“La
séptima
entrega
de
una
saga
ya
muy
quemada”
que,
según
el
crítico,
solo
existe
para “entretener
y
hacer
caja”.
Se
estrena
el
miércoles
2
de
julio
en
salas
de
cine

Pictures
Cinco
años
después
de
Jurassic
World:
Dominion,
el
entorno
del
planeta
Tierra
se
ha
vuelto
hostil
para
la
mayoría
de
los
dinosaurios.
Los
que
quedan
viven
en
zonas
ecuatoriales
aisladas,
que
son
las
únicas
que
ofrecen
condiciones
similares
a
las
de
su
origen.
En
este
contexto,
un
grupo
de
científicos
tiene
que
viajar
hasta
uno
de
esos
lugares,
concretamente
a
una
isla
remota
en
su
día
al
servicio
del
parque
original,
para
obtener
material
genético
de
una
de
las
imponentes
criaturas
que
siguen
con
vida,
puesto
que
podrían
tener
la
clave
de
la
cura
que
podría
cambiar
el
destino
de
la
humanidad.
Es
la
premisa
de
Jurassic
World:
El
renacer,
la
séptima
película
de
la
franquicia
de
ciencia
ficción
que
comenzó
hace
ahora
32
años,
en
1993,
con
la
primera
Parque
Jurásico
de
Steven
Spielberg.
Una
nueva
entrega
de
la
saga
que
se
aleja
de
los
personajes
de
las
dos
anteriores
trilogías
y
que
nos
presenta
a
un
nuevo
grupo
de
protagonistas
en
un
contexto
muy
diferente
pero
bajo
la
misma
amenaza:
enormes
criaturas
que
en
su
día
poblaron
la
Tierra
pero
quedaron
extintos
y
que
la
ciencia
logró
traer
de
nuevo
a
la
vida
millones
de
años
después.
Bajo
la
dirección
de
Gareth
Edwards
y
protagonizada
por
Scarlett
Johansson,
Jonathan
Bailey
y
Mahershala
Ali,
se
estrena
este
miércoles
2
de
julio
en
las
salas
de
cine
españolas.
“Estamos
en
la
era
del
todo
vale”,
lamenta
Alejandro
G.
Calvo
en
su
crítica
sobre
Jurassic
World:
El
Renacer,
que
describe
como “una
aventura
lateral,
muy
muy
loca
en
concepto,
que
nos
lleva
de
vuelta
al
cine
de
explotación”.
No
afecta
al
eje
central
de
la
saga,
pero
en
esta
isla
los
dinosaurios
son
descartes
mutantes
el
objetivo
es
extraer
sangre
de
tres
especies
diferentes
que
habitan
en
tierra,
agua
y
aire.
“Jurassic
World:
El
renacer
es
la
séptima
entrega
de
una
saga
ya
muy
quemada.
Es
cine
algoritmo
de
cabo
a
rabo:
tiene
una
estrella
famosa
-Scarlett
Johansson,
que
es
una
gran
fan
de
la
saga
como
el
propio
Gareth
Edwards,
y
por
eso
están
los
dos
ahí-,
un
enorme
presupuesto
y
localizaciones
exóticas,
pero
previsibilidad
absoluta
de
los
hechos“.
De
hecho,
lamenta
el
crítico, “la
película
es
tan
previsible
que
puede
llegar
a
ser
hasta
aburrido”.
“Sabes
por
dónde
va
a
ir
en
cada
momento.
Cuando
va
a
aparecer
un
dinosaurio
y
cuándo
va
a
morir
un
personaje
y
qué
personaje
va
a
ser.
Porque
está
todo
demasiado
calcado.
David
Koepp
[el
guionista
de
la
película
original]
no
se
ha
dejado
los
cuernos”,
apunta
G.
Calvo,
aunque
su
objetivo
tampoco
nunca
fue
hacer
buen
cine. “Han
hecho
una
película
divertida.
Han
hecho
una
película
veraniega
para
que
la
gente
vaya
al
cine
y
no
tenga
que
pensar”.
Además, “por
más
que
tiene
momentos
de
impacto,
porque
Gareth
Edwards
sabe
moverse
bien
en
las
secuencias
de
acción,
es
poco
en
relación
a
la
duración
de
la
película”.
“Incluso
en
esa
dinámica
de
película
ligera,
que
no
hay
que
tomarse
como
si
estuviéramos
ante
la
película
del
año
y
ni
siquiera
el
gran
blockbuster
del
año,
a
mí
me
parece
que
no
funciona”,
concluye.
“No
es
una
buena
película.
Sus
objetivos
son
entretener
y
hacer
caja”.