“La
obra
pública
se
termina.
Hay
que
cortar
en
las
partidas
donde
la
política
roba,
por
ejemplo,
la
obra
pública”,
declaraba
Javier
Milei
24
horas
después
de
haber
sido
electo
presidente.
Siete
meses
más
tarde,
a
un
paso
de
sancionar
la
Ley
de
Bases
y
el
paquete
fiscal,
las
primeras
normas
de
su
administración,
el
mandatario
que
no
quiere
dejar
de
ser
un
outsider
empieza
a
incorporar
las
bondades
del
toma
y
daca
de
la
política
para
lubricar
voluntades
y
lograr
objetivos
concretos.
La
unción
de
Guillermo
Francos
como
jefe
de
Gabinete
camina
en
esa
dirección.
Después
de
ser
ascendido,
el
ex
diputado,
presidente
del
Banco
Provincia,
director
del
BID
y
ministro
del
Interior
empezó
a
cumplir
con
algunos
de
los
reclamos
que
arrastraban
los
gobernadores
desde
los
primeros
días
de
la
gestión.
En
el
último
mes,
doce
provincias
firmaron
con
el
aval
de
Francos
y
la
rúbrica
del
secretario
de
Obras
Públicas
del
ministerio
de
Economía,
Luis
Giovine,
acuerdos
marco
para
reactivar
obra
pública
que
estaba
dormida.
El
Gobierno
publicita
cada
vez
que
puede
que
esos
convenios
-que
no
se
publican
en
el
Boletín
Oficial,
pero
a
los
que
tuvo
acceso
Clarín–
significan
el
traspaso
de
obras
nacionales
a
las
provincias
para
no
afectar
el
equilibrio
fiscal
que
tanto
enorgullece
a
Milei
y
a
Luis
Caputo.
La
letra
chica
de
esos
acuerdos
-el
primer
paso
antes
de
los
convenios
específicos-
ratifica
la
obligación
y
la
voluntad
del
Gobierno
de
que
el
Estado
nacional
se
haga
cargo
del
mantenimiento
de
rutas
y
obras
nacionales.
En
la
lista
solo
se
anotan,
por
ahora,
distritos
gobernados
por
ejecutivos
provinciales
cuyos
legisladores
resultaron
vitales
para
la
aprobación
de
la
ley
Bases
en
las
dos
Cámaras:
Catamarca,
Chaco,
Chubut,
Córdoba,
Entre
Ríos,
Jujuy,
Mendoza,
Neuquén,
Salta,
Tucumán
y,
los
últimos
en
sumarse
esta
semana,
Misiones
y
Santa
Cruz.
Existen
razones
prácticas
y
políticas
que
explican
el
asterisco
en
la
narrativa
libertaria,
una
muestra
de
pragmatismo
que
desafía
el
relato
oficial,
como
ya
había
pasado
con
las
postergaciones
de
aumentos
de
tarifas,
que
el
ministro
de
Economía
prometió
al
FMI
que
corregirá
en
los
próximos
meses.
Entre
las
primeras
sobresale
la
idea
de
que
los
acuerdos
constituyen
una
señal
clara
de
que
las
obras
se
harán,
un
detalle
que
ayudará
para
garantizar
la
estabilidad
financiera
de
las
empresas
contratistas
y
evitar
una
ola
de
juicios
contra
el
Estado
con
denuncias
penales
para
funcionarios
nacionales
y
provinciales.
Por
otro
lado,
representa
un
puente
extendido
de
cara
al
futuro
a
los
gobernadores
mucho
más
concreto
que
las
invitaciones
del
Presidente
al
nuevo
Pacto
de
Mayo.
“Se
tiene
que
empezar
a
tratar
el
2025.
Sobre
todo,
con
las
provincias
aliadas.
Si
no
dan
algún
incentivo
para
seguir
acompañando
el
cambio,
se
va
a
poner
muy
difícil”,
pronostican
cerca
un
mandatario
que
acompañó
sin
fisuras
la
ley
ómnibus
en
todos
sus
formatos.
Los
convenios
incluyen
las
obras
que
se
transfieren
a
las
provincias,
aquellas
que
seguirá
financiando
la
Nación
y
las
que
se
someterán
a
auditorías
antes
de
decidir
si
se
completarán
y
con
qué
recursos.
La
luz
verde
para
la
inversión
en
obras
convive
con
la
decisión
de
cerrar
programas
de
obras
más
acotadas
para
mejorar
la
infraestructura
en
barrios
que
fueron
banderas
del
kirchnerismo
como
“Argentina
Hace”,
“Reconstruir”
y
“Casa
Propia-Construir
Futuro“.
