Lo
peor
de
las
películas
basadas
en
hechos
reales
es
que,
muchas
veces,
el
caso
que
tratan
es
tan
increíble
que
creen
que
basta
con
exponerlo,
narrar
lo
ocurrido
y,
con
unos
rótulos
finales,
explicar
qué
pasó
después.
Lógicamente,
el
espectador
queda
sobrecogido
ante
lo
que
está
viendo
y
fascinado
descubriendo
una
realidad
nueva
que
se
abre
ante
él,
pero
lo
hace,
muchas
veces,

a
costa
de
sacrificar
cualquier
tipo
de
conexión
emocional
con
sus
personajes
.
Es
el
caso
de ‘Sin
oxígeno’,
que
presenta
una
historia
real
increíble
y
apasionante
pero
que,
en
última
instancia,
acaba
por
darnos
igual.

Ahogamiento
rutinario

‘Sin
oxígeno’
es
una
película
que
cumple
con
esmero
en
todo
lo
que
se
propone,
especialmente
en
el
campo
técnico.
Uno
puede
sentir
la
agonía,
la
falta
de
respiración,
el
agotamiento,
los
compañeros
arriesgándose
in
extremis…
Es
imposible
no
estar
al
borde
de
la
butaca
mientras
ves

cómo
nuestro
protagonista
se
queda
hundido
en
el
fondo
del
océano,
despidiéndose
de
la
vida

mientras
da
las
últimas
bocanadas
de
aire
a
su
bombona
particular,
y
la
misión
de
rescate
va
a
llegar
claramente
tarde.

Un
montaje
trepidante,
una
dirección
cumplidora
y
una
fotografía
que
consigue
replicar
perfectamente
el
fondo
del
mar
hacen
que
nos
sintamos
totalmente
dentro
de
ese
océano
tan
bello
como
peligroso.
Pero,
sin
embargo,
todo
se
cae
como
un
castillo
de
naipes
por
culpa
de

un
guion
quejumbroso
empeñado
en
narrar
lo
ocurrido
como
si
fuera
la
Wikipedia
:
hechos
y
hechos
constantes
sin
que
los
intentos
por
crear
emociones,
excesivamente
manidos
y
poco
creíbles,
lleguen
a
calar
en
el
público.
Al
final
uno
sale
con
la
sensación
de
haber
conocido
una
historia
increíble,
sí,
pero
no
tan
distinta
de
haber
leído
un
artículo
o
visto
un
documental.

De
hecho,
precisamente, ‘Sin
oxígeno’
es
el
remake
del
documental
de
2019
con
el
mismo
nombre
y
dirigido
por
la
misma
persona:
Alex
Parkinson.
Se
nota,
porque
la
película
es
tremendamente
fiel
a
lo
que
ocurrió,
pero
es
incapaz
de
crear
personajes
interesantes,
impidiendo
así
dejar
una
huella
real.
El
que
más
se
acerca
a
conseguirlo
es
Woody
Harrelson,
que
es
capaz
de
insuflar
carisma
y
personalidad
en
un
jefe
creado
a
base
de
retales
de
tópicos.
A
su
alrededor,
y
más
allá
de
la
terrible
situación
que
les
rodea,
no
hay
mucho
que
pueda
salvarse
más
allá
de
la
historia
en

misma.

Durante
media
hora,
estarás
al
borde
de
la
butaca
.
El
resto
del
tiempo
es
posible
que
mires
el
reloj
con
cierta
pesadumbre.

Si
no
te
quieres
arriesgar,
bajo
el
mar
te
quedarás

Realmente,
la
película
no
tiene
tanto
que
contar
y
decide
no
ir
más
allá
de
lo
ocurrido,
imposibilitando
así
tener
varios
puntos
de
vista
o
representar,
por
ejemplo,
la
avaricia
empresarial,
y
obligándonos
a
sentarnos
junto
al
protagonista
mientras
se
queda
hundido
en
el
agua:

es
agobiante,
es
emocionante,
pero
también
es
algo
formulaico
y
vacío
.
Podría
haber
sido
una
gran
película
repleta
de
tensión
constante,
y,
sin
embargo,
las
decisiones
que
toma
son
excesivamente
simples
y
sencillas.

Ojo,
en
ningún
momento
se
puede
decir
que ‘Sin
oxígeno’
sea
una
mala
película:
es,
simplemente,
rutinaria.
Al
final,
lo
que
podría
ser
una
emocionante
epopeya
se
queda
en
una
recopilación
de
sucesos
que
culminan,
como
no
podía
ser
de
otra
manera,
con
las
eternas
aclaraciones
finales
típicas
de
cualquier
biopic.
Bien
es
cierto
que
la
película

pretende
alejarse
de
cualquier
tipo
de
artificialidad
narrativa,
y
eso
también
es
digno
de
aplauso
:
aquí
no
aparecerá
de
pronto
un
gigantesco
tiburón
para
acechar
a
su
presa
con
música
a
todo
trapo,
ni
un
marine
se
enfrentará
a
su
superior
por
un
asunto
meramente
técnico.
Es,
en
definitiva,
menos
espectacular,
pero
también
más
real.

No
deja
de
ser
paradójico
que,
siendo
tan
fiel
a
la
realidad,
uno
de
sus
mayores
pecados
sea
también
su
falsedad
en
los
diálogos:
el
guion
tira
continuamente
de
frases
manidas
y
cruza
los
dedos
para
que,
en
nuestra
tensión
por
ver
a
alguien
entre
la
vida
y
la
muerte,
las
pasemos
por
alto. ‘Sin
oxígeno’
es
una
respetable
pieza
de
película
de
sábado
tarde,
de
esas
para
pasar
el
rato
entre
la
comida
y
la
siesta.
Tiene
pequeñas
joyas
escondidas
dentro
de
su
dura
superficie,
pero,
en
última
instancia,
es
lo
que
es:

un
buen
artículo
de
Wikipedia
llevado
al
cine
con
cierta
maña
técnica
y
poca
emoción
real
.
Suficiente
para
no
hundirse.

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