Qué será del fútbol después de la maldita pandemia es un interrogante muy difícil de precisar. La incertidumbre por saber hacia qué escenario nos conducirá la irrupción del coronavirus es hoy una incógnita. Imposible resulta hoy determinar si su industrialización, tal como lo conocimos hasta hace sólo tres meses, sobrevivirá a las consecuencias del virus. Los signos de pregunta aparecen por todos lados y en todos los sentidos.

Sin embargo, en medio de tantas dudas, una certeza es posible, al menos en nuestro país. En la Asociación del Fútbol Argentino, pase lo que pase, el poder seguirá siendo centralista y en manos de Claudio Tapia, el dirigente que amaga convertirse en dueño de la casa de calle Viamonte y ser un “digno” sucesor de Julio Grondona, el anterior “propietario”.

Para empezar, el espejo ya devuelve algunas similitudes. Ambos provienen de clubes de casi nula representación (Arsenal y Barracas Central), sienten que el interior es otro país y comparten metodologías para atornillarse al sillón de la presidencia.

El martes, Tapia será electo para conducir la AFA por cinco años más y, de acuerdo al nuevo estatuto, podrá contar con una segunda chance en 2025. “Chiqui” tomó la presidencia en 2017, después del histórico papelón eleccionario del 38-38, que lo enfrentó, como vicepresidente de la lista presidida por Luis Segura, al por entonces opositor Marcelo Tinelli.

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Tapia, que hasta allí había tejido a la sombra del anterior establishment, demostró enseguida tener la capacidad grondonesca de convertir a sus adversarios en fieles aliados. “Don Julio los da vuelta como una media”, solían decir off the record los allegados de “El Jefe” a la hora explicar los bruscos cambios de postura de algunos dirigentes que pasaron, de un día para el otro, del cacareo a la adulación. Y Tinelli no fue la excepción.

“La unidad requiere de valores y principios”, decía en Twitter el vicepresidente de San Lorenzo en diciembre de 2015, cuando las urnas los enfrentaban, en referencia a Tapia y a quienes pretendían una lista única para los siguientes comicios. En las redes sociales quedó grabada la respuesta de Tapia: “¿De qué principios hablás?, ¿sabés lo que son los principios?, ¿vos los tenés?”.

El martes, Tapia será ungido como presidente, asegurándose ser el tercer mandatario con más años en la AFA detrás de Grondona (¡35 años!, entre 1979 y 2014) y Raúl Colombo (nueve, entre 1956 y 1965). Tinelli será uno de sus ¡seis vicepresidentes!, un número tan inexplicable como representativo de la continuidad del centralismo del fútbol argentino: sólo uno de ellos (Guillermo Raed, de Mitre de Santiago del Estero) no es de Buenos Aires. En ese contexto, Andrés Fassi, presidente de Talleres y opositor al sistema, no califica con sus ideas y, por supuesto, tampoco ocupará cargo alguno. ¿Será el próximo adversario a seducir? El futuro tiene la respuesta.

Mientras tanto, en AFA esperan el retorno del fútbol con la receta de siempre.

Edición Impresa

El texto original de este artículo fue publicado el 17/05/2020 en nuestra edición impresa.

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