A sus 34 años, Nicolás Bertolo asegura que cumplió casi todos sus sueños en el fútbol. Ganó la Libertadores con Boca en 2007 y la consiguió otra vez con River en 2015. Pasó por equipos importantes del mundo, como Nacional de Montevideo, Cruz Azul de México, Zaragoza de España y Palermo de Italia. Jugó en la selección argentina. Y transitó gran parte de su carrera en Banfield, club en el que es considerado un ídolo.

Sin embargo, el cordobés siente que su carrera todavía necesita la frutilla del postre para que tenga el cierre soñado. “Nico” quiere jugar en Instituto, el club del que es hincha y en el que comenzó su carrera desde los 4 hasta los 13 años. Se imagina jugando un clásico en el Monumental lleno y ganarlo con un gol suyo.

Igual, aclara que no quiere ilusionarse de más ni generar falsas expectativas en la gente. Pero antes de retirarse quiere venir a dar una mano. Si siente que es para “robar”, se queda en su casa.

“Es un sueño, siempre lo dije, lo he hablado, lo he charlado. Uno no quiere decir cosas que después no pueda cumplir ni comprometerse con algo que después no va a ser verdad. La idea está, el sueño está. No te puedo decir hoy que lo voy a poder cumplir porque no es a toda costa ni a cualquier precio. Y no hablo de lo económico. Las ganas están; ahora más de grande, cerca del retiro, estaría lindo. Pero hay contratos de por medio, me queda un año con Banfield y es un club al que respeto mucho. El fútbol es muy dinámico, es día a día, no se sabe lo que pueda ocurrir mañana”, cuenta Bertolo desde Villa Urquiza, donde lleva a cabo la cuarentena junto con su familia.

El volante no es propenso a dar notas a la prensa. Recién cuando supo que la entrevista iba a girar en torno a su historia con la Gloria, dio el OK para hablar unos minutos con Mundo D. Porque estos recuerdos lo llevan otra vez a los mejores días de su infancia en La Agustina: “En esa época lo único que nos interesaba era jugar a la pelota. Me acuerdo que también le tirábamos piedras al tren cuando pasaba y nos metíamos al castillo, que ahora lo han remodelado”.

Como todo jugador formado en las canchas de la Liga Cordobesa, Bertolo se hizo de abajo. Y si logró ser alguien en el fútbol, hay una gran responsable detrás de esta historia: su mamá, Alejandra.

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“Probalo al más chico”

En el año 2000, Instituto disputó por última vez la copa Nike, un prestigioso torneo de fútbol infantil. Solía ser esa una de las grandes chances para los clubes de Buenos Aires de ver de cerca a las promesas del interior del país.

“Me gusta cómo juega el chico Bertolo, lo quiero probar en Buenos Aires”, dijo el cazatalentos Jorge Griffa, tras observar algunos partidos de la Gloria en ese certamen. Lo que pocos saben es que se refería a Carlos (aparece en la imagen de abajo), que tiene un año más que el actual jugador de Banfield.

“El día que viajaron yo la acompañé a mi vieja para que no se quedara sola durante la prueba. Pero apenas llegamos, ella fue y le dijo a Griffa: ‘Mirá que el más chico juega bien. Probalo si querés’. Así que fui, me puse la ropa e hice lo que más me gustaba, que era jugar a la pelota”, recordó Nicolás.

Aunque aprobó el examen, no quiso saber nada con quedarse en Buenos Aires: “Yo sólo había ido a acompañar a mamá, así que me volví. Yo acá tenía todo, no me faltaba nada. Me juntaba con mis amigos, ya empezaba a salir de casa… No me daba cuenta de lo que significaba la oportunidad. Después me insistieron y me terminé yendo”.

El destino y esas cosas del fútbol luego quisieron que Carlos quedara libre de Boca y se fuera un tiempo a Nueva Chicago. Allí jugó un año y dijo basta para volverse a Córdoba a trabajar. Y hoy, como muchos gloriosos, espera con ansias poder darse una vuelta por el Monumental para ver a su hermano y compañero de aventuras con la albirroja puesta. Allí seguramente estarán también su padre, Carlos, y los otros cuatro hermanos de ambos, todos gloriosos de ley.

La historia de las fotos

En días de cuarentena, las rutinas cambian. Con tiempo para indagar en fotos olvidadas en el archivo de este diario, aparecieron imágenes inéditas y nunca publicadas de Bertolo jugando para Instituto.

El propio Nicolás comenta los detalles de esas imágenes: “Son una reliquia estas fotos. Yo era de la categoría ’86, teníamos un gran equipo. Ganábamos casi siempre, incluso en los clásicos nos iba muy bien”.

Y, como su nivel era bueno, disputó algunos torneos con los chicos de la ’85. Fue así como, entre otros, jugó con Gonzalo Bustamante, con Gastón Caprari, con Nicolás Klimowicz, con Marcelo Moreno, con Juan Pablo Miranda y con Rodrigo Cervetti, entre otros de los que luego llegaron a primera.

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A la distancia y pese al paso del tiempo, Bertolo siempre deja claro que su pasión por los colores sigue intacta: “Y va a ser siempre así porque esta historia mía con el fútbol empezó con Instituto. Desde que tengo uso de razón, soy hincha de la Gloria”.

Y, al ser consultado sobre en qué posición jugaba en sus inicios, señaló: “Yo era el típico 8. Teníamos el clásico esquema 4-3-1-2 y yo era el volante por derecha. En todas las inferiores jugué ahí”.

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Por último, el ex-Boca y ex-River habló sobre otra foto relacionada con Instituto, pero que le trae sensaciones encontradas: “Me acuerdo de ese día. Era la primera vez que tenía que enfrentar al equipo del que soy hincha. Ganamos 2 a 1 con Banfield en Alta Córdoba y me tocó hacer un gol. Fue horrible, pero por otro lado estaba bueno porque habíamos ganado. Hubiera preferido que el gol lo hubiese hecho otro. Incluso le pegué mal a la pelota; si no, capaz que Julio Chiarini la atajaba. Igual prefiero quedarme con los goles que le hice a Talleres o con las veces que anduve bien ante Belgrano”.

La charla termina y Bertolo se encarga de dejar un último mensaje al pueblo albirrojo por si su sueño de volver no puede hacerse posible: “Ojalá pueda jugar en la Gloria. Pero, si no, el día de mañana voy a estar ahí como cuando era chico y me pintaba la cara para ir al Chateau a los clásicos. También me acuerdo de que me volvía siempre caminando de la cancha a mi casa en Jorge Newbery. Pero, pase lo que pase, estaré en la tribuna para alentar, como siempre”.

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