Tendemos
a
pensar
que
la
moda
de
las
secuelas
continuas
y
de
las
franquicias
viene
de
hace
unos
años,
pero
lo
cierto
es
que

a
mediados
del
siglo
XX
las
películas
de
serie
B
se
lanzaron
a
la
piscina
de
producir
crossovers,
secuelas,
precuelas
y
spin-offs

sin
parar.
En
particular,
el
universo
de
monstruos
de
Universal
llegó
a
ser
absolutamente
demencial,
con
películas
como


Frankenstein
conoce
al
Hombre
Lobo

o


Abbott
y
Costello
conocen
al
Hombre
Invisible
.
Y
en
esta
vorágine
del
absurdo,
apareció
el
último
gran
monstruo
de
la
productora:
la
Criatura
de
la
Laguna
Negra.

¿Qué
pasa,
Monstruo?

Habían
pasado
23
años
desde
el
estreno
de


Drácula

y
el
universo
terrorífico
de
Universal
ya
parecía
que
no
daba
más
de
sí.
Al
menos
hasta
que,
en
1954,
Jack
Arnold
se
sacó
de
la
manga


La
Mujer
y
el
Monstruo
,
que
fue
tal
éxito
que

inmediatamente
se
pusieron
a
trabajar
en
una
secuela,
con
tanta
velocidad
que
la
crearon
en
apenas
un
año
.


El
regreso
del
monstruo

fue
la
única
película
en
3D
de
1955
y
tenían
tanta “confianza”
en
ella
que
la
proyectaban
junto
a


La
mujer
serpiente
.
Vaya
pack,
¿eh?

Sin
embargo,

El
regreso
del
monstruo

no
es
recordada
por
sus
terroríficos
efectos
visuales
o
por
su
argumento
a
prueba
de
bombas,
sino
porque

fue
el
primer
papel
en
cine
de
un
jovencísimo



Clint
Eastwood
,
que
por
aquel
entonces
tenía
25
años
y
estaba
empezando
su
carrera.
Solo
en
este
año
hizo
cuatro
películas
(entre
las
que
se
encuentra
el
clásico
de
la
serie
B


¡Tarántula!
)
y
un
episodio
televisivo.
Ninguno
de
los
que
trabajó
con
él
esperaba
que
la
cosa
fuera
a
más.

Y
sin
embargo,
cuatro
años
después
co-protagonizaría


Cuero
Crudo
,
una
serie
que
le
dio
fama
internacional
durante
seis
años.
Y
vaya
que
si
la
aprovechó:

para
cuando
terminó,
ya
se
había
asegurado
una
pieza
en
la
historia
del
cine
como
el
Hombre
Sin
Nombre

de
la

Trilogía
del
Dólar
.
El
resto
nos
lleva
muchos
años
alegrando
el
día.