Siempre me he preguntado qué llevó a Santiago Segura a dejar atrás el humor gamberro de la franquicia ‘Torrente’ a apostar por comedias más enfocadas al público familiar. ¿Tal vez que la quinta entrega del casposo antiguo agente de policía no consiguió el éxito esperado? Sea cual sea el motivo, lo que está claro es que el choque con ‘Sin rodeos’ fue notable y es algo que solamente fue a más con ‘Padre no hay más que uno’, pero eso no impidió que esta última se convirtiera en uno de los mayores éxitos del cine español reciente.

Con casi 14 millones de recaudación, la gran acogida de ‘Padre no hay más que uno’ precipitó la decisión de hacer una secuela lo antes posible. De hecho, la secuela llega apenas un año después del estreno de la primera entrega y en esta ocasión no se cuenta con un referente ajeno que haga más “fácil” la construcción de una película que llega hoy 29 de julio de a los cines. Las prisas no suelen ser buenas consejeras, pero una vez vista tengo claro que no va a decepcionar a los fans de su predecesora, pero también que, obviamente, no va a ganar a nadie nuevo para la causa.

Continuista

Llegada Suegra

‘Padre no hay más que uno’ no dejaba de ser un intento de actualización de un tipo de comedia más propio de otra época, por lo que no puedo culpar a los que vieran en ella una propuesta algo rancia. Tampoco ayuda que algunas de las bromas parezcan más propias de cintas que en los años 90 ya estaban un poco fuera de lugar, pero Segura logró crear una dinámica agradable en la primera entrega a través de la relación con sus hijos en la ficción y cómo su vida se venía abajo durante las vacaciones de su esposa.

No dejaba de ser una propuesta un tanto inocua pensada para aquellos que simplemente quisieran dejarse llevar, y no fueron pocos precisamente. En ‘Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra’ recupera todo lo que le funcionó en la primera entrega, siendo precisamente su personaje el que muestra mayores cambios al tener un mayor control de lo que requiere la situación cuando su mujer anuncia que está embarazada de nuevo y que él se va a ver obligado a mantener la paz en casa si no quiere que eche mano de una solución drástica.

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Tras un simpático arranque en el que el protagonista ejerce un poco como guía de un padre que recuerda mucho a cómo era él en la primera entrega, ‘Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra’ se centra en ver cómo reacciona el protagonista a los diferentes conflictos que tienen sus hijos. Personalmente el que más disfruté fue cómo la inutilidad de su hijo se convierte en un gag recurrente a lo largo de toda la película. Los demás me dieron un poco igual, pero encajan dentro de ese humor amable y algo pasado de moda que ya exhibía la primera entrega.

Fiel a lo que funcionó

Escena Padre No Hay Mas Que Uno 2

Eso sí, el libreto firmado por el propio Segura junto a Marta González de la Vega parece tener claro que la película necesita un segundo empujón mediado su metraje, siendo entonces cuando se hace realidad esa llegada de la suegra. Ahí la película consigue una dosis de energía adicional con la entrada en escena de Loles León. No es que su sentido del humor cambie, pero al menos la rivalidad que surge entre su personaje y el interpretado por Segura tiene un toque universal más funcional y que no nos retrotrae tanto a otra época.

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Eso no quita para que ‘Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra’ tenga en todo momento un estilo algo inocuo para intentar llegar a la mayor cantidad posible público, lo cual desemboca en que algunas situaciones acaban resultando disparatadas pese a venderlas como una reacción dentro de la normalidad. Es precisamente ese intento de darle un toque más moderno lo que provoque que pueda chocar a algunos espectadores, pero uno ya debía tener la lección aprendida de la primera entrega.

Imagen Secuela Padre No Hay Mas Que Uno

Guste más a o menos, lo que sí hay que reconocerle a la película es que sabe extender el universo de la primera entrega para ser más de lo mismo pero sin caer en ser una simple repetición de temas y bromas. Tampoco puedo decir que ‘Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra’ brille por su ingenio, pero sí hace gala de una consistencia en tono y méritos insospechada para ser un producto realizado con tan poco margen de tiempo.

Por mi parte, no es un universo que me atraiga especialmente y hay situaciones que me hacen reaccionar con cierta incredulidad -algunas incluso rozan el caer directamente en lo publicitario-, seguramente más numerosas aquí que en la primera entrega, pero es que yo sencillamente no soy el espectador objetivo de este película. Ya de entrada era poco probable que su humor fuese a hacerme gracia y algunas ideas que parece defender chocan con mi modo de ver el mundo, pero es una película honesta en su apuesta y lo lleva todo hasta sus últimas consecuencias, incluso cuando hay que dar algún salto de fe tremendo para creerse ciertas cosas, algo habitual en su tramo final.

En resumidas cuentas

‘Padre no hay más que uno 2: La llegada de la suegra’ no engaña, es una continuación en la misma línea que la primera entrega. Se apoya en lo mismo sin ser una mera repetición y estoy convencido de que gustará a aquellos que disfrutaron con su predecesora. El resto será mejor que siga esperando a otro estreno para acercarse a su cine más cercano.