
Se trataba de su segunda película como director y su primera incursión en el wéstern en esta nueva faceta de su carrera, pero cabreó a la gran leyenda del cine del Oeste
John Wayne y Clint Eastwood se llevaban 23 años de edad y sus mejores momentos profesionales se desarrollaron en momentos muy diferentes, pero ambos tienen en común ser auténticas leyendas del cine wéstern. No obstante, aunque los dos actores estuvieron en activo al mismo tiempo durante un par de décadas y compartían pasión por el género del Oeste, nunca llegaron a trabajar juntos ni a coincidir en ningún rodaje.
Sin embargo, no fue por falta de ganas de Clint Eastwood: mientras Wayne siempre mostró cierto recelo hacia el joven talento, Eastwood sí tenía ganas de trabajar con Wayne en uno de sus futuros proyectos y llegó a ponerse en contacto con el ganador del Oscar por Valor de ley para proponérselo. Pero Wayne no estaba por la labor.
¿La razón? Una película que había consagrado a Eastwood como director pero que no había gustado nada al veterano: Infierno de cobardes, su primera incursión en el cine wéstern como cineasta y una de las mejores valoradas de su carrera que se emite esta noche en abierto a las 22:00 horas en el canal de cine de TDT Paramount.
Después de debut como cineasta en el thriller Escalofrío en la noche, la segunda película de Clint Eastwood como director había cosechado un gran éxito, pero a Wayne no le había gustado. Según contaría Eastwood, fue la propia leyenda del wéstern quien le envió una carta de su puño y letra explicándoselo.
Clint Eastwood: “John Wayne me escribió una carta”
“John Wayne me escribió una carta en la que me decía que no le gustaba ‘Infierno de cobardes’. Me dijo que no trataba realmente de los pioneros del Oeste”, relató en una entrevista en 1992 a Los Angeles Times de la que se hace eco Slashfilm y en la que recuerda lo que escribía Wayne: “Eso no era lo que representaba el Oeste. No eran los estadounidenses los que se asentaron en este país”.
Eastwood se dio cuenta de lo que pasaba rápidamente: “Me di cuenta de que hay dos generaciones diferentes, y él no entendería lo que hacía. Infierno de cobardes pretendía ser una fábula: no pretendía mostrar las horas de trabajo duro de los pioneros. No pretendía hablar de la colonización del Oeste”.
Al igual que en las películas de Sergio Leone que le convirtieron en una estrella mundial, Eastwood interpretaba en Infierno de cobardes a un extraño jinete sin nombre que llegaba a un pequeño pueblo cuyos habitantes miraban con recelo. Sin embargo, cuando el desconocido se deshacía de dos criminales de la zona mostrando su ágil manejo de las armas, los lugareños encuentran en él a su salvador, sobre todo ante la llegada de grupo de bandidos, recién liberados de prisión que buscan venganza por el tiempo que han pasado en la cárcel.
Así, cuando Clint Eastwood quiso trabajar con John Wayne en una película wéstern de B. Larry Cohen que nunca llegó a hacerse, el actor pasó rotundamente de los guiones que le envió su compañero de profesión, tal y como recogería la biografía John Wayne Duke, a Love Story: “Otra vez este pedazo de mierda”, dijo al parecer el actor. “Este tipo de cosas es todo lo que saben escribir hoy en día…”.