Desde
1985
hasta
1990,
había
una
serie
que
se
había
proclamado,
año
tras
año,
vencedora
en
audiencias
en
Estados
Unidos.
Aunque
hoy
por
hoy
nos
parezca
increíble
sabiendo
lo
que
sabemos,
entonces
el
humor
blanco
de
‘La
hora
de
Bill
Cosby’
era
un
bombazo,
llegando
a
tener
más
del
50%
de
share
en
cada
emisión
de
CBS.
Pensadlo
por
un
momento:
una
de
cada
dos
personas
que
veían
la
televisión
los
jueves
por
la
noche
escogían
a
Bill
Cosby.
Sin
embargo,
el
20
de
septiembre
de
1990,
tras
cuatro
meses
de
hiato,
la
serie
volvió
haciendo
algo
inédito
durante
las
anteriores
seis
temporadas:
un
cold
open
previo
a
la
canción
inicial.
En
él,
Cliff
estaba
sentado
en
su
despacho
cuando
su
hija
pequeña,
Rudy,
abría
la
puerta
con
una
careta
de
Bart
Simpson
puesta.
Su
padre,
enfadado,
se
la
quitaba
y
ella
se
marchaba
juguetona.
¿Qué
estaba
pasando?
¿Por
qué
ese
odio
repentino
entre
programas
de
distintas
cadenas?
Pues
porque
se
estaba
gestando
la
gran
guerra
por
la
audiencia
de
1990.
Bart
contra
Bill
Pero
para
entender
lo
que
estaba
pasando
hay
que
volver
hasta
el
17
de
diciembre
de
1989,
cuando
por
primera
vez
en
la
historia
(desde
‘Los
Picapiedra’)
una
serie
de
dibujos
animados
se
estrenaba
en
prime
time
en
lugar
de
quedar
confinada
a
los
famosos “Saturday
morning
cartoons”.
La
reacción
ante
‘Los
Simpson’,
que
ya
era
conocida
gracias
a
sus
segmentos
en
el
show
de
Tracey
Ullman,
fue
abrumadora.
De
hecho,
se
convirtió
en
el
primer
programa
de
Fox
en
llegar
al
top
30
de
lo
más
visto.
Más
concretamente,
en
el
puesto
29.
Por
aquel
entonces,
cabe
aclarar,
Fox
había
empezado
a
emitir
solo
tres
años
antes,
no
tenía
aún
distribución
nacional
y
sus
programas
solo
podían
verse
en
parte
de
los
Estados
Unidos.
Eso
no
impidió
que ‘Los
Simpson’,
con
solo
trece
episodios,
se
convirtiera
en
un
éxito
de
masas
inmediato,
el
merchandising
saliera
a
toda
velocidad
e
incluso
los
colegios
empezaran
a
prohibir
la
asistencia
a
las
clases
con
camisetas
de
Bart
(algo
que
después
parodiaría
salvajemente
‘South
Park:
Más
grande,
más
largo
y
sin
cortes’
con
Terrance
y
Phillip).
Aunque
ahora
nos
cuesta
creerlo,
a
inicios
de
los
90 ‘Los
Simpson’
era
contracultura,
un
corte
de
mangas
hacia
lo
que
se
creía
que
era “buena
televisión”.
Barbara
Bush
dijo
de
la
serie
al
poco
de
estrenarse
que
era
“la
cosa
más
tonta
que
había
visto
jamás”
(y
recibió
como
respuesta
una
carta
manuscrita
de
la
propia
Marge),
y
dos
años
después
fue
su
marido
quien
dijo,
en
plena
campaña
electoral,
que
el
pueblo
americano
“debería
parecerse
más
a
los
Walton
y
menos
a
los
Simpson”.
‘Los
Simpson’
se
habían
hecho
un
hueco
en
la
noche
de
los
domingos,
y
nadie
les
iba
a
arrebatar
su
trono,
sobre
todo
con
una
segunda
temporada
que
se
planteaba
mucho
mejor
en
cuanto
a
guion
y
animación.
