

ABC
no
quería
comprar
Perdidos.
Y
no
quería
hacerlo
porque
sentía
que
Alias,
la
serie
anterior
de
JJ
Abrams,
estaba
demasiado
serializada
y
ellos
necesitaban
poder
emitir
los
capítulos
incluso
desordenados
si
hacía
falta.
Así,
Abrams
y
Damon
Lindelof
se
vieron
obligados
a
añadir,
en
la
biblia
de
la
serie,
un
añadido:
“Prometemos
que
cada
episodio
NO
requerirá
haber
visto
los
episodios
previos…
No
hay
un ‘Misterio
Definitivo’
que
deben
resolver”.
ABC
compró
la
serie,
y,
efectivamente,
metieron
un
gol
por
la
escuadra.
Todo
unido
En
este
afán
por
sorprender
desde
el
principio,
el
guion
del
primer
episodio
mataba
al
protagonista,
Jack,
demostrando
que
podía
ocurrir
cualquier
cosa.
De
hecho,
por
aquel
entonces
contaban
con
que
Michael
Keaton
le
interpretaría.
Fue
una
vez
más
ABC
la
que
quiso
apostar
flojo,
obligando
a
dejar
vivo
a
Jack
y
haciendo
que
Kate
no
fuera
finalmente
la
líder
de
los
supervivientes.
Tan
unidas
estaban
las
tramas
que
incluso
se
dieron
la
licencia
de
hacer
unos
pequeños
guiños
escondidos
con
los
personajes
apareciendo
en
las
televisiones
dentro
de
los
flashacks
de
otros
personajes.
Podíamos
ver
a
Hurley
hablando
cuando
ganó
la
lotería
en
el
mismo
momento
que
Jin
caminaba
por
la
calle,
o
a
Sayid
apareciendo
por
televisión
en
el
centro
de
reclutamiento
del
ejército
durante
un
flashback
de
Kate.
Una
manera
más
de
mostrar
que,
en
el
fondo,
todos
estaban
unidos
desde
el
principio
y
sin
saberlo.
Al
final,
todas
estas
uniones
cristalizaron
en
un
juego
online
que
por
aquel
entonces
fue
un
bombazo,
la
Lost
Experience,
en
la
que
incluso
podíamos
navegar
por
la
web
de
Oceanic
Airlines
y
desenmarañar
secretos
que
supuestamente
iban
a
estar
unidos
con
los
de
la
serie.
Obviamente
quedó
todo
en
agua
de
borrajas,
como
pasó
con
el
videojuego
de
Perdidos,
pero
da
una
ligera
del
bombazo
que
fue
en
su
momento
la
serie.













