
¿Os acordáis de Crabbe, el amigo de Draco Malfoy que, junto a Goyle, hacía la vida imposible a Harry Potter y sus amigos? Bueno, pues después de ‘El misterio del príncipe’ ya no le volvisteis a ver
Si os hablamos de “persona problemática en la saga Harry Potter” lo más probable es que penséis de inmediato en su autora, JK Rowling, que a lo largo de los años ha demostrado estar adicta a la polémica en redes sociales y, de rebote, se ha puesto a su público, antaño fiel, en contra. Sin embargo, durante el rodaje de las películas hay alguien que aún daba mucho más problemas que ella: puede que por nombre no os suene Jamie Waylett, pero si os digo que interpretó a Vincent Crabbe, el amigo de Draco Malfoy, seguro que ya le recordáis, ¿verdad?
Un auténtico Slytherin
Si ves ahora a Waylett no dirías que lo tuvo todo al alcance de la mano durante unos años: tiene la cara repleta de tatuajes y después de pasar por prisión su vida artística terminó de golpe y plumazo. Pero empecemos por el principio, porque el actor hizo el casting de Harry Potter y la Piedra Filosofal esperando que le ficharan como el primo de Harry, Dudley Dursley, pero, en su lugar, Chris Columbus prefirió que fuera Vincent Crabbe.
Entre 2001 y 2009 apareció en cada una de las películas de la saga, fue invitado a programas de televisión e incluso puso su voz en los videojuegos de turno, pero, después del estreno de Harry Potter y el Misterio del Príncipe, no volvió a ser siquiera mencionado. El motivo fue que en 2009 la policía le pilló en el coche en posesión de un cuchillo y ocho bolsas repletas de cannabis. De hecho, aún tenía más plantas en casa de su madre, por lo que fue condenado a un mes de prisión y, posteriormente, a 120 horas de servicio a la comunidad. Ese fue el punto y final para él, porque, todo sea dicho, no venía de primeras.
Warner BrosEn octubre de 2006, la policía ya le había acusado de tener (y usar) cocaína, y en Warner decidieron seguir sin él. Fue una buena elección, porque el 14 de octubre de 2011 volvió a ser arrestado en las protestas de Londres tras el asesinato policial de Mark Duggan: le acusaron de violencia, destrucción de la propiedad y robo. De hecho, estaba robando una farmacia con un cóctel Molotov en la mano cuando le pillaron, y acabó siendo sentenciado a dos años de prisión. Y de ahí uno no sale con un Alohomora como si no hubiera pasado nada.













