Mauricio
Macri
pasó
de
los
dichos
a
los
hechos
a
la
hora
de
diferenciarse
de
Javier
Milei.
En
ese
sentido,
el
expresidente
convocó
a
una
reunión
de
la
cúpula
del
PRO
para
este
miércoles
a
las
11
de
la
mañana,
con
el
objetivo
de
definir
si
dan
quórum
en
la
sesión
pedida
por
la
oposición
hasta
ahora
dialoguista
que
busca
rechazar
el
decreto
presidencial
que
le
otorgó
$
100
mil
millones
a
la
nueva
estructura
de
la
restituida
SIDE,
la
Secretaría
de
Inteligencia
del
Estado.
Según
pudo
constatar
Clarín,
la
movida
del
expresidente
busca
evaluar
en
una
mesa
extendida
las
vicisitudes
que
implicarían
rechazar
el
DNU
que
dio
millonarios
fondos
reservados
a
la
casa
de
los
espías,
un
organismo
formalmente
a
cargo
de
Sergio
Neiffert,
pero
en
el
que
orbita
con
fuerza
Santiago
Caputo,
el
asesor
encumbrado
por
Milei
que
fue
el
blanco
de
las
críticas
de
Macri,
desde
su
reaparición
en
el
relanzamiento
de
su
partido,
el
1°
de
agosto
pasado.
“Lo
que
pudimos
ayudarlo
fue
a
pesar
de
su
entorno“,
dijo
aquella
vez
el
expresidente.
La
ayuda
era
para
Milei.
El
entorno
era,
principalmente,
el
joven
Caputo.
La
convocatoria
de
Macri
incluyó
al
jefe
del
bloque
del
PRO
en
la
Cámara
baja,
Cristian
Ritondo
-de
trato
frecuente
con
el
Presidente-
los
diputados
Diego
Santilli
y
María
Eugenia
Vidal,
el
senador
Luis
Juez,
el
jefe
de
Gobierno
porteño
Jorge
Macri
y
el
gobernador
de
Chubut,
Ignacio
“Nacho”
Torres,
según
los
nombres
que
trascendieron
en
primera
instancia.
La
sesión
en
el
Congreso
fue
pedida
por
el
bloque
de
Encuentro
Federal
-que
preside
Miguel
Ángel
Pichetto–
la
Coalición
Cívica
y
parte
del
radicalismo
disidente
representado
en
Facundo
Manes
y
Martín
Lousteau,
quien
aliado
al
kirchnerismo,
se
ubicó
en
la
presidencia
de
la
estratégica
Comisión
Bicameral
de
Inteligencia.
De
avanzar
en
la
postura
del
rechazo,
sería
la
primera
vez
que
el
bloque
del
PRO
vota
contrariamente
a
la
agenda
propuesta
por
el
Presidente.
El
decreto
que
fondeó
a
la
SIDE
viene
generando
rechazos
desde
su
publicación.
En
principio,
por
contrastar
con
el
discurso
de
“no
hay
plata”
que
emerge
de
las
usinas
libertarias
y
del
propio
Milei
-que
en
ese
sentido,
cuestionó
e
hizo
retroceder
otro
aumento
para
los
sueldos
de
los
senadores-.
Pero
además
porque
desde
la
Coalición
Cívica,
el
diputado
Maximiliano
Ferraro
denunció
que
ya
fue
ejecutado
el
80%
de
la
onerosa
partida
otorgada
el
23
de
julio
pasado.
“Estos
fondos
se
están
utilizando
sin
control
ni
justificación
legal
alguna,
con
absoluta
discrecionalidad.
Están
dilapidando
3
millones
de
dólares
por
día
en
espionaje.
Esto,
además
de
peligroso,
es
profundamente
inmoral”,
cuestionó
Ferraro,
uno
de
los
que
busca
dar
de
baja
el
DNU.
De
poder
revertir
la
medida,
el
gasto
ya
producido
podría
traer
consecuencias
hasta
penales
para
quienes
lo
ejecutaron
desde
el
Gobierno.
La
interna
del
PRO
como
telón
de
fondo
De
avanzar
en
la
idea
de
impulsar
el
rechazo,
que
parecía
un
hecho
en
la
madrugada
de
este
martes,
la
movida
de
Macri
también
podría
poner
luz
y
orden
en
otra
interna:
la
del
propio
PRO.
Es
que
en
el
zoom
habrá
ausencias
seguras:
no
habrían
sido
convocados
los
diputados
que
responden
a
la
ministra
de
Seguridad
Patricia
Bullrich,
quien
pregona
a
absorción
por
parte
de
La
Libertad
Avanza,
del
partido
que
presidió
y
al
que
aún
pertenece.
En
ese
sentido,
lo
que
definan
Macri
y
su
mesa
chica
no
tendría
correlato
en
el
accionar
de
algunos
de
los
37
diputados
que
componen
el
bloque
del
PRO.
Desde
la
propia
interna
partidaria
surgen
los
nombres
de
Damián
Arabia
-el
más
encumbrado
bullrichista
en
el
organigrama
partidario-
o
de
Silvina
Giudici,
como
diputados
que
podrían
actuar
distinto
y
mostrar
la
grieta
en
la
bancada
de
Ritondo.
Con
menos
seguridad,
se
evalúan
las
dudas
del
accionar
de
diputados
como
Sabrina
Ajmechet
o
Fernando
Iglesias,
que
acompañó
a
Milei
en
giras
presidenciales
por
el
exterior.
Así
y
todo,
una
decisión
mayoritaria
del
PRO
para
dar
quórum,
con
una
treintena
de
manos
dispuestas,
ya
sería
un
impulso
a
la
sesión
convocada
por
la
oposición,
que
hasta
el
momento
manejaba
un
poroteo
de
presencias
limitado,
apostando
a
ausencias
kirchneristas
y
oficialistas.
No
lo
admitirán
en
público,
pero
con
el
plan
de
diferenciarse
de
Macri,
las
huestes
de
Ritondo
ya
analizan
la
posibilidad
hasta
de
una
eventual
fractura
del
bloque
o
alguna
fuga,
al
estilo
José
Luis
Espert,
a
las
filas
libertarias.
Por
la
tarde
del
martes,
la
idea
fuerza
que
manejaba
el
macrismo
era
la
abstención,
una
salida
elegante
que
dejaría
solo
al
bloque
libertario
en
los
números
pero
sin
una
postura
definitivamente
refractaria
a
Milei.
Pero
luego
de
la
unción
de
Lousteau
al
frente
de
la
Bicameral
de
Inteligencia
algo
cambió.
Ese
era
un
rol
que
Macri
esperaba
para
un
senador
que,
si
bien
se
nota
cercano
a
Bullrich,
es
del
PRO:
el
misionero
Martín
Goerling.
El
expresidente
cree
que
Caputo
fue
el
motor
que
impidió
esa
designación.