La
mítica
carrera
de
John
Wayne
como
actor
llegó
a
su
final
con
‘El
último
pistolero’,
un
western
dirigido
por
Don
Siegel
que
llegó
a
los
cines
en
1976,
tres
años
antes
de
la
muerte
de
El
Duque.
Eso
sí,
los
problemas
de
salud
del
actor
ya
supusieron
un
problema
durante
el
rodaje,
pero
lo
realmente
conflictivo
fue
que
tenía
tanto
poder
que
eso
le
llevó
a
chocar
en
varias
ocasiones
con
uno
de
los
grandes
mentores
de
Clint
Eastwood.
Wayne
tenía
derecho
a
aprobar
el
guion
final,
lo
cual
supuso
introducir
varios
cambios
en
el
mismo,
y
también
estuvo
detrás
de
varias
decisiones
de
casting
como
los
fichajes
de
James
Stewart,
Lauren
Bacall,
quien
llegó
a
decir
que
El
Duque
era
un
guarro
durante
el
rodaje
y
amenazó
con
abrirle
la
cabeza,
o
John
Carradine.
“Nos
respetábamos”
Todo
eso
y
otras
cosas
llevaron
a
que
hubiese
ciertas
fricciones
con
Siegel,
quien
pese
a
todo
dijo
que
siempre
hubo
un
ambiente
de
lo
más
profesional,
tal
y
como
secundan
unas
declaraciones
recogidas
en
el
libro ‘John
Wayne:
The
Man
Behind
the
Myth’:

Tenía
muchas
ideas
propias…
algunas
me
gustaban,
que
me
servían
de
inspiración,
y
otras
no.
Pero
no
nos
peleábamos
por
nada.
Nos
caíamos
bien
y
nos
respetábamos.
Sin
embargo,
hubo
un
día
durante
el
rodaje
que
el
director
de
‘Harry
el
sucio’
explotó
ante
las
quejas
de
Wayne,
en
concreto
porque
el
actor
había
perdido
la
paciencia
por
todo
el
tiempo
que
necesitaba
el
director
de
fotografía
Bruce
Surtees
para
preparar
un
plano,
por
lo
que
había
puesto
el
grito
en
el
cielo.
Sin
embargo,
Siegel
sabía
que
Wayne
no
había
visto
ni
un
segundo
de
metraje
de
la
película,
por
lo
que
propuso
solucionarlo
ese
mismo
día,
pero
seguro
que
ni
él
mismo
esperaba
la
respuesta
que
iba
a
tener
por
parte
del
protagonista
de
‘Centauros
del
desierto’.
Es
en
el
mismo
libro
de
Michael
Munn
mencionado
antes
donde
se
señala
que
una
vez
acabada
la
jornada
de
grabación,
el
equipo
volvió
al
hotel,
pero
tanto
Wayne
como
Siegel
y
Surtees,
que
estaba
pálido
ante
la
situación
que
tenía
por
delante
tenían
una
misión
que
cumplir.
Así
recuerda
Siegel
cómo
fue
la
reacción
de
Wayne:
Tenía
lágrimas
en
los
ojos.
Cogió
a
Bruce
en
brazos
y
le
dijo: ‘Es
la
mejor
película
mía
que
he
visto
en
mi
vida.
Te
quiero
y
espero
que
me
perdones’.

Ese
problema
se
solucionó
rápidamente,
pero
Wayne
siguió
teniendo
quejas
sobre
otros
aspectos,
como
la
localización
de
la
cámara
en
una
escena
que
él
consideraba
poco
favorecedora,
por
lo
que
hizo
una
señal
al
operador
de
la
misma
para
cambiarla
y
que
así
no
se
notase
tanto
su
papada.
No
fue
hasta
entonces
cuando
dio
permiso
a
Siegel
para
grabar
esa
escena
situada
en
un
granero.
‘El
último
pistolero’
fue
un
modesto
éxito
de
taquilla
al
recaudar
13,4
millones
de
dólares
en
los
cines
de
Estados
Unidos,
ya
que
tuvo
un
modesto
presupuesto
de
4,5
millones.
Eso
sí,
se
quedó
muy
lejos
de
los
117
millones
que
consiguió
‘Rocky’,
la
película
número
1
de
ese
año
en
las
salas
norteamericanas.
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