¿Sabías
que
Aragorn
casi
lo
interpreta
otro
actor?
¿O
por
qué
Gollum
es
diferente
en
La
Comunidad
del
Anillo
y
en
el
resto
de
las
pelis?

/
Warner
Bros.
Tan
grande
como
fue
la
hazaña
de
Frodo
para
conseguir
destruir
el
anillo
fue
para
Hollywood
tener
su
propia
versión
de
El
señor
de
los
anillos.
Durante
los
años
60
fue
descrita
como
una
obra
inadaptable
y
ni
los
Beatles
consiguieron
tener
una
adaptación
de
la
obra
de
JRR
Tolkien,
a
pesar
de
sus
intentos
de
tener
a
John
como
Gollum,
Paul
como
Frodo,
George
como
Gandalf
y
Ringo
como
Sam.
En
una
obra
por
la
que
con
mucho
gusto
pagaría
una
millonada
por
ver,
hablaron
de
tener
a
Stanley
Kubrick
como
director,
pero,
siguiendo
la
maldición
que
rondaba
la
cinta
por
aquellos
años,
no
salió
adelante.
Cuando
Peter
Jackson
se
puso
manos
a
la
obra
con
el
proyecto
tampoco
le
salió
rodado.
El
director
y
Fran
Walsh
-coguionista,
coproductora
y
hasta
compositora
de
algunas
letras
de
la
banda
sonora
de
la
saga,
además
de
esposa
de
Jackson-
sufrieron
la
gota
gorda
para
hacer
realidad
lo
que
tenían
en
mente.
Una
odisea
que
Fatty
Martin
repasa
en
un
nuevo
vídeo
de
No
es
como
las
demás.
Jackson
tenía
ganas
de
embarcarse
en
un
proyecto
a
una
escala
mayor
que
sus
películas
anteriores.
Se
había
desenvuelto
bien
con
ellas
(Mal
gusto,
Agárrame
esos
fantasmas
o
Criaturas
celestiales),
pero
ahora
quería
un
proyecto
más
grande.
Se
lo
presentó
a
Miramax,
que
al
principio
se
planteó
como
dos
películas
en
vez
de
tres.
Y
entró
en
juego
también
Harvey
Weinstein
-antiguo
mandamás
de
Hollywood
antes
de
quedar
encerrado
en
una
celda-,
que
pensó
que
lo
mejor
sería
hacer
una
única
película
de
tres
horas
de
duración
combinando
los
tres
libros.
Esto
no
gustó
a
Peter
y
Fran
que
trataron
de
conseguir
financiación
por
todos
los
medios.
El
público
no
conocía
muy
bien
a
Tolkien
por
aquel
entonces
y
el
estudio
no
estaba
seguro
de
su
alcance,
por
lo
que
Jackson
tuvo
que
hacer
muchas
llamadas.
Fueron
cuatro
semanas
frenéticas
en
las
que
tenían
que
conseguir
dinero
suficiente,
sino
la
producción
se
caería.
Por
suerte,
Jackson
logró
cambiar
el
rumbo
de
la
producción
y
reconducirlo
hacia
la
idea
de
lo
que
finalmente
fue.
Según
Variety, “Jackson
hizo
una
presentación
verbal
de
El
Señor
de
los
Anillos
seguida
de
un
vídeo
de
30
minutos
en
el
que
mostraba
cómo
la
tecnología
había
avanzado
lo
suficiente
como
para
crear
enormes
batallas,
a
Gollum
o
incluso
mostrar
de
forma
convincente
a
un
actor
de
1,80
metros
junto
a
un
Hobbit.
Bob
Shaye
(entonces
presidente
y
consejero
delegado
de
New
Line)
quedó
tan
impresionado
que
propuso
tres
películas
en
lugar
de
dos.
El
Señor
de
los
Anillos
sería
una
Trilogía”.
Una
proeza
que
también
llegó
al
rodaje.
En
solo
14
meses
-desde
octubre
de
1999
hasta
diciembre
del
2000-,
el
equipo
de
rodaje
y
los
actores
trabajaron
juntos
en
Nueva
Zelanda
y
fueron
capaces
de
hacer
3
películas
de
más
de
3
horas
de
duración
(incluso
4
horas
si
contamos
las
versiones
extendidas).
Y
no
tres
pelis
cualquiera,
tres
pelis
con
batallas
colosales,
con
un
montón
de
localizaciones
y
con
un
cast
muy
amplio.
El
señor
de
los
anillos
se
merece
un
vídeo
como
No
es
como
las
demás
-o
tres-
que
puedes
ver
sobre
estas
líneas.