A medio camino entre las flores naturales y las artificiales, las flores preservadas son una solución que ofrece lo mejor de las dos primeras. Por un lado, la naturalidad de las flores verdaderas y la durabilidad de las flores artificiales.
Además de por su estética, esta opción es también sostenible y algunas marcas, como Vivie, incluyen un catálogo cada vez más amplio con flores naturales preservadas para que no sufras con su mantenimiento.
Llenar la casa con flores conlleva numerosas ventajas. Las flores siempre alegran y dan vida a una casa, sin importar la época del año. Pero su belleza es efímera, son más que una tendencia, una solución en decoración y su encanto reside en la desecación de una flor para preservar su delicadeza durante mucho tiempo.
El proceso de preservación de la flor y sus diferencias con las flores secas
Las flores preservadas no son solo flores secas. Las flores secas son flores frescas y naturales que han sido sometidas a una técnica de secado al aire. Durante este proceso pierden el agua y se deshidratan.
Las flores preservadas son en cambio flores 100% naturales que han estado sujetas a un proceso de conservación para perdurar sin la ayuda de luz ni de agua, manteniendo la frescura y elegancia que las caracteriza. Se trabajan con técnicas complejas en las que la savia propia de la planta se sustituye por un compuesto a base de glicerina.
Entre las variedades de flores mas preservadas ellas destacan la lavanda, la perpetuina, el limonium, el broom, la paniculata, la manzanilla o el trigo.
Estas flores provienen de campos de cultivo ecológico situados en la Comunidad Valenciana, concretamente en Castellón. Allí es donde se lleva a cabo la recolección y el secado de la planta y una vez finalizado este proceso, se trabajan en unos talleres en Barcelona. Un proceso natural con un resultado mas ecológico por su durabilidad ya que se mantienen durante largo tiempo en perfectas condiciones. Su cuidado es muy sencillo, basta con limpiarlas y eliminar el polvo que se va acumulando en ellas con un secador, con un pincel o con una brocha suave.
Solo tienes que preocuparte de qué flor o composición elegir para llenar con flores cualquier jarrón, cesto o maceta de la casa.
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Vía Vivie
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