
por
el
giro
a
un
personaje
que
querían,
por
mucho
que
el
equipo
se
muestre
en
el
DVD
sorprendido
por
el
amor
a
Seymour
Skinner.
“Este
episodio
trata
sobre
la
gente
que
lo
odia,
de
hecho.
En
mi
borrador
quedaba
más
claro,
había
dos
discursos
explícitos
pero
se
quitaron
por
falta
de
tiempo.
Dos
frases
que
lo
habrían
cambiado
todo”,
añade
Keeler,
antes
de
reconocer
que…
se
le
han
olvidado.
Eso
no
significa
que
no
acepten
sus
errores.
Aunque
lo
comparan
con
episodios
clásicos
como ‘El
show
de
Pica,
Rasca
y
Poochie’
o ‘Un
pez
llamado
Selma’,
en
el
sentido
de
que
se
alejaban
de
los
personajes
y
cambiaban
cosas
vitales
sobre
ellos,
reconocen
que
“fuimos
demasiado
lejos
y
le
creamos
un
pasado
exagerado”.
Es
cierto.
No
es
un
mal
episodio,
visto
hoy,
pero
se
puede
entender
que
en
aquella
época,
donde
eran
la
serie
más
relevante
del
mundo,
causara
un
revuelo
exagerado.
En
cuanto
al
nombre
de
Armin
Tamzarian,
lo
cierto
es
que
tiene
un
origen
curioso:
se
trata
del
perito
que
trató
un
accidente
de
coche
a
un
miembro
de
la
sala
de
guionistas,
y
después,
por
casualidad,
se
hizo
abogado
en
el
bufete
que
les
representaba.
Cuando
el
episodio
se
emitió
les
llamó
interesado
pero
sin
mala
sangre,
dispuesto
a
firmar
un
descargo
para
que
pudieran
utilizar
su
nombre
y
apellidos.
En
las
series
estadounidenses,
para
elegir
el
nombre
de
un
personaje,
solo
tienes
dos
opciones:
o
no
hay
nadie
llamado
así,
o
hay
más
de
cinco
personas
en
Estados
Unidos
y
se
considera
común.
Si
solo
hay
entre
una
y
cuatro
personas
con
esa
combinación
de
nombre
y
apellidos
se
considera
señalamiento.
Nunca
diréis
que ‘El
director
y
el
pillo’
no
os
dio
algo
nuevo
en
lo
que
pensar.
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