La ciencia que estudia cómo nos afectan los colores es muy antigua. Que el verde sea el color de los hospitales o que los colores primarios llenen las paredes de guarderías y centros infantiles es consecuencia de los sensaciones que estos nos producen. Esta demostrado que hay colores hay colores que nos relajan y otros que nos estimulan y llenan de energía.
Cada color tiene un significado intrínseco en nuestra mente y es capaz de generar un impacto importante en las sensaciones e incluso en nuestro humor. Y es que los colores tienen un componente de percepción inmediata que nos ha acompañado durante cientos de miles de años: la vida del hombre estaba gobernada por la noche azul oscura o negra, por la brillante luz diurna amarilla y blanca, por las actividades de caza, rojo, y defensa y conservación, vinculadas a los tonos verdes de la vegetación.
Durante el confinamiento, si has convivido en una casa llena de distintos colores (no por cada estancia) habrás podido comprobar el cambio de sensaciones que se producía tan solo al pasar de una estancia.
Si tu casa en cambio incluía la misma gama cromática en todas las estancias, la sensaciones se habrán visto unificadas. Esta opción, la que apuesta por una misma gama cromática es además un recurso empleado para hacer que una casa parezca más grande, porque genera sensación de continuidad.
Además de los colores, los tonos están influenciados por factores como la cantidad, las combinaciones y la luz; los tonos similares se influyen entre sí y la percepción que generan también depende de lo físico y el contexto emocional.
Por lo tanto, un uso racional de los colores no es solo una cuestión de gustos, sino también un conocimiento estratégico para los decoradores e interioristas.
Es por eso que el estudio de diseño Bartoli Design, en la búsqueda de soluciones que aumenten el bienestar psicofísico, ha desarrollado una propuesta de tonos basada en diferentes usos previstos y con diferentes posibilidades de combinaciones en distintos capaces de mejorar los efectos positivos que estos pueden generar en personas y entornos.
El uso consciente del color, en lugares y muebles, produce efectos positivos para la funcionalidad del espacios y desde Bartoli Design nos dan tres propuestas para usar el color en casa de forma que aumente nuestro bienestar.
Usar colores similares entre sí en la decoración de una casa
Para crear comodidad en viviendas, en Bartoli Design prefieren usar colores “similares”. Para ello usan una combinación de tonos que se encuentran uno al lado del otro en la rueda de colores. Esto genera una sensación de armonía, ya que tienden a fusionarse entre sí teniendo una parte de pigmentos en común.
Distintos tonos de verde y azul de similar intensidad, conviven con armonía.
En este caso los tonos arena están presentes en distintas paramentos y texturas.
Usar tonos complementarios o el binomio blanco y negro
El efecto de bienestar y ambiente equilibrado también se obtiene usando colores complementarios (los que están enfrentados en la rueda del color). Por ejemplo, verdes y rosas, amarillo y morado. Lo mismo ocurre cuando al mismo color le damos la máximo o la mínima intensidad. Al desaturar un color brillante con blanco o negro en cantidad, proporcionamos el elemento común . El ejemplo más radical es el famoso binomio blanco y negro, que siempre funciona en decoración.
Una base neutra sobre el que destacar un color vibrante
La tercera opción para emplear los colores en casa es crear un espacio con colores de base neutros, y usar un solo color más vibrante para crear un punto de interés y dar efecto. Estos dará dinamismo y sentido a los espacios y conseguirá que no se vean muy planos.
Vía Bartoli Design
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