Tanto
confiaban
en
ella,
que
Fox
decidió “premiarles”
cambiándoles
de
día
(del
domingo
al
jueves)
y
enfrentándoles
directamente
contra
el
número
uno.
Las
quejas
del
equipo
no
valieron
de
nada
y
así
es
como
empezó
la
truculenta
batalla
entre
Bill
Cosby
y
Bart
Simpson.

Multiplícate
por
Cosby
Fox
marcó
los
jueves
de
aquel
otoño
de
1990
como
su
día
clave
en
la
lucha
por
la
audiencia.
Por
un
lado
tenía ‘Babes’,
una
sitcom
de
la
que
ya
nadie
se
acuerda
y
duró
tan
solo
una
temporada.
Por
otro,
‘Sensación
de
vivir’
(‘Beverly
Hills
90210’),
que
en
aquella
primera
tanda
de
episodios
fue
un
fracaso
pero
triunfó
en
las
reemisiones
veraniegas.
Y
la
joya
de
la
corona, ‘Los
Simpson’,
que
el
11
de
octubre
empezó
su
segunda
temporada
con
el
episodio ‘Bart
en
suspenso’.
No
era
originalmente
el
que
los
guionistas
querían,
pero
la
cadena
necesitaba
aprovechar
el
tirón
del
niño
gamberro
de
la
familia.
Tampoco
es
que
importara
mucho
lo
que
opinaran
los
guionistas,
que
se
situaban
frontalmente
en
contra
de
competir
contra
Cosby
en
lugar
de
hacerse
un
nombre
los
domingos.
Todos
intuían
que
el
resultado
iba
a
ser
un
desastre…
y,
sorprendentemente,
no
lo
fue.
Al
principio,
al
menos:
el
11
de
octubre
de
1990,
en
su
primer
gran
enfrentamiento,
‘Los
Simpson’
empató
al
29%
de
share
contra ‘La
hora
de
Bill
Cosby’,
aunque
hubiera
ganado
de
tener
más
estaciones
disponibles
(NBC
tenía
208,
Fox
tan
solo
133).
Después,
eso
sí,
llegó
la
debacle.

‘Los
Simpson’
cayó
y
cayó
hasta
salir
del
top
10
de
programas
más
vistos
del
jueves,
e
incluso
del
top
30
de
la
temporada.
De
hecho,
tan
solo
fue
capaz
de
ganar
a
su
rival
con
el
episodio ‘Tres
hombres
y
un
cómic’…
que
se
enfrentaba
a
una
reposición.
Pero
la
guerra
tuvo
sus
consecuencias. ‘La
hora
de
Bill
Cosby’,
con
alguien
plantándole
cara,
ya
no
era
el
programa
más
popular
de
la
televisión,
y
debía
conformarse
con
el
quinto
puesto. ‘Los
Simpson’,
por
su
parte,
bajó
hasta
el
38,
augurándole
un
futuro
más
bien
incierto,
por
mucho
que
los
críticos
siguieran
aplaudiéndola.
Por
aquel
entonces,
Bill
Cosby
y
Bart
Simpson
eran
dos
maneras
muy
diferentes
de
ver
la
vida
totalmente
antagonizadas
a
inicios
de
la
década.
De
hecho,
el
propio
actor
comentó
a
la
prensa
que
“La
televisión
debería
estar
mirando
hacia
delante
de
los
Huxtable,
no
hacia
atrás.
Las
personas
malvadas
y
crueles
creen
que
este
tipo
de
programación
es ‘lo
más’,
y
su
excusa
es
que
así
es
la
gente
hoy
en
día.
¿Pero
por
qué
deberíamos
entretenernos
con
algo
así?“.
Podía
decir
lo
que
quisiera,
pero
era
innegable
que
tenía
miedo
por
la
ola
que
estaba
llegando
tras
él.
