Por
una
cuestión
de
preservar
su
intimidad,
la
llamaremos
Rosa
aunque
no
sea
su
verdadero
nombre.
Ella
tiene
alrededor
de
30
años
y
desde
el
2023
trabaja
como
cajera
en
una
dependencia
que
la
Municipalidad
de
Hurlingham
tiene
en
la
localidad
de
William
Morris.
Llegó
a
ocupar
ese
puesto
gracias
a
quien
ella
consideraba
un
amigo
íntimo,
Mauro
Rojas,
que
la
recomendó
para
que
sea
contratada.
Hasta
el
viernes
pasado,
Rojas
manejaba
la
plata
de
las
tasas
que
pagaba
una
buena
parte
de
los
casi
200.000
vecinos
que
viven
en
este
pequeño
partido
del
Oeste
del
Conurbano,
con
un
presupuesto
para
este
año
de
unos
$
25.000
millones.
Para
entender
su
función:
cada
gasto
o
cheque
que
realiza
un
jefe
municipal
también
lleva
la
firma
del
tesorero.
“Su
cargo
representa
un
engranaje
único
y
fundamental
del
poder
que
manejamos.
A
tal
punto,
que
ante
una
denuncia
por
mala
administración,
los
responsables
ante
la
Justicia
somos
nosotros
y
el
tesorero
“,
reconoce
ante
Clarín
otro
cacique
bonaerense
del
GBA.
Rojas
es
un
entusiasta
militante
de
La
Cámpora.
O
al
menos,
así
se
autopercibía
en
sus
redes
sociales.
Llegó
al
cargo
como
mano
derecha
de
Damián
Selci,
el
intendente
hurlinguense
camporista
de
paladar
negro,
con
línea
frecuente
con
Máximo
Kirchner,
aunque
su
jefe
político
directo
sea
Martín
Rodriguez,
el
ex
jefe
del
PAMI
nombrado
por
Alberto
Fernández.
A
fines
de
la
semana
pasada,
Rosa
se
presentó
en
la
oficina
del
personal
de
la
Comuna
para
contar
“varias
situaciones
de
violento
acoso
constante
que
sufrí
por
parte
de
Rojas”,
le
relata
a
este
diario
una
empleada
municipal
que
tuvo
acceso
a
la
denuncia.
Casi
al
mismo
tiempo,
la
propia
Rosa
habría
posteado
un
mensaje
en
la
cuenta
Hurlingham
City,
el
martirio
que
según
ella
vivió
en
su
trabajo.
“Hago
esto
para
que
no
le
pase
a
ninguna
más.
El
tesorero
del
municipio
de
Hurlingham,
Mauro
Rojas,
es
un
acosador
que
por
su
poder
y
respaldo
de
todo
el
equipo
de
Selci
cree
que
puede
propasarse
y
violentarse
con
las
cajeras
en
complicidad
de
su
amigo,
el
jefe
de
cajas
que
se
reía
de
la
situación
amenazando
con
echarlas
(SIC)
si
hablan.
El
equipo
de
Selci
lo
sabe
y
prefirió
cubrirlo.
Que
ninguna
piba
más
pase
por
esta
situación”.
El
posteo
no
lleva
su
nombre
pero
fuentes
que
conocen
el
caso
y
trabajan
en
la
municipalidad,
insistieron
ante
Clarín
que
se
trataría
de
ella.
El
mismo
viernes
y
a
las
pocas
horas
de
que
Rosa
decidió
presentar
la
denuncia
en
la
oficina
de
personal
del
municipio,
Rojas
habló
con
el
intendente
y
otros
funcionarios,
y
presentó
la
renuncia.
“En
realidad,
tengo
entendido
que
lo
rajaron.
Era
insostenible,
en
medio
de
la
conmoción
nacional
por
la
supuesta
violencia
de
género
que
tiene
Alberto
por
la
denuncia
de
Fabiola.
Además,
como
decía
Tomás
(por
Massa),
en
la
Orga
de
Máximo
no
entra
un
quilombo
más
relacionado
con
integrantes
que
fueron
y
son
acusados
de
golpeadores
o
acosadores”,
indicó
un
concejal
de
Hurlingham
que
integra
el
bloque
oficialista.
Clarín
se
comunicó
con
la
Municipalidad,
que
reconoció
el
hecho
pero
recalcaron
que
Rojas
renunció
ese
mismo
día
en
que
la
denunciante
hizo
publica
lo
que
ella
asegura
haber
sido
víctima.
En
la
propia
comuna
de
Hurlingham
hay
quienes
sostienen
que
la
decisión
de
“Maurito”
de
renunciar
tan
rápido
sin
intentar
ni
siquiera
defenderse
de
las
acusaciones
hace
pensar
de
que
“fue
extraño”.
Desde
el
riñón
de
Selci,
sostienen
que
Rojas
“nunca
fue
un
integrante
de
La
Cámpora,
si
del
espacio
político
del
Intendente
que
nunca
supo
ni
se
imaginó
encontrarse
con
estos
acontecimientos”.
Incluso
resaltan
que
accionaron
al
instante
el
protocolo
para
defender
a
las
supuesta
víctima.
“Incluso
la
invitamos
a
reincorporarse
este
jueves
a
su
puesto
de
trabajo
con
todas
las
garantías
que
merece”,
señalaron.