También
con
las
quejas
de
los
distritos
que
no
fueron
beneficiados
como
explicitó
el
santafesino
Maximiliano
Pullaro
en
el
acto
que
compartió
con
Milei
el
jueves
en
Rosario.
No
hay
plata,
pero
mes
a
mes
empiezan
a
aparecer
más
fondos
que
el
Gobierno
envía
de
manera
discrecional
a
las
cuentas
de
algunos
distritos.
El
goteo
de
los
Aportes
del
Tesoro
Nacional
(ATN)
se
disparó
en
las
primeras
dos
semanas
de
junio,
según
las
cifras
públicas
del
ministerio
de
Economía.
En
enero,
se
repartieron
apenas
mil
millones
de
pesos.
Se
sumaron
$5
mil
millones
en
febrero
y
apenas
$1.300
millones
en
marzo.
La
cifra
creció
$3
mil
millones
en
abril
y
$2.500
en
mayo
hasta
alcanzar
un
acumulado
de
$12.800
en
mayo.

Passalacqua,
el
gobernador
más
beneficiado
por
los
ATN,
y
Guillermo
Francos,
en
Misiones.
En
los
primeros
16
días
de
junio,
el
acumulado
de
los
ATN
saltó
hasta
un
techo
de
$20.300
millones
porque
el
Gobierno
comprometió
$7.500
millones
para
Misiones,
después
de
que
el
paro
policial
y
docente
pusieran
en
jaque
a
la
gobernación
de
Hugo
Passalacqua
a
fines
de
mayo.
El
resto
se
repartió
entre
6
provincias.
Entre
Ríos
($3800
millones),
auxiliada
tras
las
inundaciones,
lidera
el
ránking
de
los
ATN
que
ya
se
pagaron.
Completan
el
lote
de
las
“privilegiadas”
Corrientes,
Santa
Fe,
Chubut,
Jujuy
y
Corrientes.
Las
cifras,
de
todos
modos,
son
irrisorias
al
lado
de
los
desembolsos
del
electoral
2023.
La
cuenta
recaudadora
de
los
ATN
-el
1
por
ciento
de
la
coparticipación-
crece
más
que
la
proporción
que
se
reparte
y
el
gobernador
de
La
Pampa,
que
no
recibió
un
peso,
demandó
al
Estado
nacional
por
los
fondos
que
el
Estado
retiene.
La
provincia
que
gobierna
Sergio
Ziliotto
es
también
una
de
las
13
que
espera
por
los
fondos
de
las
cajas
jubilatorias.
El
jefe
de
bloque
de
diputados
del
peronismo
Germán
Martínez
denunció
que
con
esas
partidas
el
Gobierno
cubre
algunas
de
las
partidas
que
dejó
de
transferir
como
las
del
Fondo
de
Incentivo
Docente.
El
colaborativo
Osvado
Jaldo
fue
uno
de
los
4
gobernadores
que
se
apersonaron
el
jueves
en
la
Casa
Rosada
para
inaugurar
una
nueva
etapa
del
vínculo
entre
Milei
y
los
mandatarios
provinciales:
los
mano
a
mano
que
el
libertario
tanto
resistió,
luego
de
recibir
a
todos
el
19
de
diciembre.
En
el
Gobierno
aseguran
que
no
hay
reuniones
comprometidas,
aunque
se
espera
que
buena
parte
de
los
gobernadores
visiten
la
Capital
el
martes,
el
mismo
día
en
que
Milei
regresará
de
su
gira,
para
asistir
al
Encuentro
Federal
por
la
Memoria
que
organiza
la
AMIA
que
también
contará
con
la
presencia
de
Francos.
¿Coincidirán
las
agendas?
Los
mandatarios
provinciales
se
quejaban
hasta
ahora
de
la
falta
de
interlocución
directa
con
el
Presidente
que
no
los
atendía
ni
presencialmente
ni
por
teléfono.
“Le
votamos
todo
y
nos
trata
igual
que
a
(Axel)
Kicillof”,
ironizaba
un
referente
del
PRO
que
espera
su
momento
a
solas
con
Milei
desde
hace
meses.
El
día
de
la
Bandera,
en
Rosario,
el
Presidente
-como
el
25
de
mayo
en
Córdoba–
volvió
a
tenderle
la
mano
a
la
oposición
para
invitar
a
gobernadores,
ex
presidentes,
la
Corte
Suprema
-a
todos
los
representantes
de
“la
casta”
en
su
conjunto,
según
el
glosario
liberatario-
para
plasmar
el
relanzado
Pacto
de
Mayo
en
Tucumán
el
9
de
Julio.
Además
de
palabras,
pone
a
disposición
gestos
y
recursos,
aunque
por
ahora
sean
para
pocos.