De
hecho,
al
mismo
tiempo
que
hacía
estas
declaraciones,
su
serie
presentaba
un
nuevo
personaje
malhumorado,
irónico
y
malencarado,
una
adolescente
de
17
años
proveniente
de
un
gueto
neoyorquino
llamada
Pam
Tucker
y
que,
según
Cosby,
fue
preparada “A.B:
Antes
de
Bart”.
Cada
cual
debe
decidir
a
quién
cree.
Por
su
parte, ‘Los
Simpson’
contestaron
a
la
rivalidad
creando
Julius
Hibbert,
el
doctor
del
pueblo
que
fuera
de
la
consulta
vestía
con
jerseys
amplios,
tenía
una
casa
sacada
directamente
de ‘La
hora
de
Bill
Cosby’
y
cuya
familia
parodiaba
al
cómico
sin
piedad.
Puede
que
de
puertas
hacia
fuera
pareciera
una
rivalidad
amable,
pero
de
puertas
para
dentro
había
ansias
de
venganza.
Y
efectivamente:
uno
de
los
personajes
más
longevos
de
Springfield
nació
como
una
simple
burla.
Calidad,
colidod
Al
final,
Bill
Cosby
llegó
a
odiar ‘Los
Simpson’
con
todo
su
corazón,
en
parte
porque
no
era
capaz
de
entender
lo
que
les
hacía
especiales.
De
hecho,
llegó
a
definir
a
Bart
como
“antisocial,
enfadado,
confuso
y
frustrado”,
a
lo
que
Matt
Groening
contestó
que
tenía
toda
la
razón,
porque
el
niño
“cree
que
ser
normal
es
muy
aburrido”.
Puede
que
por
la
competencia,
por
los
cambios,
o
porque
ya
no
tenía
nada
que
decir,
pero
lo
cierto
es
que
después
de
un
año
de
pelea,
Cosby
decidió
que
la
siguiente
temporada
sería
el
última
de
su
show.

Por
aquel
entonces,
y
tras
de
un
verano
de
reposiciones
donde
el
público
se
puso
al
día
con
la
familia
de
Springfield,
‘La
hora
de
Bill
Cosby’
entró
en
bajada
continua,
perdiendo
semana
tras
semana
contra
la
temporada
3
de ‘Los
Simpson’.
El
día
de
su
doble
episodio
final,
el
30
de
abril
de
1992,
Fox
decidió
no
competir
y
emitir
en
su
lugar
una
reposición
de
su
serie
animada
(el
ya
comentado ‘Tres
hombres
y
un
cómic’),
pero
añadieron
una
secuencia
final
que
nunca
se
volvió
a
repetir.
En
ella,
Homer
y
Bart
estaban
viendo
el
final
de
su
rival.
El
niño
preguntaba
“¿Por
qué
han
quitado ‘La
hora
de
Bill
Cosby’
de
la
tele?”,
a
lo
que
el
padre
contestaba
“Porque
el
señor
Cosby
quiso
terminar
antes
de
que
bajara
la
calidad”.
“Calidad,
colidod,
si
yo
tuviera
una
serie
de
televisión
la
exprimiría
hasta
la
saciedad”,
culminaba
Bart.
Sudores
fríos
pensando
en
lo
que
son ‘Los
Simpson’
ahora,
¿eh?
A
lo
largo
de
los
años,
la
serie
animada
ha
cambiado
de
día
en
numerosas
ocasiones
y,
sin
lugar
a
dudas,
ha
perdido
relevancia
cultural,
pero
en
plena
temporada
36
parece
seguro
decir
que,
sin
importar
los
vaivenes
televisivos,
son
inmortales.
Respecto
a
Bill
Cosby,
creo
que
no
hace
falta
decir
lo
que
pasó
con
él:
al
final,
no
solo
fueron ‘Los
Simpson’
los
que
le
cogieron
manía.
En
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